Supervitaminados
ConciertosThe Peawees

Supervitaminados

8 / 10
Raúl Julián — 20-11-2024
Empresa — Reducto Sónico/Conciertos Salvajes
Fecha — 19 noviembre, 2024
Sala — Porta Caeli
Fotografía — Chusmi10

Vaya por delante que The Peawees no inventan nada. Ni lo pretenden, ni tampoco lo disimulan. Al contrario, potencian su imagen retro en plena apología de un estilo orgullosamente revival que bebe sorbitos de power-pop, garage y punk, en una fórmula priorizada, ante todo, en torno al engullimiento indiscriminado de new wave y rock & roll. La veterana formación italiana está inmersa en una generosa gira peninsular de ocho fechas, incluyendo parada en Valladolid por obra y gracia conjunta de Reducto Sónico y Conciertos Salvajes. La sala lució buen aspecto, en el complicado marco de una fresca noche de martes que el cuarteto se encargó de caldear con un directo tan ardoroso y vigorizante como se les presumía.

Un triunfo asentado sobre varios pilares. Por un lado estaría el mismo repertorio del grupo, con canciones de cuño propio de tantos quilates como las incluidas en “Moving Target” (Wild Honey, 18) y ese reciente “One Ride” (Wild Honey, 24) que el combo venía a presentar. Un repertorio plagado de piezas magníficas en su campo, del tipo de “Lost In The Middle”, “'Cause You Don't Know Me”, “Drive”, “The Wolf”, “You'll Never Be Mine Again” (con Hervé Peroncini ejerciendo en solitario antes de que el resto de la banda regresase a escena justo a tiempo de finalizar el tema), “Wild About You” o “Food For My Soul”. Una envidiable colección de pildorazos verticales que se suceden arrastrando tras de sí a un público vencido, mientras la formación liderada por Peroncini saltea influencias de The Jam, Elvis Costello, The Clash o incluso Ramones y Mink DeVille. También puntúa muy alto el hecho de que la banda presuma de un directo tan crudo y sudoroso como mandan los cánones del género, desarrollado al mismo tiempo con formas impecables por una banda que, sobre el escenario, luce intachable en todos y cada uno de sus miembros.

Por si aún no fuera suficiente bagaje, The Peawees también cumplen con creces cuando de revisar temas ajenos se trata, tal y como evidenciaron en base al “Don't Look Back” de The Remains, “Leaving Here” de Eddie Holland, o la traca finalizada catalizada por el “Da Doo Ron Ron (When He Walked Me Home)” de The Crystals. El resultado fue un concierto cortito y al pie, sin fisuras, supervitaminado y convenientemente acelerado a lo largo de setenta minutos. O lo que es lo mismo (y una vez más), acorde con el género trabajado. The Peawees probaron, con esa puesta en escena tan efectista como efectiva que gastan, que serían capaces de templar hasta la más gélida de las noches.

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