Ex
Discos / Joaquín Pascual

Ex

8 / 10
José Carlos Peña — 11-09-2018
Empresa — El Ritmo de los Acontecimientos
Género — Pop

Desde el final de Mercromina, una de las bandas más creativas que ha dado este país, Joaquín Pascual ha sostenido una carrera en solitario alejada de estridencias. Manteniendo el listón compositivo desde una delicadeza minimalista cada vez más a contracorriente. Apostando por la sutileza, la pausa reflexiva y el susurro por encima de los trazos gruesos que parecen en boga, Pascual continúa siendo una de las voces más personales de nuestro panorama, pese a que el interés no acompañe: todo un síntoma que este nuevo disco sólo salga (de momento) en versión digital. Es la implacable ley del tiempo y, también, que en la era de los estímulos omnipresentes, demasiada gente no está hoy para sutilezas.

Así que su quinto disco sale haciendo honor a su música, casi a hurtadillas. Portada de Joaquín Reyes, nueva colaboración con Paco Loco, y siete piezas largas y exquisitas, más un precioso tema instrumental, todas con el piano como base, que Pascual lleva a los terrenos etéreos de la ensoñación radical. El ruido fantasmal de fondo y el piano de otro mundo de Espacio imaginario ponen el tono elegiaco de un álbum que destila la personalidad única del artista, en un momento en que demasiados grupos y artistas parecen clonados. La tenue voz de Pascual, ese susurro trémulo y cómplice, suena más natural que nunca con una historia salpicada de esos misteriosos elementos de ciencia ficción que le son tan queridos. La canción desemboca en un arpegio de sintetizador y unas cuerdas épicas, dentro de la contención. Es la tónica también de la desnudísima Perdido en la biblioteca, en la que desgrana sus dudas con pianos y sintetizadores sutiles y fantasmales. Y de lo que viene después: letras reflexivas y viñetas que reviven momentos cotidianos con un poso existencial y sanador, como Algo te hizo recordar o Todo es un espejismo. Sólo aparece una batería (discreta) en el cierre, Esperanza.

El disco más depurado, exigente, extremo y melancólico de un hombre que siempre se ha encontrado como pez en el agua en este estado de ánimo. “Somos humanos. Somos creyentes. Seres humanos que quieren creer”.

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