Decision To Leave
Cine - Series / Park Chan-wook

Decision To Leave

8 / 10
José Martínez Ros — 20-01-2023
Fotografía — Frame de la película

El cineasta coreano Park Chan-wook ha relatado en alguna ocasión que quiso convertirse en director de cine después de ver “Vértigo (De entre los muertos)” (58). Ha mostrado a lo largo de una carrera, en la que no faltan obras maestras como “Old Boy” (03) o “La doncella” (16) su admiración por Alfred Hitchcock siempre que ha tenido ocasión. Pero nunca se había acercado tanto al maestro británico como en “Decision To Leave”, un extrañísimo noir que, bajo la superficie de una muy retorcida intriga criminal, oculta el corazón enfermo de una historia de amor fou salvaje y desesperada.

Como en “Vértigo”, tenemos como protagonista a un detective minucioso y concienzudo hasta la obsesión, Hae-joon, interpretado por un estupendo Park Hae-il (al que algunos ya le habíamos puesto cara en thrillers surcoreanos tan estimables como “Moss” (10) o “El confidente” (14)), pero en su caso la acrofobia de James Stewart ha sido sustituida por un perenne insomnio. La muerte de un burócrata del departamento de inmigración, Ki Do-soo, en lo que inicialmente parece un simple accidente durante una escalada, lo pone en rumbo de colisión con su esposa, una bella y enigmática inmigrante china, Song Seo-rae, que trabaja como cuidadora de ancianos. Y ese caso se volverá su condena: una relación que hará que se desmorone, primero, su vida profesional y, a continuación, su hasta entonces feliz matrimonio.

Seo-rae es Tang Wei, de la que los cinéfilos de todo el planeta nos enamoramos en la magnífica “Deseo, peligro” (07) de Ang Lee, aquí, con un papel dificilísimo, a la vez maquiavélico y atormentado, están aún más magnética. Con gran astucia, Park desplaza el centro de la acción del investigar a la investigada; desde el momento que sus senderos se cruzan, Hae-joon queda atrapado en una trama laberíntica que ella parece construir a su alrededor. En Seo-rae el director coreano renueva un arquetipo fílmico tan denostado en nuestra época como el de la femme fatale, al acentuar su fatalismo y misterio.

Además, Park Chan-wook aprovecha su película para ofrecer una lección magistral sobre cómo usar smartphones, smartwatchs, cámaras, tabletas y portátiles para construir escenas de suspense. Es posible que el guion, que firma con su habitual colaboradora, Jeong Seo-Gyeong, no esté al nivel de las actuaciones y del sublime despliegue de recursos narrativos: la segunda mitad de “Decision To Leave” fuerza en varias ocasiones la suspensión de la incredulidad de los espectadores, hasta una secuencia final arrebatadora visualmente, pero muy difícil de justificar en lo que se refiere a la lógica de los personajes. Pero, a esas alturas, la mayoría de los espectadores, hechizados por ese prestidigitador de las imágenes que es Park Chan-wook, ya estamos dispuestos a comprarle a la película cualquier cosa. El viejo Hitchcock estaría orgulloso.

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