Que corra el aire

Han pasado seis años desde “No hay sitio para nadie más”, así que ya tocaba nuevo disco de Desastre. En este tiempo han pasado muchas cosas: una pandemia mundial, un cambio entre sus guitarristas (algo habitual en la historia del grupo) y hasta la incorporación de un saxofonista. Ésa es sin duda la mayor novedad en el seno de la banda: contar con Millán al saxo como miembro oficial y pasar a ser quinteto. Se une a Alfonso (bajo y voz, el único miembro original desde que arrancasen allá por 1988), Archi (guitarras y coros, el siguiente más veterano), Chus (que sigue a la batería) y Johnny (que entra como segundo guitarra en sustitución de Niño).

Esta vez han prescindido de Tony López (productor de sus últimos trabajos) y ha sido Archi quien ha asumido las labores de producción, junto al propio grupo y al ingeniero de sonido, Daniel Patiño. Todo registrado en los Bulletproof Estudio a finales de 2022. Por allí se pasaron una ingente cantidad de colaboradores entre los que cabe destacar a Félix Lasa (el mítico líder de Leize, que presta su euskera a “Lau Teilatu”) y Zezi Symber (la cantante de Embers Of Pride, que aparece en el medio tiempo “Debajo del puente”).

Que nadie se asuste: Desastre sigue facturando su rock urbano marca de la casa. Guitarrero, de barrio (de Usera, en concreto), siguiendo la estela abierta por Leño y continuada por la Quinta del 92. Salvo que ahora, en los temas que se prestan a ello, escucharemos vientos, algo que en realidad llevan haciendo desde su celebrado “…Dando que hablar” (98). Y es que al saxo de Millán se une el trombón de varas de David Ruiz (miembro de Oferta Especial) en la mitad de las canciones. Como la resultona “Ruido de sirenas” o “Alto riesgo”, sin duda la mejor pista del trabajo, tan original como pegadiza y bailable. Pero también habrá rock del de toda la vida, con “Que corra el aire” (el primer corte) dejándolo claro desde el principio. Y cosas más arriesgadas, como el arranque country de “Dame un like” (habría estado genial que hubiesen seguido por ahí). Un octavo disco de estudio en el que caben pocas sorpresas, pero que hará las delicias de sus seguidores de toda la vida, que además podrán verles de nuevo en la carretera.