Si bien es verdad que se le podría reprochar a Ben Lee su poca originalidad a la hora de escoger el tema vertebrador de su noveno álbum de estudio (¿cuántas canciones, discos, hasta vidas enteras conocemos dedicadas a las dogas?), también lo es que ha sabido destilar la paja del grano y quedarse con lo mejor que un viaje de Ayahuasca puede ofrecerte. Melodías mucho más atmosféricas y pensativas que se alejan del indie pop de talante clásico al que nos tenía acostumbrados en sus anteriores discos, Si, sigue siendo pop, por supuesto, pero mucho más pausado y experimental, con melodías juguetonas que se soportan en ritmos variables. Cada canción se convierte en un documento sonoro de la experiencia delirante que supone traspasar los límites del consciente para adentrarse en aquello que guardamos en el trastero. Para relatar este viaje interior, pero, ha echado mano de Jessica Chapnik. Un trabajo ambicioso pero que se resuelve con solvencia. Esperemos que le haya quedado alguna liana de sobras para el próximo disco.
Otro buen post, cada día me gusta más tu prosa Maria. Escribes algo de literatura?