Aún habiendo otros trabajos que exploran los territorios del silencio, ninguno puede compararse al de Xabier Erkizia, en éste “Entresol”, palabra que si hemos de hacer caso de su traducción al catalán (quién sabe si esas eran sus intenciones) hace referencia a ese estar entremedio (en concreto entre un piso y el suelo) con que el de Bera expone sus ideas conceptuales.
Términos como los intersticios sonoros y lo situado entre lo audible y lo no audible (entre el ser y el no-ser), quedan supeditados a un imperceptible ruido blanco, casi inaudible, con el cual construir sus tres radicales movimientos sonoros. Tres crípticas y frías piezas, caracterizadas más por sus carencias que por su acotada expresión, cuyas ganas de ponerselo difícil al oyente (requieren de cierta paciencia y el equipo apropiado a mano: inevitablemente se trata de un disco que debe ser escuchado con auriculares) pueden más que sus resultados. Ciertamente no se trata de música para consumir sino para aprehender y degustar. En todo su exceso.
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