La Fabi es una voz que se ha fraguado para el baile y eso lo deja caer en su primer trabajo discográfico: “Fruto y flores”. Grabado a caballo entre Barcelona y Jerez, lleva en su voz joven el legado de los maestros de antaño. Tradicional, pero no inmovilista. Una propuesta sin sofisticación; un bajo a lo más en los tangos y donde la guitarra, la de Paco Heredia (además de productor) y José Serrano, y sobre todo la voz, son los indudables protagonistas.
A pesar que Fabiola Pérez, La Fabi, pertenece a ese legado de flamencos actuales de la Baja Andalucía, pocos como ella, domina los cantes de “la periferia” cantaora: Tangos y jaleos extremeños, recordándonos a Tía Flora y Taranta de Jaén, haciendo su particular homenaje al cantaor de Linares, Gabriel Moreno. No podemos obviar la colaboración especial de la guitarra de Tomatito, así como la alegría compuesta por Farruquito. Sorderita, Piraña, Antonio Rey, Manuel Parrilla, también le dan calor al trabajo de esta cantaora de Arcos de la Frontera; una cantaora en vía de consagración por público y crítica y que no deja impasible a quien se va acercando a los desgarradores matices que impregna el abanico de posibilidades que su voz marca a cada paso que da. Bulerías, seguiriyas, fandangos y soleá por bulerías son los cantes que nos ofrece en “Fruto y flores”. Cantes grandes y sin concesiones. Porque así es su disco, directo y sin rodeos, como nos tienen acostumbrado los grandes de ayer y hoy.
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