MÚSICA CONTRA EL FUEL

Tras una jornada de lo más ajetreada a causa de la bola de nieve mediática que se formó alrededor de este concierto, la sala Apolo abrió sus puertas dando comienzo al show de los locales Ele, banda que pese a no contar con ningún disco en el mercado mostró capacidad y ganas suficientes para hacerse un hueco en la escena metalera. Su vocalista se reveló como un músico carismático capaz de aportar humor y ironía a un género que suele ser bastante serio. Pese a que éste fue uno de sus primeros conciertos, la propuesta promete. Tras la actuación de Ele y con la sala ya a medio aforo salieron Madee, una banda que, como ya saben los que la han presenciado en directo, difícilmente puede decepcionar. Acabaron con su ya clásica versión de “In Circles” de Sunny Day Real Estate, una lectura tan literal que desde la barra uno juraría estar ante los de Jeremy Enigk. Tras Madee, subió al escenario Jordi Urpí, responsable de la revista Batonga! que dio las gracias a los músicos, a la sala, a la Rulot –que cedió el backline- y a toda la gente involucrada con el proyecto antes de dar paso a Tuesday Afternoon, grupo ya habitual en nuestros escenarios que eligió condensar su repertorio para dejar a un lado sus temas más lánguidos y consiguiendo un final contundente empalmando dos de las canciones más cañeras de su primer disco, “Starving” y “The Other Side”. Sapo salieron a por todas con su peculiar propuesta y convencieron a un público barcelonés al que no se habían enfrentado muchas veces. Su mezcla de fusión rap metalera de letras descerebradas es una de las propuestas más originales del rock cantado en catalán. Finalmente, Adrià Puntí hizo gala de su condición de cabeza de cartel con un discurso intransferible, alternando la guitarra acústica y el teclado, a la vez que se acompañaba de un percusionista. Una muestra de su genialidad fue la versión que improvisó de “A Hard Rain’s Gonna A-Fall” de Bob Dylan, de la que se inventó la letra y cambió su estribillo por un “aserejé, aserejé” recibido con carcajadas. Cabe destacar la actuación de Dj Batidora, que amenizó los cambios entre grupo y grupo con su selección de pop rock independiente. Sólo queda agradecer la asistencia a las más de trescientas personas que pagaron seis euros de entrada para la Comisión de Cofradías Afectadas por el Prestige y a los medios de comunicación que, como todo el mundo, pagaron religiosamente su entrada.