Los seis discos de Mayte Alvarado
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Los seis discos de Mayte Alvarado

Redacción — 29-07-2022

El año pasado, la dibujante e ilustradora Mayte Alvarado firmó una novela gráfica indispensable, “La isla” (Reservoir Books, 21), Mejor Cómic Español del año para nuestra publicación y con el que se llevó el Premio a Mejor Autora Emergente de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España. Por todo ello y por nuestra propia curiosidad, le hemos preguntado por los seis discos de su vida. Y aquí está el resultado.

Nick Drake
Pink Moon
(1972)

Hace ya casi mil años que una amiga me regaló un recopilatorio de Nick Drake, creo que fue por mi cumpleaños. Desde entonces, la música de Drake me acompaña. “Pink Moon” es su tercer y último disco. Once canciones en apenas media hora de duración construidas con guitarra y voz, desnudas y esenciales, salvo por el delicado acompañamiento de piano que incluyó en la canción que da título al disco. Su voz convierte la fragilidad en algo tangible, casi corpóreo, que estremece en la escucha. Nunca me canso de este disco, siempre me resulta emocionante en su sencillez.

Grouper
Ruins
(2014)

Le había perdido un poco la pista a Liz Harris/Grouper después de su “Dragging A Deer Up A Hill” de 2008 y este “Ruins” supuso un bello reencuentro. Escuchar “Ruins” es, para mí, como habitar una casa llena de fantasmas, imágenes residuales de lo vivido que se niegan a desaparecer por completo invocadas por el piano minimalista de Harris y sus paisajes sonoros. De sonido brumoso y evanescente, puede parecer un disco “pequeño” por su extensión y la falta de producción, pero su belleza se expande más allá de su duración en minutos.

Lasha de Sela
The Living Road
(2003)

Hace poco he recuperado este disco, que sonó mucho en mi vida en su momento y que fue con el que conocí la música de Lasha. Intensa, poderosa y vulnerable, por lo expuesta que se presentó, aunque nunca frágil. Así es como yo la entiendo y la escucho. “The Living Road”, cantado en español, inglés y francés, es un disco fronterizo entre la música tradicional mexicana, el rock y el folk. Me parece muy bello, emocional y valiente.

David Bowie
Hunky Dory
(1971)

Tenía que incluir algún disco de David Bowie en esta selección. Creo que “Hunky Dory” es mi favorito o, al menos, el que más he revisitado a lo largo de los años. Puede resultar un disco poco cohesionado, con temas en los que el drama, la exageración y lo teatral prevalece, como “Changes” o “Life On Mars?”, frente a otros más intimistas y de aires folk, como “Quicksand”, una de mis favoritas. En mis oídos, todas suenan maravillosas y no se agotan. Permanecen frescas en cada escucha.

Sufjan Stevens
Carrie & Lowell
(2015)

Más despojadas de arreglos y accesorios que en otros discos de Stevens, las canciones de “Carrie & Lowell” conectan conmigo de una manera muy directa y muy pura. La primera vez que lo escuché, pensé que era el disco más conmovedor que había escuchado y lo sigo pensando. Un hermoso disco sobre el duelo y la pérdida, sobre nuestras propias imperfecciones y las de aquellos que amamos.

Cate Le Bon
Reward
(2019)

Cate le Bon se ha ido ganando un sitio en mi banda sonora personal disco a disco, sin aspavientos pero con seguridad. “Reward” ha consolidado nuestra relación. Canciones livianas como una pluma pero elaboradas, con maravillosos arreglos a veces sorprendentes y ligeramente excéntricos pero elegantes. Un disco de introspección y soledad que no deja de lado lo lúdico y el humor. Me quedaría a vivir en algunas de las canciones de este disco, como en “Daylight Matters”, por ejemplo. Dentro de nada saca nuevo disco y allí estaré yo para escucharla.

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