Cruïlla BCN, un paso al frente
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Cruïlla BCN, un paso al frente

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07-07-2012
Empresa — Barcelona Events Musicals
Sala — Parc del Fòrum, Barcelona
Fotografía — Fernando Ramírez

Dicen que se requieren unos cuantos años para que un festival obtenga la consagración definitiva (esa que hace que el público compre la entrada y acuda sin necesidad de esperar a que se anuncie el cartel). Pues parece ser que el Cruïlla BCN está a punto de conseguir esa catalogación, tras cinco años de una trayectoria marcada por una diversidad estilística completamente abierta. Por otro lado el reto de hacer un festival en Barcelona, apenas unas semanas después de pesos pesados como el Primavera Sound o el Sónar, que dejaron a muchos con los bolsillos vacíos, era otro riesgo añadido que parece haber superado. Lo que sí ha conseguido el festival es dar con una mezcla heterogénea de públicos y edades en consonancia con la variedad de registros y artistas que le dan forma, cada uno con un público determinado y cómplice que les respaldó en sus actuaciones.

De todo lo que vimos nos apetece destacar varias propuestas. Para empezar, el proyecto transcontinental de los brasileños Arnaldo Antunes & Edgard Escandurra junto al malí Toumani Diabaté, que crearon pura magia la tarde del sábado en un escenario con vistas al mar. Guitarra, bajo, batería y koras unidos a la voz grave, profunda y penetrante del poeta-cantante Arnaldo que nos dejó “flotando”. También Las Migas, que abrieron el sábado, demostraron ser ya un grupo en el que todo suma. Su particular y sugerente visión del flamenco tuvo muy buena respuesta pese al calor. Además contaron con el añadido de contar con el mismísimo Raúl Rodríguez ‘Refree’ (su productor) acompañándoles en algunas de sus esplendidas canciones. Amadou & Marian y su afro-blues también sorprendieron por la variedad y magia de su oferta. Secundados por una amplia banda, presentaron “Folila”, su nuevo disco (en el que colabora gente como Santigold o TV On The Radio), y fueron capaces de alternar la belleza de sus baladas con piezas más rockeras, elementos electrónicos y fantásticas percusiones africanas. Gran actuación la suya. Depedro también volvió a certificar su personalísima propuesta y demostró que sabe como hacerse con el favor del público a base de cercanía. Del mismo modo, Bigott dio otra clase de originalidad y dejó claro que lo suyo no sabe de etiquetas. Etiquetas que sí se le pueden poner a Guadalupe Plata, pero que dan igual. El blues pantanoso que nace en sus instrumentos acaba en lo más profundo de los espectadores, sacudiéndoles sin compasión.
Como sorpresa agradable, destacaremos la actuación de la Parov Stelar Band, con una puesta en escena infalible y un electro-swing francamente efectivo.

Más nombres, Transadélica con Amparo Sánchez y Yacine (Nour), que rescatan clásicos cubanos y argelinos junto a repertorio propio, pero con su sello personal. Y Lenacay, el nuevo viaje a través de la investigación y experimentación con el flamenco de Ramón y Panko (Ojos de Brujo). A ambos les tocó coincidir con algún cabeza de cartel, Iggy Pop y Gogol Bordello respectivamente, pero llenaron sus espacios con un público agradecido.
A Gustavo Cordera (ex Bersuit) le tocó la apertura del festival el viernes con muy poco público, pero que respondió bien a su mezcla de rock y folk cumbiero. Poco después, Julieta Venegas y su numerosa banda prosiguió la onda latina, algo más escorada hacia el pop, pero sin olvidar la critica social y política.
Otra certeza del festival fue La Pegatina. Los catalanes hicieron temblar los cimientos del recinto con una buena cantidad de gente joven bailando y saltando. Unos chavales que unas horas antes habían flipado con la actuación de un señor de ¡sesenta y cinco años! con la piel cuarteada que tampoco paraba de moverse y sin miedo de morir en el escenario.
Ambas noches se cerraron con propuestas dirigidas a la pista de baile. La del viernes fue con los portentosos Birdy Nam Nam, que les sacan el máximo rendimiento a los reproductores de compactos y a la mesa de mezclas. Sus cuatro componentes tienen una sincronización inmensa en unas sesiones realmente efectivas, mientras podíamos ver en las pantallas como manejaban con destreza sus “instrumentos”. El sábado, el protagonismo del cierre fue para los belgas 2 Many Dj’s y su sesión de clásicos, quienes cada día suenan más duros y menos divertidos, con demasiadas subidas y bajadas de ritmo. Miguel Amorós

Aunque apenas sea una anécdota, muchos recordarán la nueva actuación de Iggy Pop & The Stooges en nuestro país como la noche en la que hubo sangre de nuevo. Y es que eso fue lo que diferenció esta actuación de otras anteriores suyas que habíamos presenciado. Lo que no tiene nada de anecdótico es que Iggy Pop continúe dejándose la piel minuto tras minuto, eclipsando a sus compañeros, eclipsando incluso el repertorio que suena (sí, no faltan clásicos –ni siquiera los de “Raw Power”-, pero tanto daría que faltasen), bailando y contorneándose aunque su cadera empiece a dar señales de no estar en el mejor de las formas. En todo caso, uno de los últimos mitos vivos del rock. De no ser por él, Eugene Hütz, vocalista, guitarra y líder de Gogol Bordello, se hubiese convertido en la gran estrella de la noche, gracias a su entrega total desde el minuto cero. De todos modos, tampoco estaría mal que los reyes estadounidenses del gypsy punk pisasen el freno en algún momento de su show, porque tanta energía puede aturdir. Todos los miembros del grupo sudan al máximo, brincan y corretean de un lado para otro, luchan por ser el tipo más entregado de la noche innecesariamente. Ahora bien, buscan que la gente lo pase en grande viéndoles, y lo consiguen. Nada de medias tintas. Y es que, gusten más o menos, es evidente que cuando sonaron temas como “Wonderlust King” o “Break The Spell” no hubo quien se les resistiese. Porque ofrecen diversión, como los catalanes Los Tiki Phantoms, que no suenan tan compactos ni tan feroces, pero sí con la suficiente entereza para que la gente disfrute con ellos y acabe sus conciertos con la sensación de que ha pasado un buen rato. Parece fácil, pero no siempre es así. Supongo que tiene mucho que ver con la espontaneidad, algo que esta vez le faltó al directo de The Pepper Pots. Suenan milimetrados –y eso tiene mucho mérito-, pero hasta ellos mismos saben lo que ocurrirá en cada segundo de su concierto, antes siquiera de subirse al escenario, o esa es la sensación dejó su actuación. En el polo opuesto estuvieron Za! al día siguiente. Un chasquido de dedos sería suficiente para hacer prender la chispa que nos sumerja en una hora de caos siempre controlado, de experimentación meditada, sudorosa. El dúo barcelonés no hace prisioneros, pero sí adeptos a su causa. Desgraciadamente, la coincidencia de su show con el de Linton Kwesi Johnson me hizo salir pitando. Y sin arrepentirme, porque Johnson, autor de los emblemáticos “Forces Of Victory” (1979) y “Bass Culture” (1980), es otra leyenda viva, uno de los artistas más rebeldes de finales de los setenta en el Reino Unido (nació en Jamaica, pero creció en Inglaterra). Respaldado por una banda de instrumentistas de los que viven cada segundo de lo que interpretan, Johnson compartió sus canciones con mensaje y sus proclamas con la convicción del que está realmente convencido de lo que dice. Las décadas pasan, los problemas continúan. Otro de los grandes retornos a presenciar era el de The Specials, leyendas del ska británico de la factoría 2 Tone. Infinitamente más sólidos que en su actuación –con una formación distinta e incompleta- en el Vans Warped que les trajo a Badalona en 1998, Terry Hall y los suyos mostraron más clase que sus compañeros de generación Madness, pero también algo menos de sangre. Sonaron casi perfectos, pulidos y dignísimos, aunque un punto lineales, pero brillaron como es debido cuando repasaron su fantástico repertorio (propio y ajeno). Sin tener tal arsenal de hits, Sharon Jones & The Dap Kings sí tienen mucha garra. Jones es pura energía, un torbellino a lo Tina Turner que baila y se desgañita como si eso fuese lo más normal del mundo, pero no la acompaña un set list que dio señales de agotamiento al cabo de unos cuarenta minutos. En todo caso, en su actuación hubo todo lo que le faltó a la de M.I.A. (en la foto), protagonista del peor de los conciertos que le recordemos en Barcelona. Era el último concierto de su gira europea y prometió ofrecer una noche para el recuerdo. Obviamente, no lo consiguió. Su actuación duró poco, su corista no dio una y el irregular sonido se cargó algunos temas (sobre todo “Boyz”). Eso sí, sirvió para recordarnos todo lo que le ha fusilado Madonna visualmente para su última gira. De ahí, que Cypress Hill se erigiesen en los auténticos triunfadores del Cruïlla con un concierto totalmente festivalero y uno de los más espontáneos –aunque pueda parecer contradictorio hablando de un grupo en el que las bases están grabadas- de toda la cita barcelonesa. B-Real y Sen Dog son dos bestias pardas de registros muy distintos y capaces de meterse al público en el bolsillo sin esfuerzo. Han pasado por momentos muy bajos discográficamente hablando, pero mientras funcionen como lo hacen sobre el escenario van a tener futuro. Con Muggs casi desligado del grupo, ambos raperos toman todo el protagonismo, aunque saben compartirlo con el increíble Eric Bobo, un tipo que dota de calidez a la parte rítmica del set con sus percusiones, y el Dj Julio G. Se dirigieron al público en spanglish, repasaron algunos de sus grandes éxitos (ya saben, clásicos como “How I Could Just Kill A Man”, “Insane In The Brain”) y se despidieron presentando su material más reciente (“Rise Up”, con la guitarra enlatada de Tom Morello de Rage Against The Machine, o “Lez Go”, del Ep que acaban de grabar junto al dubstepero Rusko). Si hubo unos triunfadores, para mí fueron ellos. Joan S. Luna

4 comentarios
  1. Aiii ¿porque nadie entiende a la india? Se pegó un bolaco... para mi despejó todas las dudas que generó en Sonar. Sonó bastante mejor (aun y no ser el sonido del dia de Razzmatazz estuvo a la altura de ese dia) y lo hizo pasar en grande. Demasiado exigentes señores..

  2. Yo creo que la mayoría la entendimos perfectamente: mucha provocación y mucha parafernalia pero a la hora de la verdad nada. Eso sí, el escenario muy bonito.

  3. sisi, una pena lo de MIA, fué un pedo de show aún que no se puede decir que la chica lo no lo intentó. y los de Cypress Hill se la comieron con pataticas

  4. ¿Cómo no mencionan a Nneka??? Sí no la fueron a ver, se perdieron algo grande!!

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