Pretérito, vigente y atemporal
ConciertosNick Waterhouse

Pretérito, vigente y atemporal

8 / 10
Raúl Julián — 29-04-2025
Empresa — Houston Party / La Lata de Bombillas
Fecha — 25 abril, 2025
Sala — Oasis Club Teatro, Zaragoza
Fotografía — Jaime Oriz

Cada vez resulta más frecuente encontrarse a Nick Waterhouse de gira por nuestro país, en una apreciación que sólo puede catalogarse de excelente noticia, a sabiendas de que cualquier cita con el norteamericano cumplirá sobradamente con las premisas prometidas. El paso del músico por una plaza con tanta solera como es el Oasis Club Teatro de Zaragoza, dentro de esa deslumbrante programación especial con la que (la no menos mítica) La Lata de Bombillas de la ciudad lleva meses celebrando su cuarto de siglo, distó mucho de ser ninguna excepción a la regla.

En realidad, el concierto en cuestión fue una confirmación en firme de ese cúmulo de cualidades que el de California, al amparo (además) de un escenario tan encantadoramente vintage como la propia música de Waterhouse. Acompañado de una excelente banda de seis músicos (que incluye batería demencial, vientos impagables o corista), el protagonista desplegó con impecables maneras esa impagable mezcla de rhythm & blues, rockabilly, soul, jazz y doo-wop empacado en discos como como “Time's All Gone” (Innovative Leisure, 12), “Holly” (Innovative Leisure, 14), su álbum homónimo de 2019 o el más reciente “The Fooler” (Innovative Leisure, 23).

La solidez de la formación propulsó una actuación sin fisuras, en la que dos elementos resultan innegociables y se imponen como base común para toda la velada: intensidad y elegancia. Un par de activos que, en manos de la troupe capitaneada por el carismático guitarrista y vocalista, adquieren una fuerte personalidad en canciones de perfil añejo y del todo reconocible que, por supuesto, no inventan nada, pero que llegan desde el escenario matizadas con el toque artístico marca de la casa. Un añadido que, al mismo tiempo, potencia su valor intrínseco, sobre todo al contacto inflamable con las tablas y hasta adquirir las propias canciones una irresistible verticalidad.

De “Time's All Gone” a la final “LA Turnaround”, pasando por otras gemas sin desperdicio entre las que tuvieron cabida “Medicine”, “Some Place”, “Play To Win”, “This Is A Game” o “(If) You Want Trouble”. El concierto de Nick Waterhouse fue acumulando matices a lo largo de noventa minutos, dejando espacio para el baile y la celebración, escenas introspectivas de gran sentimiento, o la exhibición de un músculo que incluso pudo llegar a insinuarse garagero. Todo un festín, el ofertado por un artista de especto pretérito, vigencia actual y, en realidad, tan atemporal que seguirá luciendo con idéntica firmeza en el futuro.

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