Pudimos volar
Conciertos / Me First And The Gimme Gimmes

Pudimos volar

8 / 10
Blanca Olivella — 13-02-2017
Empresa — HFMN
Fecha — 10 febrero, 2017
Sala — Apolo, Barcelona
Fotografía — Montse Galeano

Iban a subirse a un avión, a volar, a tocar el sol, a sobrevivir. No iban a un simple concierto de versiones. Con Me First And The Gimme Gimmes ver y escuchar esas canciones que padres y abuelos dirían que escuchaban de jóvenes se convierte en toda una experiencia. Ellos iban a formar parte de un show, con todas las letras, de una superbanda en mayúsculas.

Como pequeños insectos acercándose a la luz, el público se dispersaba por la sala Apolo al escuchar los primeros acordes de Masked Intruder, que aparecían sin su guitarrista verde. Enmascarados, anónimos y cachondos, estaban listos para dar espectáculo. O de eso iba a tratar la cosa –me habían hablado mil maravillas de su directo-, pero la frialdad del asunto les impidió conectar con la audiencia a la velocidad que muchos esperábamos. Me preguntaba en qué momento iban a arrancar. Estaba costando más de lo imaginado, pero en un pestañeo el panorama dio un giro de ciento ochenta grados. Se volvieron cálidos y, junto al particular humor del de azul -qué mágico tener excusa para no recordar nombres-, el engranaje empezó a rodar. Fue cosa de la pegadiza “Stick’em Up”, aunque “I Fought The Law” también tuvo parte de culpa. Como ya había sucedido en Madrid, una afortunada del público terminó enmascarada y subiéndose a los hombros del malo de la película –que de malo, bien poco-, el famoso policía de la banda. Fue un comienzo dulce y goloso, amistoso, un inicio que haría resaltar a la superbanda californiana.

Me First And The Gimme Gimmes son muchísimo más que una banda de versiones por puro divertimento. Juegan con la ventaja de saber hacer las cosas bien y de engancharnos más que el suelo empapado de cerveza seca. De hecho, eso era lo único que mantenía al público tocando tierra. La cerveza volaba y cada uno cogía aire para entonar las viejas canciones del repertorio. Pero Spike Slawson y los suyos iban al grano, recortando parte de temas como “Take Me Home, Country Roads” (John Denver) o, más tarde “Jolene” (Dolly Parton). Sin embargo, había algunas piezas intocables: “I Believe I Can Fly” (R. Kelly) era una de ellas. Y una de las que el público esperaba con más ganas.

El ukelele en mano era señal que se avecinaba tormenta de verano. Y digo de verano porque son las que sientan bien y las que mejor encajan en el universo de Me First And The Gimme Gimmes. Pero un problema técnico obligó a la banda a improvisar y dejar el tema para un poco más adelante. Más de uno voló literalmente con la canción. Fue el climax del show, como muchos esperábamos. Aunque también hubo sorpresas, momentos inesperados, como la aparición del saxofonista Dani Nel·lo (Los Mambo Jambo), haciéndose con la sala Apolo al completo. Fue el aperitivo de un bis que empezó con “I Will Survive” de su último disco “Are We Not Men? We Are Diva!” (Fat Wreck Chords, 2014), con la que abrieron ya su concierto de hace tres años en la misma sala.

Resumiendo, el concierto de Me First And The Gimme Gimmes fue una vez más una apuesta segura ante la que no había ninguna posibilidad de aburrirse. Por eso, al llegar al final del show con “The End Of The Road”, todos estábamos satisfechos, colmados de hits y con las gargantas secas y agotadas.

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