No bien abran las flores
Discos / Eterna Inocencia

No bien abran las flores

8 / 10
Adriano Mazzeo — 18-08-2022
Empresa — Discos del Sembrador
Género — Rock

Si uno tiene un primer acercamiento a Eterna Inocencia a partir de este disco, difícilmente –así de buenas a primeras– se dará cuenta de que esta banda del sur del conurbano de Buenos Aires lleva más de veinticinco años en la carretera. “No bien abran las flores” suena fresco y vital como si lo ejecutara un grupo novel y, de algún modo, esa idea tiene correlación con la realidad.

Es que estos argentinos hablan de renacer, no solo desde el propio título de la obra –referencia clara a la post pandemia–, sino desde la concepción sonora de la misma que ahora les deja más cerca de un rock emocional en el que, si bien se evidencian las influencias que más los acompañaron en su carrera (Bad Religion, Social Distorsion) también aparecen las que los formaron y alentaron a tomar un instrumento por primera vez en los tempranos noventas, a saber: Joy Division, New Order, The Cure, etcétera.

Pero ese marco es solo una parte de lo que ofrece este sólido trabajo de doce canciones, porque Eterna Inocencia han forjado un innegable culto en Argentina y Chile a raíz de su punk rock melódico y lleno de adrenalina, que se completa con las muy interesantes letras de Guille Mármol. En el universo lírico del cantante caben varias personalidades. Capaz de nutrir de palabras de una belleza inesperada a los torbellinos de distorsión que le suele proponer la banda o de contar historias que convierten a personas reales, luchadores del día a día, en seres rodeados de mística, Mármol entrega aquí algunas de sus canciones más melancólicas.

Sin abandonar su perfil reivindicativo alimentado de su capacidad para controlar información –derivada del hecho de ser historiador y director de un instituto de enseñanza secundaria–, en varios pasajes del disco (“Cosas por hacer”, “No bien abran las flores”, “Hojas amarillas”) muestra las entrañas de sus sentimientos que en la sinceridad y rusticidad de su voz se vuelven conmovedoramente reales. Para muestras, bellas frases como “allí es donde me encuentro/medito en lo profundo/evoco tus silencios/tu resplandor” o “beber respirando paisajes infinitos/rastrojos descansando en rojos horizontes”.

Al mismo tiempo la banda, en una sana costumbre histórica, también enarbola varios himnos de existencialismo combativo (“La empresa del naufragio”, “Entredormido”). “Somos satélites de una galaxia que quizá pronto vaya a desaparecer” entona Mármol en “La empresa del naufragio” y resume el sentir de esta música que enamorará a todo aquel que busque una expresión artística sincera, transparente y con un espíritu independiente inquebrantable.

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