Un tipo sencillo
Entrevistas / Mark Eitzel

Un tipo sencillo

Toni Castarnado — 28-09-2009
Fotografía — Archivo

Luchador incansable en solitario o en las idas y venidas de American Music Club, Mark Eitzel es un tipo sensible que se sumerge en si mismo con una facilidad pasmosa. Ahora bien, si no fuera por eso quizás no podríamos disfrutar de discos como “Klamath”.

Hablamos por teléfono. Eitzel me
introduce en lo que es su nuevo trabajo. “Lo grabé todo en casa. Me
prestaron un estudio móvil, y allí trabaje el disco, con mucha constancia, con
mucha ilusión, trabajando un poco cada día. Fue diferente a otras veces, en
cuanto a que esta vez escribí muchas canciones y tenía muy claro el enfoque.
Las ideas eran similares y todas iban en una misma dirección. Además, todo lo
que puedes escuchar en el disco lo grabé yo sin ayuda externa de nadie. Y la
verdad es que he aprendido que así también se trabaja muy cómodo”
. “Klamath” es un disco en el que priman las atmósferas en canciones todas muy
calmadas pero con mucha sustancia, un trabajo rico en sonoridades y texturas.
Se trata, en resumen, de una obra de la cual su autor, ese personaje bohemio y
misterioso a la vez, se puede sentir muy orgulloso. “Me obsesioné en crear
atmósferas que representasen en mi música lo que estaba viviendo en ese
momento. Estaba en una casa en pleno bosque, rodeado de árboles y quería darle
continuidad a las sensaciones que vivía, a esa situación tan agradable y tan
pacífica”
. Después de experimentar con la
electrónica por primera vez en “Invisible Man”
, Eitzel repite de nuevo con sonidos digitales, pero obteniendo mejores
resultados. “No me gusta comparar unos discos con los otros. Cada uno tiene
su propia personalidad. Lo que siempre intento es que lo que puedas escuchar
sea nuevo, distinto. No me importa lo que haya hecho o no anteriormente. El
pasado no me preocupa. En esta ocasión quería, por encima de cualquier otra
cosa, darle forma a un disco en el que las guitarras acústicas fuesen
protagonistas”
. En todo caso, siempre
está bien recuperar a Eitzel en solitario, sobre todo desde que, con American
Music Club de nuevo en escena, su carrera hubiera quedado momentáneamente en
segundo plano. “He tenido un bebé hace poco
(risas), así que tenía que dejar a la banda al margen. En estos
momentos tengo un nuevo trabajo y quería seguir activo, tocando mis canciones y
componiendo. No podía ni me convenía parar de golpe, pero sí me apetecía grabar
un disco tranquilo, un poco de sosiego y estar al margen de lo que representa
girar con una banda o de la responsabilidad que implica estar en American Music
Club”
. En todo caso, resulta
complicado saber cómo se enfrentará a los escenarios a la hora de presentar
estas nuevas canciones. “En los conciertos me acompañará un pianista y yo me
dedicaré solamente a cantar. De momento este sistema funciona perfectamente. En
la última gira con American Music Club ya dejé de tocar la guitarra. Por otro
lado, en lo referente a este disco, sería muy difícil reproducir todos los
sonidos y atmósferas que contiene. Necesitaría más medios y personal, lo cual
ahora mismo es inviable”
. Volviendo al
disco, “Klamath”
toma su nombre de una
tribu india con muchos años de historia, aunque curiosamente ese no ha sido el
motivo para llamar así al disco. “No, realmente ese no fue el motivo. No me
refería a esa etnia india, sino que simplemente es un lugar cercano al que
llamamos así y en el que solemos reunirnos con los amigos”
. Una sorpresa, sobre todo atendiendo a que Eitzel se
refugió en la música griega para dar forma a “The Ugly American”
. “Aquella fue una buena experiencia. Por lo tanto,
no descarto probar con otras temáticas. ¿El flamenco? Por que no. Me gusta
mucho, es un estilo muy pasional. Si bien, creo que para un músico que no lo
haya vivido como la religión que es, puede resultar  complicado tocar o probar con un genero como es el flamenco”
.

Un comentario
  1. Problem being that in order to be a competent lebiral politican in MA, the first requirement is that you be lebiral. That pretty much eradicates any chance that you can be competent. Liberalism is a mental disease causing one to force reality away from the decision making process. That, by itself, limits available competent politicians.__If they can't run on their make-believe Camelot royalty record, they are helpless.

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