Tindersticks, mágica delicadeza
Conciertos / Tindersticks

Tindersticks, mágica delicadeza

8 / 10
David Sabaté — 20-03-2012
Empresa — Houston Party Records
Fotografía — Edu Tuset

Silencio. Abre la boca Stuart Staples y su profunda y angulosa voz lo inunda todo. Ojos cerrados, bigote y patillas reconocibles a distancia, movimientos circulares de cabeza. La música de Tindersticks pide dejarse llevar y el anfiteatro responde. Cortina roja al fondo. Iluminación poco estridente. Clase. Sobriedad. Elegancia. Notas sinuosas y precisión artesana, sin margen de error, pero cálida y palpable. Tindersticks huyeron anoche de violines y de sus canciones más conocidas para entregarse a la casi totalidad de su último y flamante “The Something Rain”. Así, la temprana recuperación de “If You’re Looking For A Way Out”, de su lejano “Simple Pleasure”, cobró aún más sentido. Ambos trabajos conectan, a pesar de sus trece años de separación, como balones de oxígeno, como brújulas a la búsqueda de nuevos horizontes.
Por el camino trazaron otras pinceladas del pasado (“Don’t Ever Get Tired”, “Factory Girls”, “4.48 Psychosis”). Aunque lo mejor procedió de su última obra: crescendos y saxos que parecen emanar a borbotones (“Chocolate”); ritmos y bajos directos al estómago (“Show Me Everything”); panderetas y xilófonos (“This Fire Of Autumn”); o esa extrañamente bella e hipnótica “Frozen”, donde sonaron como si los Bad Seeds se abandonaran al jazz en un filme de David Lynch. Aunque aquí sí hay banda. Una capaz, además, de recrear envolventes y ensoñadoras atmósferas que perduraron más allá de las cajas de ritmos de “Medicine” y de la mágica delicadeza de “Goodbye Joe”.

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