Sr. Chinarro, puro teatro
Conciertos / Sr. Chinarro

Sr. Chinarro, puro teatro

7 / 10
Eduardo Tébar — 11-01-2011
Empresa — Circuito Pop Rock Andalucía (Junta de Andalucía)
Sala — Teatro Alhambra
Fotografía — Eduardo Tébar

Antonio Luque se parece cada vez más al Leonard Cohen de Woodstock. Anoche, además, se defendió solito con su Gibson acústica en el Teatro Alhambra de Granada en la presentación del Circuito Joven de Pop-Rock de Andalucía. Más cantautoril y desnudo que nunca, en fondo y forma, y también más alejado del hermético sevillano de pincel que desde hace una década se resiste a dedicarle una letra al Paseo de los Tristes. “La noche pasada soñé que Murcia iba a desaparecer. Granada ya no existía. Ni rastro de Almería”, canta en un adelanto de su próximo disco, que verá la luz a finales de marzo. Piezas nuevas, como “Babieca” –en honor al robusto caballo de El Cid–, mantienen el tono de costumbrismo surrealista y populismo con flashes de greguería. En esa paulatina amplificación anda Sr. Chinarro desde “El fuego amigo”. Ya absolutamente comunicativo, desarrollando monólogos hilarantes entre canción y canción. Admiración y carcajadas. Su soltura en el manejo de significados y en el arte del retruécano le permite hilvanar cantes y comentarios. Y así, entre interludios mordaces, van cayendo gemas de su etapa de extroversión como “Gitana”, “El alfabeto morse”, “El rayo verde” o “Los amores reñidos”. Luque lleva tiempo sopesando funcionar con una banda de rockabilly. Habrá que ver para creer.
Mientras tanto, Pájaro Jack disfrutan de su meteórico crecimiento en solo un año de vida. El proyecto liderado por Jaime Beltrán empieza a volar con firmeza sobre ese cielo de armonías etéreas que Simon y Garfunkel reflejaron en las gafas de sol de Dustin Hoffman. Tras la salida de Fran Ocete, la banda se ha ensanchado con la incorporación del guitarrista Arturo Muñoz y de Dani Guirado (batería y cantante de Ana Lógica) en labores de teclados y percusión. Pájaro Jack se erigieron en púber revelación de la escena granadina en 2010. Por cada paso que dan, ascienden varios peldaños. Con dos epés publicados y una prometedora carrera por delante, la formación actual resulta vocalmente rica e impecable, abierta a infinitos detalles camafeos. El éxito masivo de Fleet Foxes –y de Wilco, quienes juran no volver a versionar– produce estos efectos secundarios. Pájaro Jack comparten referencias con la banda de Seattle, así como la condición de novicios insultantemente maduros para su edad. Sus voces empastan como planchas clisadas. Y las canciones oscilan entre reflexiones acerca de la "espaciotemporalidad" cotidiana y la inocencia pretendida de un líder –atacado por un catarro en una noche tan especial– que se declara en público Boy Scout. Esas maneras abstraídas y sus texturas añejas retrotraen los tormentos de Nick Drake, los esbozos cantautoriles del primer Donovan y aquellos paisajes oníricos de Fairport Covention o H.P. Lovecraft. “Si mañana”, “Las luces”… Muchos quilates en un cancionero en crecimiento.
Por desgracia para Tannhäuser, el otro grupo en ciernes del cartel, gran parte del público –incluidos los no fumadores– había abandonado las butacas llegado su turno. Los sevillanos le deben tanto a los colosos del krautrock y del post-rock que la palabra “experimental” se queda en una vacua exageración. En directo, las composiciones de “Para entonces habrás muerto” buscan el mismo perfeccionismo plástico. Climáticos, instrumentales. A veces, sumergidos en la reverberación de arpegios intrincados, jugando con la pedalera. Otras, desatados en embates voltaicos. La entrada de Eduardo Escobar en la batería refuerza la emulsión rítmica a lo Klaus Dinger. Como el poeta germano del que adoptan el nombre, el futuro de Tannhaüser se aventura errante.

Un comentario
  1. You know what, I'm very much inielncd to agree.

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