“Algunas veces me siento un jubilado”
Entrevistas / Sr. Chinarro

“Algunas veces me siento un jubilado”

Raúl Julián — 22-04-2024
Fotografía — Archivo

Antonio Luque entrega Cal viva (Eclipse Melodies, 24), decimonoveno disco de estudio de Sr. Chinarro y en el que presta especial cuidado a los arreglos de vientos y cuerdas. Quedamos con el sevillano en el madrileño barrio de Usera para comprobar que continúa razonando cada respuesta bajo su siempre sincero prisma.

Cuando te entrevisté con motivo del lanzamiento de tu anterior disco, “Reality Show” (Mushroom Pillow, 22) me dijiste: “He intentado escribir sobre otras personas, después de quedar bastante harto de mí mismo”. Sin embargo, en este álbum vuelves a la primera persona y la óptica personal.
Sí, porque tampoco hubo tanta diferencia cuando lo intenté. Al final siempre se habla desde la óptica de uno mismo. Al parecer soy en parte Asperger y me gusta estar solo y no salir de mí mismo. De niño me entretenía con las chapas y los clicks de Playmobil y ahora es con la guitarra y escribiendo. Pero no soy tonto y veo lo que le pasa a la gente. Y me duele y me gustaría proponer soluciones, aunque eso lo tiene que hacer mejor Pedro Sánchez, que es el que hay ahora y tiene esa posibilidad (Risas).

¿Por qué afirmas que este disco es un producto andaluz? ¿Cómo, dónde y con quién ha sido grabado? Creo que van por ahí los tiros...
Después de mucho tiempo yendo y viniendo a Cornellá por razones sentimentales me quedé definitivamente en Málaga y no me apetecía nada viajar. De hecho, este sello nuevo nos hubiera pagado la grabación donde yo hubiera dicho, incluso en Abbey Road. Pero no me apetecía. Cuando yo tocaba con la banda de Barcelona (en los pocos conciertos que hicimos de “Reality Show”), era muy complicado cuadrar cada vez que salía una fecha, porque ellos tocan en muchísimos grupos y con muchos artistas. Así que me había buscados unos músicos, digamos suplentes, en Málaga, para cuando los de Barcelona no pudieran. Al final decidí hacer el siguiente disco con estos músicos andaluces. Es muy cómodo y he podido hacer todo en mi zona. Por eso ha quedado un producto de proximidad. Quería presumir de que se podía hacer sin moverse mucho, más que tirar de un orgullo andaluz nacionalista que no tengo.

“La industria ha cambiado mucho... pero para que nada cambie”

En este disco hay especial cuidado y presencia de los arreglos de vientos y cuerdas.
Tenía presupuesto para hacerlo, que es uno de los motivos por los que acepté la propuesta de este nuevo sello, Eclipse. Es de una persona que estaba dispuesta a apostar por lo que yo le dijese. Pero tampoco iba a hacer como My Bloody Valentine con “Loveless” (Creation, 91), pasando un año entero en el estudio, porque tampoco tengo yo esa energía. Pero no dudé cuando tuve que hacer arreglos, porque teníamos los medios. Puede que haya gente a la que ese sonido tan clásico le eche un poco para atrás o le dé penilla, pero yo creo que encajaban bien con las letras y con la forma de las canciones.

¿Dirías que es un disco especialmente reflexivo?
Yo creo que cualquier artista que quiere crear algo tiene que reflexionar. De ahí es de dónde viene la obra: de múltiples reflexiones dentro de uno mismo. Es como un acople que se va haciendo cada vez más grande y tienes que plasmarlo en alguna parte. Si te refieres a que es más taciturno o triste, yo siempre digo que Chinarro nunca ha sido la alegría de la huerta: nunca nos han programado en un festival a las dos de la mañana para que la gente pegue saltos. En cualquier caso, algunas canciones son más animadas, también en este disco. Es como yo soy y sería absurdo pretender ser quien no soy. Y, en todo caso, lo hubiera intentado con veintitantos años, pero ahora...

Diría que tu forma de cantar en este disco es más melódica de lo habitual, casi amable en contraste con esa lírica siempre afilada latente en las propias canciones.
Probé a cantar, de nuevo, echando menos aire y más cerca del micrófono, que era como cantaba en los primeros discos de los noventa, solo que entonces impostaba un poco la voz y me ponía misterioso de más. Aparte de que la voz va cambiando con los años. Pero es cierto que en “El fuego amigo” (El Ejército Rojo, 05) y “El mundo según” (Mushroom Pillow, 06) empecé a cantar más lejos del micro y echando más voz. Está mejor cantado que otros discos y las tomas son casi en directo, está muy poco editado.

Quizá por eso, escuchando este disco me he acordado bastante de Lambchop o Tindersticks ¿Has tenido algún referente claro para hacer “Cal viva”?
No lo hice queriendo, pero en “Exvoto”, la canción que abre el disco, hay algo del “Nixon” (Merge, 00) de Lambchop, que para mí es su mejor álbum. En realidad, al principio cogí unos acordes de un chico que enseña a tocar en Internet y estaba tocando como una bossa nova. Llegué al local con esos acordes y todo lo que se me había ocurrido de melodía de voz, la otra parte del tema y la letra. Luego el resto de la banda también le fue dando su rollo. No fue premeditado que sonase así, pero cada uno fue poniendo algo y quedo así.

“Bufón” es ácida y critica con el tema de algunos festivales y, sobre todo, con los grupos de versiones ¿Cómo se te ocurrió este tema?
Vivo cerca del Balneario de Málaga, en donde, desde hace muchísimo tiempo y todos los fines de semana, toca el mismo grupo haciendo las mismas versiones... y me fascina cómo la gente quiere escuchar lo mismo una y otra vez. No quieren novedad. Ellos se tienen que ganar la vida, claro, pero es una falsificación. Y es cierto que los grupos tributos están copando las fechas de las salas, en donde cada vez es más complicado encontrar fechas. Yo quiero hacer presentación del disco en Madrid y Barcelona y me está costando encontrar: están las salas llenas, muchas veces con grupos tributo. A veces tengo la sensación de que hay tantas novedades que la gente ha dicho que ya vale y no quiere nada nuevo: prefieren bailarinas y bailarines, y lo de enseñar culo, paquete y tetas no pasará nunca de moda. Pero, en cuanto a la música, parece que ya nadie quiere descubrir grupos nuevos: Joy Division, Nirvana, The Cure, Queen... y con eso ya tenemos. Y, de vez en cuando, en su mundo de melomanía estrecha, aceptan algún grupo español que triunfa como Vetusta Morla o Love Of Lesbian, sin mayores inquietudes. No está todo perdido, pero cada vez se ponen las cosas más difíciles, sobre todo después de la COVID, que hubo un relevo generacional. Eso, junto con la saturación de proyectos, hace que algunas veces me sienta un jubilado rememorando mi juventud.

Los pájaros es un elemento recurrente que aparece en varias ocasiones a lo largo de este disco ¿Hay alguna razón específica para ello?
Escribí la mayoría de las letras en la playa y, claro, pasan por ahí. Y también había dejado de volar a Barcelona (los aviones contaminan muchísimo) y hay varias canciones que hablan de mi ruptura y del desamor. Y, de algún modo, comencé a sentirme en paz conmigo mismo, escribiendo las letras en la playa, una tras de otra. Allí en la playa tenía olas, gente dando por culo porque es verano... y pájaros. Y en estos últimos veía más signos de civilización que en los humanos que van a esa playa.

“Sería absurdo pretender ser quien no soy”

Ha pasado apenas año y medio desde que viese la luz “Reality Show”, el que fue tu anterior disco ¿Dirías que estás en un momento especialmente prolífico? O, directamente, deberíamos decir que eres un músico especialmente prolífico... es el decimonoveno disco ya de Sr. Chinarro.
Bueno, es que también llevo muchos años. Hay que gente que elige más, supongo, pero la historia de la música está llena de casos en la que la canción que triunfó fue la que se hizo de relleno o la que iba a quedar fuera... Yo, si termino una canción, la grabo. Y si se graba, se publica. Y más ahora, que la echas al streaming y ya está ¿no? Es que el año tiene 365 días. Y es verdad que no cojo la guitarra todos los días y que no todos los días que la cojo se me va a ocurrir una melodía. Pero si 10 días de 365 días se me ocurre una melodía, ya da para un disco. No me parece a mí que eso sea una proeza.

Hace poco entrevisté a Gruff Rhys, quien también cuenta con una discografía bien extensísima, y le preguntaba si se acordaba de todos sus discos ¿Te acuerdas tú de todos tus trabajos?
De las letras... de todas no; y de los acordes de todos los primeros discos tampoco: no sé dónde puse los dedos. Por ejemplo, hay una canción que me encanta, “Pelillos a la mar”, del disco “El ventrílocuo de sí mismo” (Acuarela, 03), en el que hay una secuencia de acordes que me encanta y no sé cómo se toca (Risas). Si me pongo la saco... es una secuencia un poco jazz en realidad, que encontré por casualidad, no la apunté y ahora no sé cómo va.

Después de un buen puñado de discos en Mushroom Pillow, te estrenas en un sello novel como Eclipse Melodies ¿Por qué este cambio después de tanto tiempo?
Es una persona que de pronto ha querido entrar en el mundillo y es muy fan de Chinarro. Todo empezó porque quedamos un día en Barcelona, tras contactar conmigo por Internet y decirme que quería regalarme unos pedales de guitarra que ya no iba a utilizar. Pensé que serían unos pedales normalitos y resultó que eran unos pedalacos. Una persona con recursos económicos que ha decidido hacer un sello y me dijo que podía disponer de todo lo que necesitase y al instante. Mushroom Pillow no escatimó tampoco en medios en “Reality Show” y, de hecho, no fue un disco barato. Pero para mí también es una forma de darle un descanso a Mushroom Pillow y que no tuviera que hacer otra vez ese esfuerzo económico: siempre tengo miedo de que echen del sello si luego no se recupera esa inversión. En lugar de eso, me voy yo una temporada y luego vuelvo, dentro de un disco, dos o tres. No tengo ningún reproche que hacer a Mushroom Pillow, al revés.

Alguien como tú, que lleva en esto desde comienzos de los noventa ¿Qué opina del actual funcionamiento de la industria en comparativa con tiempos pasados?
Ha cambiado mucho, pero para que nada cambie. Las plataformas de streaming las manejan las grandes compañías de discos. Antes controlaban todo y ahora lo controlan todo. Simplemente ha cambiado la distribución, que ya no es tanto física y es más digital. A todo el mundo le importa un pimiento lo que le pase al de al lado y todo el mundo va a lo suyo. Y en la música igual ¿Qué podemos hacer los músicos que no estamos en una multinacional? Mucha gente se pone las novedades en listas de las plataformas como si fueran ‘Los 40 Principales’. Antes las compañías grandes tenían que darle dinero a ‘Los 40 Principales’. Ahora, directamente, Spotify y las playlists (que son esos “40 Principales”), son suyos. De vez en cuando, Sr. Chinarro sale por el algoritmo cuando escuchas a Grupo de Expertos Solynieve (que no tocan), La Costa Brava (que en paz descanse Sergio Algora), Le Mans (que no existen) ... ¿me están queriendo decir algo? ¿Quizá que no debería existir ya? (Risas). Lo manejan como quieren: antes copaban la distribución física, y ahora que hay un revival del vinilo, copan la fabricación. Es el capitalismo: tirar del revival para volver a vender lo que ya tiene la gente. La gente debería dejar de comprar, pero no puede vivir sin consumir; pero bueno, que compren mi disco… (Risas).

¿Qué tipo de gira tienes prevista?
Quiero tocar con la banda. Tenemos fechas cerradas en Valencia, en el ContemPOPraena y en Sevilla. Y querría hacer salas, pero es lo que hablábamos antes: están todas llenas. Entre los grupos tributos y los grupos punky-pijos que están de moda desde que salieron Carolina Durante y parece que llenan, es complicado. Hasta han elevado el estatus de otras bandas como Los Punsetes o Airbag. La gente va a bailar el pogo, pero Chinarro no hace esa música. Si van a los conciertos a empujarse, conmigo que no cuenten. Pero el caso es que no hay salas, no hay fechas. Así que igual tengo que venir a presentar este disco a Madrid cuando ya tenga el siguiente (Risas).

 

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