No deja de ser un tema altamente espinoso el tratado en “Khalil” por el afamado autor argelino Yasmina Khadra. Tras sucesivos éxitos en medio mundo, Khadra se destapa con su novela más atrevida, donde la polémica sobrevuela la conversión de un joven de origen marroquí en terrorista de una célula islamista. Y más si contamos con que el contexto está centrado en los atentados de París, sufridos en 2015. Bajo este prisma, Khadra se adentra en la mente de Khalil y narra en primera persona toda suerte de pensamientos y temores que explotan en la mente de su protagonista. De verse atrapado en una red sin posibilidad de escapatoria a darse cuenta del error cometido, Yasmina juega con las contradicciones de manera altamente realista. Su intención de hacernos entender la situación de Khalil es extensible a todos los que han vivido su misma situación fuera de la ficción.
El resultado final no solo sorprende por la verosimilitud, plasmada a lo largo de las doscientas dieciséis páginas escritas, sino también por la capacidad para atrapar al lector y plantarle una historia capaz de remover la perspectiva hacia todo chaval que termina siendo absorbido por un mundo tan hermético y terrible.
A pesar de tan buenas intenciones, el libro adolece de cierta tendencia a la frase sentenciosa que congestiona la naturalidad de un retrato tan profundo como el aquí servido. A pesar de esto y el gusto innecesario por la frase explicativa, “Khalil” es un libro valiente y necesario que hará más comprensible el porqué de esta clase de fanatismos.
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