Si Brenna Thummler expresó en la estupenda “Sábanas” (Brúfalo Lector/La Cúpula, 22) el duelo y la sensación de ser invisible, de sentirse como un fantasma, en esta segunda parte ilustra a la perfección la maldita necesidad de encajar, de ser aceptada, de ser vista y escuchada. Y nada mejor que la vulnerabilidad de la adolescencia, ese terreno de arenas movedizas entre la infancia y el mundo adulto, para hablar de todo ello.
Con “Frágiles”, la colección Brúfalo|La Cúpula añade un título más a la lista de obras especialmente dirigidas a ese público young adult en busca de historias que puedan conectar con su sensibilidad y sus problemas. Otra vez encontramos a Marjorie, que ha dado un salto notable en el escalafón social del instituto uniéndose al grupo de chicas y chicos populares, pero que no acaba de encontrar su sitio, y a Wendell, el entrañable fantasma que campa a sus anchas por la lavandería de su padre y que ve como Marjorie se va alejando cada vez más. A ellos se une Eliza, una chica que no acaba de encajar en el instituto, totalmente desubicada y obsesionada por fotografiar fantasmas, hasta tal punto que acaba deseando convertirse en uno de ellos.
Thummler consigue armar de nuevo un excelente relato coming of age valiéndose de elementos fantásticos que, lejos de causar extrañeza, ayudan a fundamentar ese sentimiento de estar en una tierra de nadie, articulando graves problemáticas en la infancia y en la juventud como son el bullying y la salud mental, particularmente los pensamientos suicidas. Como respuesta, Thummler propone la empatía y la amistad como puntales a los que aferrarse en esas edades tan complicadas: todas las personas somos frágiles, pero el paso a la edad adulta es especialmente delicado (por hacer referencia al título original de la obra).
“Frágiles” es una historia optimista, aunque la autora no escatima en embellecer el relato con grandes dosis de melancolía y nostalgia que su estilo preciosista, de hermosos tonos pastel, ayuda a intensificar. Una novela gráfica de gran riqueza visual, profunda y actual, con la que el público lector adulto también conectará inmediatamente. De nuevo, como en la anterior obra, traduce Natalia Mosquera, editora de La Cúpula, una labor que seguramente volverá a llevar a cabo en el título que cierra esta fantástica trilogía, titulado “Lights” en inglés, y que el público lector fan de Thummler esperamos ansiosamente.
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