La liturgia del rock

Hace unos años que la sala Groove de Portugalete es un recomendable punto de encuentro para fans del stoner, el rock duro, el black metal, el death metal y demás lindezas sonoras. El cuarteto griego Acid Mammoth volvía más o menos cuando se cumplía un año de su anterior visita al mismo local, aunque en esta ocasión los acompañaban, abriendo la noche, Big Muff Brigade, un nuevo grupo con tres miembros de Chivo, que cumplió de sobra con el papel asignado. Han grabado recientemente su primer disco —cuyo estreno está previsto para septiembre— del que sonaron hasta siete temas de onda stoner, con algunos nombres de siempre en mente como Kyuss o Fú Manchú, recordando a los primeros sobre todo en el deje vocal de su cantante y a los segundos quizá en los solos guitarreros y en las canciones más rítmicas. Pero el sonido del grupo también cuenta con ciertos detalles y maneras personales, como algún que otro riff que se salía de la norma o una sección bien currada a varias voces en canciones como «Get Them Wrong». Nos dejaron con ganas de más, de enchufarnos todos sus temas en bucle y sin prisa, más aún después de escuchar el potente cierre «Let It Go». Esperamos reencontrarnos.

Acid Mammoth —con padre e hijo a las guitarras más una robusta base rítmica— también invocó al stoner rock más clásico aunque tirando sobre todo hacia Black Sabbath, y es que los griegos se autodefinen como una banda de doom metal, un estilo que los ingleses ayudaron a forjar hace más de medio siglo. De hecho el guitarrista Chris Babalis Sr., el padre, tenía un aire a Tony Iommi, guitarrista de Sabbath, pudiera ser por los propios rasgos faciales o por la eterna postura de concentración observando los trastes y la digitación de sus dedos. Iniciaron el viaje con «White Hag», la primera canción de su primer disco (el autoeditado y homónimo del 2017), y dieron un repaso a su catálogo picoteando de sus otros tres álbumes, con temas del más reciente (que lanzaron hace cosa de un mes) como «Supersonic Megafauna Collision», «Atomic Shaman» o el trallazo «Fuzzorgasm (Keep On Screaming)». Los sonidos graves y aplastantes inundaron la repleta sala durante algo más de una hora, pasando de refilón por su tercer trabajo a través del tema «Berserker» y deteniéndose continuamente en el que seguramente sea el disco más valorado por los fans, "Under Acid Hoof", del 2020, del que sonaron cuatro de los cinco temas que componen dicho trabajo: muy celebrada «Them» con su simple e infeccioso riff, disfrutadas a tope «Tusks of Doom» y ese temazo que es «Jack the Riffer», destacando quizá sobre todas las demás una «Tree of Woe» que dijeron se la inspiró la película Conan, el bárbaro, y que sonó pesada e ineludible, como las mejores canciones del género.

Iban con el tiempo justo por el cierre de la sala así que no hicieron bis, pero sí avisaron de que se despedían con «They Live», de su álbum de debut y título de una de las grandes películas de John Carpenter, usando ese característico sonido arrastrado e infeccioso que haría que más de cien personas acudieran aquella noche a la liturgia del rock.