"Ahora no se ve a gente que realmente desfase, y eso no me gusta"
Entrevistas / The Pulsebeats

"Ahora no se ve a gente que realmente desfase, y eso no me gusta"

Carlos Caneda — 18-05-2016
Fotografía — Anjana Guerras

Nada menos que cinco años han pasado desde que The Pulsebeats publicaron su anterior disco largo. La espera hasta la salida de "Fiction Non-Fiction" (2016) no ha sido dura, pues han dejado sobradas oportunidades de disfrutar de su directo, uno de los más apabullantes del r’n’r hecho en Cantabria. Pero este tiempo también les ha ayudado a descubrir que el punk se disfruta mejor cuando uno se lo toma con calma.

Acerca del título del nuevo disco, Nathan (guitarra y voz) comenta que “todas las canciones son historias: de gente real, de gente inventada, de relaciones, hijos… hay un club de Manchester que se llama “Fiction Non-Fiction”, y tres de los temas directamente hablan de gente de ese lugar, así que el nombre va muy bien. Y ya cuando vimos el cuadro de la portada (obra de Mar Rodríguez) pensamos que encajaba perfectamente, porque también parece que cuenta otra historia”. Como curiosidad, se puede añadir que esa ilustración representa un fotograma de la película “Noche en la tierra” del director Jim Jarmusch, en el que Wynona Ryder y Gena Rowlands conversan en un taxi.

Bares, sonido inglés e historias cotidianas: todo eso está presente en lo que hacen de The Pulsebeats. En su sonido continúa presente la línea de guitarreos frenéticos engalanados por melodías impecables, (“Death School Marching Band”, “Everybody Wants Some” o “Ballad of the Medicine Stu”), pero estas melodías han ganado hasta el punto de que momentos como “All I Give” o “Carrie Ann” son prácticamente pop. Ral (batería) cuenta que “antes hablábamos mucho más entre nosotros sobre qué estilo queríamos hacer o en qué escena nos íbamos a encasillar. Ahora nos hemos relajado y hacemos lo que nos apetece. Por eso hemos metido cosas que antes no habrían entrado, pero que cuando las oyes grabadas dices “es Pulsebeats”, y a la gente en directo le gustan igual. Así que lo que salga es lo que va. Y eso se ha notado por ejemplo en la grabación: antes íbamos al estudio con todo cerrado, superensayado, y a lo loco, a los dos días ya habíamos grabado el disco. Alex Pis (productor de todas las grabaciones de The Pulsebeats) nos decía “es que con grupos así no me gano la vida” (risas). Y ahora hemos ido al estudio tranquilos, nos hemos dejado aconsejar, hemos dejado que produjera él el disco… de otra forma, sin stress”. Entonces, ¿esto significa que su lado más punk va a quedarse por el camino? “No, también hemos grabado dos canciones que han quedado fuera por ser más cañeras, casi hardcoretas. Pero esperamos sacarlas en un single en navidades”.

El propio devenir de los acontecimientos parece haber marcado este cambio de sonido y actitud. Desde que apareció su debut en 2011 el grupo ha publicado un EP (“Don’t Turn Your Fucking Back on Me” (2013)), y Álex (bajo) se ha incorporado a la formación. Pero las obligaciones familiares, laborales y los compromisos con el resto de grupos en los que participan les han forzado a rebajar el ritmo. Según Ral, “ha habido una época en la que casi no hemos hecho nada. Eso ha sido malo, pero también muy bueno, porque nos ha llevado a decidir que vamos a hacer lo que nos salga de los cojones. El EP fue como un viaje en el que íbamos a ser mucho más cañeros y más locos…”. Y apunta Luis (guitarra) “pero al final hemos vuelto con un poco más de pop”. Para Ral, “no vamos a estar pensando en qué es lo que le gusta a la gente, qué es lo que funciona o si es mejor meterse en este circuito o en este otro”.

Una filosofía que también están aplicando a sus actuaciones en directo. “Lo tenemos difícil para programar conciertos con la frecuencia que nos gustaría. Claro que vamos a intentarlo, pero con una mentalidad diferente, no estar tocando todo el rato y pensando “nos tiene que escuchar la gente, tienen que saber que estás ahí…””. De todas formas, durante estos últimos años se han dado ocasiones de sobra para disfrutar de grandes conciertos de The Pulsebeats. De hecho, ellos han tenido tiempo de colgarse medallas como la de haber teloneado a bandas clásicas de punk y rock’n’roll que les han influido de manera muy directa, como los Buzzcocks, Vibrators, Imperial State Electric… Luis comenta que “hace años, yo no me habría planteado hacer algo así. Hemos tocado con Imperial State Electric, solo por eso merece la pena seguir tocando”. Aunque Ral apunta que “alguna vez hemos tocado con grupos que tienen mucha repercusión para ti pero que igual luego no la tienen para el público en general, así que tú igual estás aportando el 50% de público en el concierto, pero luego en el sitio te tratan como a la mierda”.

Familias, trabajos, otras bandas… sus miembros están sometidos ya a las cargas de la vida adulta, pero en su música permanece un espíritu adolescente, que se manifiesta bien en la vitalidad de sus melodías o bien en su furia punk. Por eso mismo llama la atención que pocos sean los jóvenes que se dejan ver en los directos de la banda, y que pocos en su ciudad se apunten a hacer música de este estilo. Luis señala que “Ahora los chavales se están tirando a lo complicado, a hacer música más elaborada…”. Y Ral añade que “Yo acabo de volver de tocar por Australia (donde ha estado de gira como batería de Los Chicos) y en festivales con muchas bandas todos los grupos de gente joven hacían punkarradas y jartadas. Y en España, ¿qué cojones está pasando para que la gente esté haciendo horteradas happy flowers? Algo inofensivo, perfectamente aceptable por sus padres, por sus abuelos… Y no es tanto por el estilo, sino porque no se ve a gente que realmente desfase, y eso me molesta. Puede que no conozcamos lo que se mueve en alguna otra escena, que igual ahí salen cosas, no lo sé. Pero no veo normal que tenga que venir un hombre mayor para destrozar un teclado en el escenario… eso en un concierto de chavalitos ya no pasa”. Con esto último se está refirendo al concierto que Los Ignorantes ofrecieron pocos días antes de esta entrevista dentro del Festival Action Weekend de Santander, donde el teclista terminó destrozando a patadas su flamante teclado Farfisa ante el asombro del público y de los responsables de la sala.

Y continúa reflexionando: “he flipado porque nunca había visto en España un espíritu comercial que por ejemplo en Inglaterra es normal, y ahora lo he empezado a ver. La gente lee tantas revistas sobre music industry que empieza a creerse que forma parte de ello. El rollo “nos vamos a ganar la vida con esto” aquí en España no lo había oído nunca, donde todo el mundo tiene su trabajo aparte de la música, pero la escena underground es más fuerte. Y últimamente estoy empezando a oír a la gente a hablar de estos temas comerciales, profesionales…”. Desde luego, esa forma de trabajar no tiene mucho que ver con ese espíritu de ir a su aire y disfrutar de la música sin importarles lo que otros esperan que ellos hagan. Ni, posiblemente, con lo que sus seguidores más fieles encuentran de atractivo en ellos.

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