“Debería haber creído más en mí mismo y en que merecía más éxito”
Entrevistas / Sr. Chinarro

“Debería haber creído más en mí mismo y en que merecía más éxito”

Raúl Julián — 17-11-2022
Fotografía — Archivo

La honestidad creativa de Antonio Luque, como Sr. Chinarro, reaparece esplendorosa en ‘Reality Show’ (Mushroom Pillow, 22), decálogo que retrata el actual entorno social desde la óptica incisiva e inteligente del andaluz. Unos aciertos que conforman el que bien podría ser mejor disco del autor en años, y que desgranamos en torno a una interesante charla telefónica de casi media hora de duración.

¿Tuviste claro desde el principio que a través de ‘Reality Show’ ofrecerías una ácida radiografía acerca de la sociedad actual?
En realidad me salió sobre la marcha. De hecho, escribí prácticamente todas las letras en tres días. Luego he cambiado cosas y hecho muchos ajustes, pero básicamente la idea central salió de diez o doce letras que escribí en tres días.

¿Empezaste a componerlo antes, durante o después de la pandemia?
Justo después. Estaba viviendo con Cornellá y me vine a mi casa de Málaga. En los primeros días aquí ya empecé a coger un poco de perspectiva acerca de lo que había pasado y lo escribí.

Después de amasar una discografía tan extensa como la tuya ¿Qué dirías que hay de inédito en este nuevo disco? ¿Hay algo en ‘Reality Show’ que sea del todo novedoso con respecto a tu obra previa?
Debería decir que sí, porque probablemente ya hace tiempo que el público puede tener esa sensación de ‘Anda, otro disco de Chinarro’. Pero en realidad para mí son todos distintos. No sé, son canciones distintas (Risas). Pero siempre es música pop o rock, o como se quiera decir... Son canciones sencillas de bajo, guitarra y batería, y mi voz siempre es mi voz ¿sabes? Pero bueno, cuento cosas que no las había contado antes. Particularmente tenía un poco de miedo con las letras. No sabía si me estaba yendo un poco demasiado lejos de mi estilo habitual. Porque creo que se entienden un poco más fácilmente que en ocasiones anteriores, pero es que quería que se entendieran. No quiero ir de Góngora por la vida.

"Hace muchos años que digo que yo no hago giras, porque esto no es Estados Unidos y aquí puedes tocar y te vuelves a tu casa ¿sabes?"

Hay un contraste marcado (y en la práctica muy atractivo) entre ese aspecto jovial de las canciones y esa narrativa crítica e inteligente de las canciones en torno a la actualidad imperante ¿Qué aspecto querías que tuviera el disco? ¿Qué tipo de álbum pretendías hacer?
Más que jovial, creo que tiene más energía. Quizá tiene algo más rabia. Yo no uso muchos pedales de distorsión, pero con las magníficas guitarras de Dani Vega incluso hay fuzz en algunas canciones, algo que no es muy habitual en un disco de Chinarro. Creo que viene bien después de esa presión de la pandemia y el confinamiento... esa energía que se deriva del ‘Al fin libres, pero en qué mundo ¿no?’. Es la sensación que se desprende del disco, e igual no ha sido ni buscado, pero cuando por fin me pude reunir con la banda en Barcelona para montarla, lo interpretamos así.

El disco suena, además, muy actual ¿Era prioritario para ti no estancarte en un sonido más pretérito y buscar esa actualización?
Bueno, ahí hay que hablar también del baterista y del bajista, Xavi Molero y Miguel Sospedra respectivamente, que tocan en un montón de proyectos actuales como Iván Ferreiro, Zahara, Amaia... es decir, que están en el mundo de la música, están al día. Y su manera de tocar también es bastante actual. Luego, por supuesto, están las guitarras de Dani Vega que es un melómano empedernido y conocedor de todo lo que haya que conocer y más. Y Josep Vilagut también hizo muy buen trabajo grabando; y la mezcla de Jordi Mora, que trabaja con Lori Meyers o Bunbury. Son gente que están muy al día y eso también marca el resultado del sonido final, claro. No lo he hecho yo todo... (Risas).

El amor y sobre todo el sexo siguen siendo temas recurrentes en tus canciones ¿Crees que, al final y a pesar de lo mal que está todo, es lo que siempre quedará para ser felices?
Claro, es que el único sentido de la vida es que siga la propia vida. Entonces, por eso da gustito hacerlo ¿sabes? Si no, no haríamos ni eso (Risas). Todo lo demás es basura, hasta el punto de que al final van a conseguir que eso sea basura también, pero todavía queda un poco para que eso lo consigan.

A estas alturas de tu carrera ¿siguen tus letras siendo mayoritariamente autobiográficas?
Otra de las novedades es que, precisamente, en estas letras intenté escribir acerca de otras personas. Después del confinamiento quedé bastante harto de mí mismo. Yo que siempre presumía de poder vivir solo y de ser un poco de ermitaño, porque realmente lo soy y tampoco necesitaba salir mucho o relacionarme mucho. Pero después del encierro (aunque no me pilló solo exactamente y tampoco fue muy bien) tuve ganas de pensar en las vidas de los demás, en cómo eran esas vidas y en lo que nos estaba pasando a todos. Tampoco quiero hacer un análisis sociológico ni pretendo dar una lección política ni nada, pero intente contar historias de otras personas, y de hecho en muchas canciones hay nombres de otras personas: Nuria, Luis o Rosa. No son mis historias, aunque obviamente están contadas tal y como yo las veo.

¿Girarás con esa banda completa que mencionabas para presentar este nuevo disco? Lo digo porque tus últimos conciertos fueron en formato acústico ¿Qué te motivó para elegir ese formato?
Bueno, hace muchos años que digo que yo no hago giras, porque esto no es Estados Unidos y aquí puedes tocar y te vuelves a tu casa ¿sabes? (Risas). Entonces nosotros tocamos donde nos contratan, como si fuéramos una empresa de aluminios o de toldos: donde te llaman, vas. Y vamos la cuadrilla en la furgoneta y hacemos el trabajo, en función del espacio y del formato. Hay sitios que son de acústico porque así lo quiere quien lo contrata o porque el sitio es pequeño o lo que sea. Luego si quieres pagar lo que vale llevar a las cinco personas de la banda desde unos cuantos kilómetros, pues nosotros encantados. Donde lo paguen iremos, y donde no lo paguen no iremos. Esa es mi política.

¿Cómo surgió la idea del libro ‘Había una vez... Sr. Chinarro: conversaciones con Antonio Luque’ (Muzikalia, 19) publicado por la web Muzikalia? ¿Qué tal fueron esas conversaciones con Manuel Pinazo y Chema Domínguez? El resultado fue un volumen muy atractivo.
Fueron muy bien. Son dos personas encantadoras y fueron a Cornellá, en donde estuvimos charlando solo dos o tres días, pero como hablo tanto pues dio para un libro entero (Risas). Algún día contaré yo también la historia de Chinarro, pero seguro que al cambiar el punto de vista contare más cosas. Pero tampoco me urge, y en realidad me gustaría escribir ficción. Gracias por la parte que me toca. Está claro que en parte depende mucho del narrador, pero luego también hicimos un buen trabajo, porque lo leímos e hice muchas sugerencias, incluso en cuanto a la redacción, para que reflejase un poco mejor lo que yo había querido decir, sin cambiar por supuesto la información.

Comenzaste en la década de los noventa y fuiste parte imprescindible de aquella escena que conformó la primera oleada del indie nacional ¿Cómo recuerdas aquel movimiento junto a grupos como Los Planetas, Mercromina, El Inquilino Comunista o Sexy Sadie? La primera vez que te vi en directo fue, de hecho, en Salamanca, abriendo un concierto de Los Planetas que por aquellas presentaban ‘Pop’ (RCA, 96).
Lo recuerdo perfectamente: eso fueron dos conciertos (en Valladolid y Salamanca) que abrimos para Los Planetas, y fuimos con el Ford Escort. Todavía tengo alguna foto de aquello por ahí. A Los Planetas ya les iba mucho mejor por entonces, y como a J le gustaba Chinarro nos llevó a ciertos bolos. Yo tocaba con su guitarra, una Telecaster amarilla. Con estos otros grupos que dices no coincidí en aquella época: a Jaime de Sexy Sadie lo he conocido mucho después y tampoco he coincidido mucho. Con El Inquilino Comunista no he coincidido nunca, no sé quiénes son. Para mi esa época fueron varias visitas al Maravillas... Chinarro tampoco tocábamos mucho. Siempre tuvimos buenas críticas, en Rockdelux y Mondo Sonoro cuando apareció, pero no hicimos muchos conciertos. Luego salió lo del Festival de Benicàssim y como a Miguel Morán le gustábamos de vernos alguna vez en Madrid ya hicimos bastantes veces Benicàssim. Pero de entonces recuerdo que hicimos pocos conciertos y mucha precariedad: todos en un coche apretados, guitarras baratas que se desafinaban y cosas así. A los que le fue bien, les fue bien. Por ejemplo, a Los Planetas. Pero claro, ellos entraron en una multinacional. Quiero decir que eso era indie pero ya no era indie puro de oliva, digamos (Risas). Ya tenían dinero de una multi. Con dinero sonabas en la radio, y antes era mucho más importante que ahora estar en los medios y que se te hiciese promoción. Y, al fin y al cabo, si quieres tocar por ahí tienes que darte a conocer. Eso se consigue con dinero.

"Percibo que en España no salen muchos grupos más allá de “punkito” ¿sabes?"

Es evidente que la industria musical (y todo la que le rodea) ha cambiado muchísimo desde entonces ¿Crees que, para el artista, era más beneficiosa aquella escena de los noventa en la que empezaste o el momento actual?
Ahora no sé. Creo que para el artista nuevo es más o menos igual. Ahora tienen la opción de colgar las canciones ahí y esperar que haya un milagro. Hay gente que cree en los milagros, pero yo no creo en los milagros. Al final los que salen, salen porque tienen ayuda, ayuda de dinero, me refiero. Yo eso de que gracias a Internet triunfen solos no me lo creo. No me creo lo de Arctic Monkeys en Inglaterra, ni me creo que Izal o Vetusta Morla colgaran las canciones y eso ya fuera solo, como parece que fue... No, no me lo creo.

Has sido siempre un artista muy honesto, tanto a nivel creativo como personal ¿Te arrepientes de algo? ¿Qué queda de ese Sr. Chinarro de los noventa? ¿Hay algún tipo de esencia -quizá la propia honestidad brutal- que siempre ha estado ahí y que nunca desaparecerá?
Mira, yo debería haber creído más en mí mismo, pero es que todavía sigo cometiendo el mismo error. Antes, cuando te decía lo de las guitarras baratas y tal... Mira, cuando volví de grabar el primer disco vendí la guitarra porque pensé que era mala. El técnico de allí, que era americano, claro, me dijo que mi guitarra era basura y tal. Ahora esas guitarras se venden más caras que las americanas, porque resulta que fue una serie muy buena que hicieron en Japón y demás. Pero cuando yo iba con esa guitarra a tocar a Madrid, estaba convencido de que era una porquería que se desafinaba. La recuperé porque, aunque la vendí, el compañero de instituto que me la compró me la volvió a vender al mismo precio muy amablemente, ¡y es la guitarra que uso hoy en día! Veintitantos años después. Es decir, que la guitarra estaba bien y yo tenía que haber pensado que yo también estaba bien, y que lo que estaba haciendo merecía más éxito y pensar en todo lo que había trabajado para ello. Y no pensar ‘Bueno, pues ya ira el Morán otra vez al Maravillas y bueno, otra vez voy a Benicàssim aunque sea de relleno a las cinco de la tarde, pero voy a echar el rato, me voy a hinchar a cerveza y a ver qué pillo’. Debería haber estado más convencido de mis capacidades. Pero bueno, soy así: una persona insegura y con tendencia al pesimismo. Y eso lo he pagado.

¿Dirías entonces que te ha faltado algo de ambición?
Bueno, ambición... tampoco hace falta tanto dinero para vivir. Yo, de hecho, diría que vivo mejor que la mayoría de la gente. Justo cuando me lo creí un poco más fue con ‘El Fuego Amigo’ (El Ejército Rojo, 05) con la ayuda de J, que sobre todo me ayudó a creérmelo, y que la producción que hizo está bien, metiendo ese poquito de flamenco que tanto gusta en este país lolailo. Y ahí empezó a irme mejor. También encontré a unos buenos músicos profesionales que me ayudaron a creérmelo. Y entonces salió ‘Ronroneando’ (Mushroom Pillow, 08), y más o menos desde entonces he podido vivir de la música. Pero con ayuda de los demás. También cometí el error de ir a tocar con mis amigos y gente que me caía bien. Y hacer una banda que suene bien y sea profesional en la carretera, que no se emborrachen antes de los conciertos y toquen delante de la gente... eso hay que hacerlo con profesionales, no lo hace cualquiera.

"De entre todo lo que he dicho, me gustaría destacar el papel de la banda en el disco, porque no sé si antes lo he señalado lo suficiente"

¿Cómo se mantiene la ilusión después de más de tres décadas haciendo música? ¿Has pensado alguna vez en dejarlo?
A mí me gusta hacer canciones. Es como si hiciera punto ¿sabes? Tricotaje o como se diga. O Vainica Doble, como el nombre del probablemente mejor grupo que ha habido en castellano. Para mí hacer canciones es Vainica Doble. Luego, si gusta y tal, pues bien. Ya sé que nunca llenaré grandes recintos y tal, aunque nunca se sabe, pero lo hago sin una ilusión grande en torno a eso. Es como cuando recargo el bono-bus y con el euro que sobra pido una primitiva, es el mismo tipo de ilusión. Quién sabe, puede tocar, o si no los seis números, pues al menos cinco.

Como decíamos antes, tu discografía incluye un sinfín de referencias que incluyen en torno a veinte discos y un buen puñado de EPs ¿Podrías elegir un disco favorito? ¿Cuál es, en tu opinión, el disco que mejor representa lo que es Antonio Luque como creador?
Lo que pasa es que cuando lo diga puede ser una putada y nadie se lo va a creer, pero yo los discos míos que escucho con más deleite (que tampoco no los escucho mucho, aunque sean de verdad los que más me gustan) son los que menos vendieron (Risas). Debe de ser como lo que pasa con el padre y ese hijo que le ha salido un poquito más perjudicado. Son ‘Cobre Cuanto Antes’ (Acuarela, 02) y ‘El Ventrílocuo De Sí Mismo’ (Acuarela, 03). Los escuchó muy de guindas a brevas, no vayas a pensar que me levanto por la mañana y me pongo el ‘Cobre Cuanto Antes’ (Risas). En un programa de  Cataluña Radio que no recuerdo ahora el nombre, hicimos un día un ejercicio de poner una canción de cada disco. Y según las iba escuchando me daba cuenta de que tampoco veía que hubiera tantos cambios o tantos saltos. Cambiaron los músicos, claro, y unos tocaron mejor y otros peor; unos grabaron mejor y otros peor; las mezclas son diferentes; en uno canté más así o más de otra manera; en uno canté más en andaluz; en otro afiné más. Pero más allá de eso, escucho el mismo impulso artístico y prácticamente las mismas maneras de hacer.

¿Cómo ve un veterano como tú la actual escena musical indie? Esa que conforman grupos como Ginebras, La Plata, Menta, Carolina Durante, Cariño o Cala Vento.
No quiero ser cruel, porque además muchos de esos grupos nos los he escuchado, pero sí que percibo que en España no salen muchos grupos más allá de “punkito” ¿sabes? Del acorde mayor para arriba y para abajo en el mástil de la guitarra y todos tocando más o menos lo mismo, y la cañita y tal pero no muy bien tocado. No salimos de ahí. Ese rollo un poquito de punky y power-pop ¿no? Son todos más o menos así ¿no? A mí me gustaban más Los Nikis, es lo que tengo que decir…

Cala Vento y Mishima versionaron tu canción “Del Montón” ¿Qué te parecieron esas versiones?
Me doy cuenta con esto de Los Nikis que te acabo de decir, de que en realidad lo he dicho por uno de esos grupos que tú has mencionado, pero a la mayoría no los he escuchado. Y, por ejemplo, no me gustan más Los Nikis que Cala Vento. No estoy diciendo eso. Cala Vento me telonearon una vez antes de un acústico en un pueblo de la Cataluña profunda, hace solo seis años en realidad, y les dije ‘Sois buenos, vosotros vais a triunfar’. Y no me equivoqué. Yo habría sido un buen A&R de multinacional, no me equivoco. Y eso me lo ha dicho J varias veces y creo que es verdad. Acierto rápido con los grupos que van a llegar y los que no. Y a Cala Vento les vi algo bueno. O, por ejemplo, Kokoshca, que también hace un rollo cañero, pero tienen talento y buenas letras. Y el resto de grupos que has dicho no conozco casi a ninguno, así que no me quiero columpiar que luego coincido por ahí con ellos y me van a decir que soy gilipollas. Lo que quiero decir es que la música española quizá debería ser algo un poquito más elaborado, más allá de ese rollo un poquito punky adolescente que llevan todos ¿no? Mira que yo no tengo una técnica especial, que no soy Andrés Segovia (Risas), pero hombre, intentad salir un poquito de las tres notas y de todo el mundo tocando la misma nota. Darle un poquito de caña y las letras en plan “ahhhhhh” ¿sabes? Y en cuanto a las versiones, eso fue una idea buenísima de Mushroom Pillow, y me gustan mucho las dos versiones y gracias a eso mucha gente ha empezado a escuchar a Chinarro de nuevo. Muchas veces no hace falta sacar un elepé nuevo, sino solo tener una idea para que la gente se acuerde de ti. La de Mishima está muy guay también, pero claro, al ser en catalán lo ponen más difícil. Pero a mí también me gusta un montón.

Pues por mi parte hemos terminado, Antonio. Muchas gracias.
De entre todo lo que he dicho, me gustaría destacar el papel de la banda en el disco, porque no sé si antes lo he señalado lo suficiente. Hubo un momento en el que intenté tocar las canciones con una banda de Málaga, de nuevo cometiendo el mismo error de siempre de buscar músicos que no eran del todo profesionales. Finalmente regresé a Barcelona para hacer el disco y han hecho un trabajo increíble y buenísimo. Y el grabador y mezclador también, que me han salvado el pellejo. Espero que el resultado guste a todo el mundo.

 

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