La sala El Sol de Madrid acogió anoche a unos doscientos invitados en lo que sería el showcase de presentación del nuevo trabajo de Morgan. Cita que resultaba muy especial para la mayoría de los presentes, al ser la primera ocasión en que se podía disfrutar de un concierto sin sillas, distancias de seguridad y con las barras abiertas.
Así, cerveza en mano y con una extraña mezcla de expectación y euforia contenida, recibió el público a una banda que salió decidida a acometer los primeros acordes de la íntima “Hopeless player”. Tema de aroma folkie que abrió, al igual que el disco, la velada y que vendría precedida por “River”, segundo de los adelantos del álbum, que acabaron por bordar en directo gracias a un bonito intercambio de notas entre los pianos de Nina y un David Schulthess que tuvo su momento de lucimiento a las teclas con un interludio muy New Orleans que parecía invocar el espectro de Dr.John en la sala.
Lo cierto es que se notaba tensión en el seno de la banda y la propia Nina, situada en el extremo derecho del escenario rehuyendo el protagonismo de los focos centrales que su prodigiosa voz reclama, nos confesó haberse quedado afónica de la emoción por reencontrase de nuevo con el público después de tantos y tantos meses de privación y barbecho. Ronquera que no le impidió ir poco a poco asentando los nervios y bordar la tercera de las canciones del álbum titulada “WDYTYA” Tema forjado sobre el clásico, tenso y delicado crescendo que tan bien se ajusta al registro vocal de la cantante, capaz de elevar su escala tonal desde lo más grave y cavernoso, hasta ese agudo que parece no acabar de explotar nunca del todo. Momento al que hay que sumar el espeluznante y lastimero solo de guitarra de Paco de Juan en un gran tema que se sitúa en el haber de las canciones fieles al estilo de la banda, al revés que la siguiente. “On And On (Wake Me Up)” se presentó mucho más ligera, mostrando su cara más pop y expansiva, la que invita a las palmas y el balanceo. Y fue justo entonces cuando llegó la primera sorpresa de la velada: “Paranoid Fall” es el tema más duro que hayan grabado Morgan jamás y lo cierto es que sorprendió de forma muy grata al público, gracias a uno de esos riffs ganadores que invitan -atención- a agitar la melena. De hecho fue la primera vez que alguien del foso reclamó a voz en grito el título de la canción tras ejecutarla la banda
Estábamos ya casi en el ecuador del concierto y tocaba relajarse con dos de esos temas lentos, con clase y sinuosos que los madrileños saben bordar como pocos: “A Kind Of Love” y el único tema grabado en castellano titulado “Un recuerdo y su rey”. Balada delicada que demuestra una vez más lo bien que le sienta el cambio de idioma a su cancionero y lo poco que lo explotan. A uno por disco.
Y así, casi sin darnos cuenta, alcanzaríamos el punto álgido de la noche gracias a 'Alone'. Primer adelanto del disco que lleva unas semanas entre nosotros proporcionándonos mucho placer a lo largo de siete minutos de variaciones y cambios, con un pie en Pink Floyd y otro en Michael Kiwanuka.
Llegaba el momento indicado para cerrar su directo, al igual que el álbum, con una corta balada de despedida titulada “Silence Sparks”. Sin embargo, se reservaron su esplendorosa y reconocida “Another Road” como caramelo final con el que endulzar el cierre del todo. Broche ideal para uno de esos bolos cortos, de presentación a los medios, que siempre resultan difíciles de asimilar, pues eran pocos los que habían tenido la oportunidad de escuchar "The Stone And The River" con anterioridad.
Morgan pueden mostrarse orgullosos de su tercer álbum. Diez canciones que van a dotar de nuevos colores a su set list, enriqueciéndolo con temas ganadores como "Alone" o incluso embruteciéndolo con otros más contundentes como “Paranoid Fall”. Pero sobre todo van a seguir demostrando que su hábitat natural, su razón misma de ser y de existir, es el puro y duro directo. Ahí es donde convencen al descreído y someten al acólito.
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