Chachichacho
Discos / Bejo

Chachichacho

9 / 10
Yeray S. Iborra — 01-07-2020
Empresa — Autoeditado
Género — Rap

Todo es relativo. Pero Bejo es el mejor y punto. ¿Hace falta una primera frase rimbombante para captar unos segundos de atención sobre un disco que vale la pena ser escuchado? Pues se hace. Bajen las hachas los fans de cualquier otro. Cada devoto con su Dios, pero “Chachichacho” es una Biblia con varias utilidades. Cuento o profecía. Ahí ya cada uno.

Hasta ahora Bejo había despachado dos álbumes vacilones, diferentes –como poco– a lo estampado en la escena. Pero ninguno había llevado tan lejos lo genuino de su propuesta. “Chachichacho” es el Bejo raperísimo de sus directos, el de voz y respiración inmaculadas, y el de cestos con golosinas. Un álbum que hace pensar en la idea de música de Bad Bunny: accesible y todoterreno. Mejor escrita aún.

“Este es el nuevo disco de Bejo, disfrútalo”, nos invita el propio rapero desde el principio. “Un tropical flow no monótono”, canta en “Avarisocio”, donde repasa su historia hipi-hapa. Juegos de palabras, versos rotos, rimas al ralentí, cacofonía... Untado con mantequilla. Fluido como pocos. Ha habido distanciamientos en las carreras de los Locoplaya. Don Patricio ha alcanzado una popularidad insospechada, básicamente. Pero Bejo también podría: “Chachichacho” tiene temas para millones de escuchas. “Burbuja”, “Fyah Fyah” o “Andando al andén”. Sin colaboraciones pero con bases cuajadas de Kay Be, Livinglargeinvenus, Kabasaki o Nico Miseria.

Hay mucho más. Incluso sampler de “Azúcar” de Celia Cruz. Salsa, son y guaguancó. Y una “Chocolate blanco” con cadencia para enfriar cervezas. A medida que avanza el largo, crece la influencia normativa de Sólo los Solo. También hay trap-pop, tipo Cupido: “Ñoño”. O buenísima-onda en “Oh Happy Day”. En fin. Mucho-mucho.

Nadie dudaba de que Bejo era el más rapero de su crew. Aunque los estrambóticos y coloristas videoclips, los peinados y looks, confundieran, y pudiera parecer que la parafernalia era más llamativa que la obra. Nada más lejos. La realidad es que con el tiempo su slang ya no resulta adictivo sólo por exótico. Bejo se ha consagrado con un masajea cerebros privilegiado. El canario escupe y le sale un rimón.

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