Selma Bruna, miembro del grupo Marala, irrumpe en la escena con su carrera en solitario de la mano del productor y músico Pedro Campos, ganador del Latin Grammy por “Calambre” de Nathy Peluso. La polifonía vocal es un elemento inherente de la obra de Bruna, fruto de años formando parte de un coro, que desde pequeña le hizo comprender la fuerza de la música en grupo. “Dorsal”, su primer álbum en solitario, cuenta con un coro exclusivo para la ocasión con cantantes especializados en diferentes géneros (Pedro Campos, Sandra Monfort, Anna Ferrer, Clara Fiol, Lucas Delgado...) . Un concepto tradicional, casi tribal, como es el canto en grupo, combinado con melodías y producciones actuales que consiguen un sonido original y destacable, acuñado como "pop atemporal" por la propia artista.
La primera cata de esta nueva propuesta se estrena hoy y nace de un momento de creación en el que la artista se deja llevar por una corriente de palabras sin aparente sentido narrativo. El resultado es “Sacerdotes y Diamantes”, un tema crítico acerca del exceso y de la desigualdad causados por la injusticia humana. La artista propone una contraposición, una suerte de diálogo entre dos mundos. La primera estrofa, que comienza describiendo la suciedad y la oscuridad de un mundo decadente, es sucedida por otra estrofa acerca del rico y corrupto imaginario de la sociedad cortesana. Dos escenarios, dos caras que pertenecen a una misma moneda y que, llena de traiciones desalmadas, convierten el tema en una apología al cambio. La canción finaliza con la fuerza del coro repitiéndose “Sacerdotes y diamantes se van a entender bien”: dos conceptos que deberían ser ajenos el uno al otro, pero que conviven bien en la realidad que Selma Bruna captura como una foto hecha canción.
“Sacerdotes y Diamantes” viene acompañado con un videoclip dirigido por Gala Díaz y Maria Besora, nominada a los Premios Gaudí 2022. En él vemos a Selma Bruna inmóvil, vestida con el esqueleto de un verdugado típico de las damas de la corte. A su alrededor, la bailarina Ona Cros se desata al ritmo de su canción, entrelazándose con la falda estática de Selma y avanzando por las ruinas que las rodean.
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