Mohammed Moulessehoul –más conocido por su pseudónimo femenino Yasmina Khadra– es, posiblemente, uno de los escritores argelinos más exitosos de las últimas décadas, sobre todo gracias al impacto ejercido por “Las sirenas de Bagdad” (2006), “Lo que el día debe a la noche” (2008) y la premiada “Khalil” (2018). Nuevamente aclamada en Francia, llega a las librerías españolas su último libro, traducido por Wenceslao-Carlos Lozano.
Manteniendo intacta la fluidez, el ritmo y un lenguaje descriptivo sin necesidad de resultar farragoso, “La sal de todos los olvidos” ofrece un mosaico de claroscuros a partir de la diversidad de personajes: abandonado por su esposa, Adem, centro de gravedad de esta fábula, se sumergirá en un escenario cambiante –como él– después de la independencia de Argelia. El final de un mundo antiguo a partir de la descolonización y la construcción de uno nuevo, azarosa y llena de dificultades, le permite tratar temas de interés (sexismo, identidad, patriarcado, etc.) en una novela que, sin tener las dimensiones de obras predecesoras, sirve como puerta de entrada a su universo literario.
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