Delapso

Si de algo no pecaban los barceloneses Cyan en sus dos anteriores trabajos era de no tener las cosas claras. Más bien al contrario, sabían lo que hacían y todo estaba hecho con extrema delicadeza. Pues bien, en este su tercer disco Cyan suenan igual de bien que antes, aunque nos dejan la sensación de haber dado forma a un trabajo más espontáneo en el que se han dejado guiar más por el instinto, sin ser tan metódicos y exhaustivos. El resultado no puede ser mejor. El pop de Cyan es tan melódico e intenso que, si le añadimos sus letras tan personales y cercanas, uno entiende perfectamente dónde está su gancho. Porque “Ballet mental” entra a la primera, con un estribillo para enmarcar; “Aquitania” o “Solo es una herida” suenan tan épicas (¿habrá sido casualidad?) que se defienden solas. También juegan a ser Phoenix en canciones como “Sindrome de Paris” o “Philippe Petit”, con un resultado más que digno. Cyan se quita el corsé de la metodología, pero sin dejar de ser meticulosos nos traen diez canciones nuevas para ponerlos donde se merecen. Juzguen ustedes mismos.