Israel B, uno de los nombres más influyentes del rap español, lanzaba este pasado miércoles 27 de noviembre su quinto álbum de estudio. Un trabajo que se presenta como una profunda introspección sobre los dilemas existenciales y las contradicciones que definen a cualquier ser humano. Producido íntegramente por Lowlight y acompañado por un elenco de colaboradores nacionales e internacionales de alto calibre (Ébano, Ill Pekeño, Dano, Ergo Pro, Atomic Otro Way y La Pardo), el disco consta de 14 canciones que conforman un viaje musical de 36 minutos en el que el de Orcasitas se presenta al mundo sin temor a mostrar sus vulnerabilidades y sus luchas internas.
El propio Israel B ha reconocido que este último año y medio ha sido especialmente complicado a nivel personal. "Las conversaciones conmigo mismo y los mensajes negativos en mi cabeza han sido y son una constante", confesó el madrileño, marcando la pauta para un álbum que refleja ese estado de caos interno. En Mi propio peor enemigo, Israel B no busca plasmar una historia concreta, sino dar voz a todas sus luchas internas, a las reflexiones sobre la vida y a la batalla continua entre avanzar o rendirse. La eterna lucha entre el personaje y la persona, entre Israel y el Marqués. ¿Dónde termina uno y comienza el otro? ¿Pueden existir por separado? Es en este conflicto donde el madrileño encuentra su motor creativo, un motor alimentado por la autodestrucción, el caos y, a la vez, una indomable necesidad de seguir adelante.
La obra está pensada para ser escuchada en su totalidad, de principio a fin, en solitario, con cascos y con el aroma de Calí en el aire. “Lo que siempre ha estado solo no se puede abandonar”. En cada tema hay una exploración de sonidos y ritmos diversos que enriquecen la experiencia auditiva. En este sentido, en "Mi propio peor enemigo", el nieto de la Pili pasa del trap de Detroit al funk más bailable. Un abanico musical en el que Lowlight desde la producción vuelve a jugar un papel fundamental tejiendo una cohesión que se siente natural, casi orgánica. La simbiosis entre ambos artistas es absoluta. Imparables juntos como Triple H y Shawn Michaels. Un alley oop de Nash a Stoudemire. El taconazo de Guti a Benzema. La catapulta infernal de los gemelos Derrick.
Sin embargo, pese a que cada tema genera por sí mismo su propio ecosistema, todos comparten una misma sensación: el vacío existencial, la confusión sobre el rumbo a seguir. A lo largo de las 14 canciones, la música fluye entre la calma y la intensidad, mientras las letras exploran temas como la comparación constante con los demás, la lucha contra un ego desbordado y, sobre todo, el peso de no saber a dónde se va. Rapeo de micro y chándal. Oscuro como Anakin, inmortal como el Undertaker, diferente como Iverson, místico como el maletín de Pulp Fiction y clásico como las Nike Tempo.
Mi propio peor enemigo es un disco para quienes buscan algo más que entretenimiento. Es un espacio de reflexión, un lugar para enfrentarse al miedo y al vacío que todos llevamos dentro. Israel B no busca ser un héroe ni un mártir, pero su vulnerabilidad lo convierte en ambas cosas a la vez.
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