The Liar
Discos / John Fullbright

The Liar

8 / 10
Don Disturbios — 04-10-2022
Empresa — Thirty Tigers Records
Género — Alt-Country / Americana

Siempre me ha fascinado un fenómeno en el mundo del arte y es el de la desaparición. Autores que, tras ganar cierta relevancia, desaparecían de la faz de la tierra sin dar muchas pistas de su paradero. ¡Quién no ha fantaseado alguna vez con esa idea! Cortar todo lazo afectivo y vagabundear en busca del anonimato más absoluto. Pues bien, John Fullbright al igual que Damien Rice o el recién recuperado Paolo Nutini, hace ocho años decidió precisamente eso: desaparecer. Simplemente no deseaba seguir soportando el peso de los focos sobre su figura. Y lo hizo en el momento más inoportuno. Justo cuando acababa de sacar un álbum absolutamente maravilloso bautizado con el simple título de Songs” (2014). Doce delicadas perlas de una emotividad y pureza capaces de desarmar con su voz de raspado suave, su piano o acústica, al más duro de entre los duros. Él se bastaba solito para conmover con temas hirientes de esos que te erizan el bello como “Write a Song”, “When You Are Here” o “All That You A Know”.

“The Liar” es por tanto un disco de retorno. Sonado retorno me atrevería a decir en voz alta. Y es que John Fullbright lo ha hecho a lo grande. Primero porque el disco resulta mucho más variado que su predecesor y segundo porque se ha dejado acompañar de una banda muy cómplice que le han dado a sus tonadas una robustez inédita. Canciones que ahora no se sustentan  solo en su voz como principal arma, aunque siga incluyendo temas como “Stars” que se son precisamente eso: piano y voz en busca de la emoción más pura. Como en los viejos tiempos. Sin embargo, y como he dicho con anterioridad, no van por ahí los derroteros. Porque lo que más abundan en este "The Liar" son piezas de pura americana a la manera de The Band (“The Liar”, “Gasoline”, “Bearden 1965”) llegando incluso a lo vaquero (“Where We Belong”). Temas que parecen rendir un sentido homenaje a su Oklahoma natal. Esa esencia musical basada en la tradición que se cuela en los surcos del disco. Solo hay que escuchar la robustez de “Paranoic Heart” o el aire trotón de “Social Skills” para comprobarlo. Rock americano que alejan a John Fullbright de la pálida y triste figura del baladista romántico con el que se le asociaba hasta la fecha. Aunque eso no signifique que no haya momentos para la dulzura. Ahí tienes a “Lucky”, o la ya mencionada “Stars”, que suenan a gloria bendita. Al igual que lo hace cuando se acerca al vodevil, a la manera de Randy Newman, en un tema tan divertido como “Poster Child”.

No sé lo que va a suceder con John Fullbright de ahora en adelante. Igual me aventuro a decir que le espera un futuro esplendoroso, que es justo lo que escribí hace ocho años, y resulta que desaparece de nuevo agobiado por la presión que ejercen las tablas. Lo que sí sé es que este disco voy a disfrutarlo hasta exprimirlo.

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