Hasta Que Duela La Noche (2025)
Es la canción "buque insignia" que abre la nueva etapa de la banda. Contiene una letra rabiosa, canalla y sincera, que ayudó a canalizar nuestra determinación de seguir adelante con el proyecto KITAI a pesar de todas las dificultades, tras el abandono de uno de los miembros de la banda. Fue también la canción que nos hizo fichar con nuestra nueva familia y agencia: Hook Management.
Telaraña (2025)
Es el tercer single adelanto del nuevo disco. En esta canción nos abrimos a nuevos sonidos, nuevas fronteras rock electrónicas. En este sencillo queríamos acercarnos a un sonido rock más oscuro, pero también con toques electrónicos, que recuerdan a otras bandas como NOTHING BUT THIEVES o ROYAL BLOOD. Con un riff marcado de guitarras, bajo y batería, el tema camina con un groove en constante movimiento durante toda la canción, con tintes y aires a MICHAEL JACKSON. A día de hoy, en cada concierto de la gira, va cogiendo más y más fuerza, de hecho, es una de las canciones que acumula un mayor número de reproducciones hasta el momento.
º
Lydia Bosch (2022)
Sigue y seguirá siendo una de las canciones más importantes de la banda. Habla de nuestros orígenes con KITAI hace ya más de trece años en esta bonita y loca industria musical. Es una canción con una letra cruda, canalla y directa, que habla del poder de los obreros del rock, y cómo con el trabajo, sudor y esfuerzo sacamos adelante nuestra banda KITAI. Hasta el momento, el estribillo de esta canción es uno de los más coreados en nuestros conciertos.
Cocodrilo (2023)
Hemos compuesto pocas baladas en nuestra historia como banda. Ésta es una de ellas. La letra de esta canción encierra una historia personal, trascendental y bonita: hablamos de esas estrellas que nos cuidan desde el cielo. Detrás de la coraza dura de las escamas de un cocodrilo, también hay corazones sensibles, que sienten, lloran y echan de menos. Esta canción abre la oportunidad y la puerta para cantar y descansar el alma.
Ya Está (2025)
"Ya está" es el segundo single adelanto del nuevo disco. Esta canción viene a asentar/consolidar el sonido, la energía y contundencia del rock de este nuevo Kitai de dos voces, la femenina de Kenya y la voz de Deivhook desde la batería. Con un aire más fresco y giros melódicos más brillantes, este tema pretende dar un paso más en el sonido rock al que os teníamos acostumbrados como banda. Desde el punteo de guitarra al más puro estilo The Police o las baterías pop-dance’, la canción ya abre un abanico de posibilidades sonoras sorprendentes desde el principio. Es una de las canciones más ‘mainstream’ del disco. En cuanto a la temática de la canción, este tema habla de una relación tóxica y del síndrome de Estocolmo: un bucle infinito, un eterno final en el que siempre vuelves a empezar. Las estrofas describen esas situaciones limite en las que están inmersos dos personas sumergidas en un amor tóxico; para desembocar en unos estribillos abiertos, donde ambos, rendidos se perdonan, pero reconociendo esa irresistible tóxico-dependencia del uno en el otro, que les va a hacer volver a caer en ese bucle de amor tóxico, como si de una droga se tratase.

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.