“A Leon Theremin le pasó todo lo que a uno le podía pasar”
Entrevistas / The Pinker Tones Y El Quartet Brossa

“A Leon Theremin le pasó todo lo que a uno le podía pasar”

Carlos Pérez de Ziriza — 04-06-2019
Fotografía — JM de Llobet

Lo estrenaron el pasado mes de septiembre en el Mercat de Música de Vic, y lo volverán a presentar el próximo 17 de junio en el Casino de l'Aliança de Poble Nou dentro del Sónar: es el espectáculo que The Pinker Tones y el Quartet Brossa han ideado en torno a la figura de Leon Theremin (1896-1993), el músico ruso que inventó el instrumento que lleva su nombre, considerada una de las primeras herramientas de la música electrónica.

"Leon" (Kasba Music, 2019), que también tiene edición discográfica, sustenta el puente entre ambas formaciones, entre la electrónica de los primeros y lirismo a las cuerdas de los segundos, y refleja sobre el escenario la fascinante biografía de un artista que fue un visionario, en cierta forma un triunfador, hasta que se enfrentó a una deportación a un gulag en plena época soviética.

"Leon' tiene un aire de proyecto kamikaze, pero todos estuvimos de acuerdo en que había que llevarlo a sus últimas consecuencias".

¿Cómo surge el proyecto? ¿El detonante fue el deseo del Quartet Brossa por adentrarse en un proyecto electrónico? ¿El de Pinker Tones por acercarse a ellos? ¿Os conocíais ya de antes?
TPT: Nos conocíamos de diferentes ocasiones y había ganas de hacer alguna cosa juntos, pero no se acababa de presentar la excusa. Nunca hemos sido partidarios para hacer las cosas porque sí. En 2017, Quartet Brossa nos contactaron porque tenían ganas de desarrollar un proyecto electrónico. Ellos tenían una vaga idea de por donde podían ir los tiros. Entonces les hicimos la contra propuesta de acercarnos al personaje histórico Leon Theremin, que de alguna forma aglutina nuestros respectivos universos. Por un lado, Theremin era un entusiasta de la electrónica, y por el otro era cellista. Después de la primera reunión estuvimos todos de acuerdo y nos pusimos a trabajar.

¿Qué es lo que os atrajo en un primer lugar a la hora de abordar el proyecto? ¿El theremin como instrumento o la propia biografía de Leon Theremin?
Q.B.- A cada grupo, y a cada persona del grupo le atrajeron diferentes aspectos del personaje, y esta diversidad de intereses fue la gracia de la colaboración porque rápidamente permitió visiones artísticas muy transversales. Primero nos interesó a todos la singularidad del instrumento, del que se celebra el centenario de su creación. Es muy llamativo y mágico por su sonido y funcionamiento. Pero rápidamente a unos nos interesó mucho su incidencia en la música electrónica, reconociéndolo como instrumento pionero de todo lo que vino después, y a otros nos interesó muchísimo la biografía emocional de Leon: el inventor apasionado, viajero, emprendedor, superviviente, incómodo políticamente en todos lados, espía doble, viejo anónimo, un Romeo del siglo XX, etc… Y ciertamente en el momento de plasmar el recorrido musical quisimos que pesara mucho más la persona que el instrumento en sí, mucho más el inventor que el invento. Nos sustentamos en su biografía, construyendo unos quince momentos estelares de su vida, en plan Stefan Zweig, Y esta fuel la inspiración final de todos los temas y paisajes musicales que tiene el disco.

Puede decirse que se trata de un instrumento electrónico que en cierto modo imita la textura del violencello. ¿Era ese el punto de encuentro entre Brossa Quartet y Pinker Tones?
TPT: Ciertamente, esa es una conexión muy importante. En su intento de imitar el sonido del cello, el theremin lo trasciende. Podríamos hablar en términos filosóficos de übercello (risas)… Pero ese es solo uno de los puntos de encuentro con Quartet Brossa. Ambas formaciones estamos compuestas de gente inquieta y hay mucha música de época que ha inspirado Leon… y su biografía da para explorar lugares muy interesantes de la historia y la cultura popular del S.XX

¿A qué creéis que se debe la vigencia del theremin y, a la vez, que sea un instrumento tan poco utilizado?
Q.B. - La vigencia del theremin está en su magia. Verlo tocar sin contacto físico, solo con movimientos, nos deja maravillados como niños. Además su sonido es tan singular, tan neutro y esotérico que se ha convertido en un color atemporal muy potente. Pero es verdad que se utiliza mucho menos de lo que se podría. Yo creo que es por la increíble dificultad que supone dominar el instrumento con destreza.

En el mundo del rock ha sido un instrumento generalmente asociado a los estilos ligados a la ciencia ficción, a la evocación del espacio. Pero en Leon no hay nada de eso. Entiendo que son connotaciones históricas que no os han pesado...
TPT. Totalmente, hemos intentado evitar dos cosas: los tópicos sobre el theremin y que todos los temas de Leon tuvieran theremin, con lo que todos hubiéramos acabado empachados de su textura. Lo hemos utilizado en cinco temas de dieciséis. De hecho, hemos intentado acercarnos musicalmente al theremin tal y como lo concibió su creador: como un instrumento melódico que puede funcionar perfectamente en contextos clásicos.

¿Cómo fue el trabajo de investigación en torno a la figura de Leon Theremin?
Q.B. – Salva, de los Pinkers, es un erudito del personaje desde hace años. Gustosamente fuimos instruidos por él y su documentación. Vimos también el único documental sobre él, hecho hace treinta años. Y finalmente el thereminista Victor Estrada, enorme conocedor de Leon Theremin, del instrumento y hasta de su familia, nos acabó ayudando para profundizar aún más sobre el personaje.

¿Cómo fue el proceso de componer en base a su biografía? ¿Os fascinó por algún aspecto en concreto?
TPT: Desde luego, la biografía de Leon Theremin es absolutamente fascinante. Mas allá de todos los inventos que produjo a lo largo de su vida, le pasó prácticamente todo lo que a uno le podría haber pasado a lo largo del siglo XX.

El espectáculo recorre las diferentes etapas de su biografía de forma cronológica, reflejando su estado de ánimo en cada momento. ¿Es así?
Q.B. – Exacto. Así es. Nosotros lo llamamos un biopic musical, y hacemos este símil con el cine porque hemos tratado el disco y el espectáculo como si estuviéramos escribiendo una banda sonora de su vida. Siempre desde la creación propia, referenciamos música y estilos de la época en la que Leon vivió y compositores con los que trató, y subrayamos desde el punto de vista emocional y abstracto los estados de ánimo que imaginamos que el personaje tenía, ya sea triunfando en Nueva York o ya sea sufriendo en Siberia.

¿En qué sento creéis que su biografía como músico e investigador es en cierto modo un ejemplo, o un modelo a seguir por cualquier músico que desafíe sus propios límites?
TPT: Creemos que Leon se adelanta absolutamente a su tiempo y es un personaje anómalo. Adoptando cierta perspectiva histórica, podemos decir que arte y ciencia se divorciaron durante el romanticismo, a principios del siglo XIX. Y hasta hace pocos años esa ha sido la tendencia general. Y no ha sido hasta la llegada de la era digital que esta barrera ha vuelto a desdibujarse. Hoy día en festivales de música avanzada como Sónar volvemos a ver personas con un perfil parecido al de Leon: músicos-programadores, artistas-ingenieros, directores-físicos, etc…

En el espectáculo contáis con aportaciones del bailarín y coreógrafo Toni Mira, de de Víctor Estrada al theremin y las voces del Quartet Mèlt. ¿Cómo surgen? ¿Teníais claro desde un principio que Leon demandaba esas contribuciones?
Q.B- No lo teníamos claro todo, pero fue surgiendo. Algunos sí que estaban claros desde el principio. Nosotros veíamos al bailarín muy necesario para explicitar un poco el personaje y su vida a escena. Y por eso de que el instrumentista de theremin tiene que bailar para hacer música, veíamos un paralelismo muy bonito, como si el bailarín fuera un thereminista sin instrumento. Los Pinkers vieron muy claro el tema del coro, partiendo de la idea del coro griego que narrativamente va comentando, sugiriendo o regañando al personaje como si fueran los dioses. A nosotros nos sorprendió al principio la propuesta pero después nos pusimos manos a la obra para incorporar el coro a nuestra música y ha acabado siendo una de la cosas que más nos gusta y más cariño tenemos al disco. También por lo maravilloso que cantan el Quartet Mèlt, la verdad. Y el thereminista cayó por su propio peso, aunque no queríamos que el instrumento fuera el personaje principal en lo narrativo ni en lo musical, tenía que aparecer sí o sí.

Entiendo que es un proyecto complejo, que acarrea un trabajo ingente, horas y horas de composición y ensayos conjuntos. ¿En algún momento os dio por a pensar que era una apuesta de riesgo? ¿Que quizá tantas horas invertidas podrían acabar deparando un resultado que no fuera entendido o bien asimilado por el público?
TPT: Por supuesto, Leon tiene un aire de proyecto kamikaze, pero todos estuvimos de acuerdo en que había que llevarlo a sus últimas consecuencias. No es un proyecto fácil, ni pretende serlo. Pero lo hemos hecho tal como creíamos que había que hacerlo. Sorprendentemente está gustando a gente que no había oído nunca ninguno de los referentes que podemos encontrar en este trabajo: Stravinski, Sostakovich, Gershwin… El tiempo dirá.

Estrenasteis el espectáculo el año pasado en Vic. ¿Cómo fue la acogida?
Q.B.- Muy buena, la puesta en escena fue compleja y ambiciosa, y por simple naturaleza le conviene algo de rodaje – ¡nunca jamás un preestreno será la mejor versión de nada! - pero el resultado fue muy emocionante.

¿Váis a abordarlo exactamente de la misma manera en el Sónar o habrá alguna variación sobre lo ya visto? ¿Hay alguna con respecto a los cortes del disco, en el sentido de que varíe el orden de las composiciones o se alarguen sobre el escenario, o algún guiño en función del tipo de festival?
TPT: Intentamos ser fieles al disco, porque esa es la concepción de la música: es una obra más sinfónica que pop. Por tanto, tiene un hilo conductor muy claro que no podemos romper, diciendo cosas por medio, o presentando las canciones. En cuanto a la puesta en escena, lo que se vio en Vic fue la primerísima puesta en escena del espectáculo. En Sónar veremos un versión mejorada. El guiño no lo hacemos nosotros a Sónar, nos lo hace Sónar a nosotros, ya que con Leon estamos celebrando el centenario de la Música Electrónica, algo que trasciende a The Pinker Tones, Quartet Brossa y Sónar. Creo que todos nosotros le debemos mucho a Theremin, y conscientemente hemos dejado de lado nuestros egos para hacerle este merecido y esperado homenaje.

¿Qué más conciertos tenéis en agenda?
Q.B.- En julio tenemos el estreno en Barcelona el 17 y el 27 en Festival Alta Segarra. A partir de septiembre se están cerrando fechas pero esto hay que preguntarlo a Escenapart, el management.

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