“Somos como un catalizador de todas las influencias que nos molan”
EntrevistasSal Del Coche

“Somos como un catalizador de todas las influencias que nos molan”

Reuben Weedianaut — 05-02-2025
Fotografía — Adri G. Lorenzo

¿Qué pasaría si juntas la sección rítmica de Vulk con un saxofonista, y añades spoken-word y cacharrería electrónica? La respuesta, "Ciudad de Polvo" (Humo Intl, 24) de Sal del Coche, un artefacto no-wave/post-punk que lo mismo mira a Borrokan o The Fall, que a G. Scott-Heron o James Chance & The Contortions.

Hablamos con Alberto Eguíluz en un intento de entender a, según su propio sello, “la banda más libre que uno pueda concebir”.

Para quien no os conozca y a modo de presentación, ¿quiénes sois y de dónde venís Sal del Coche?
Y a dónde vamos. (risas) Pues nada, Sal del Coche principalmente somos Lizardi, Jangitz y yo, que nos juntamos para hacer música, sobre todo; y queriendo también llevar un poco al límite —que esto es un poco típico decirlo, pero bueno— explorar cosas, si se nos mete un reto nuevo en la cabeza, buscarlo, probarlo, llevarlo a nuestro terreno… También nos mola pensar que el grupo es un poco abierto, o sea, nos mola colaborar con peña, con colegas, con gente que no está directamente relacionada con la música. Entonces un poco en ese mejunje nos movemos. Y nada, pues tres colegas que hacen música, tampoco más.

¿Cómo surge el proyecto?
Pues el proyecto surge sobre todo de… bueno, Jangitz y yo hemos tocado antes juntos en VULK, y quedábamos mucho para tocar aparte también él y yo solos, bajo y batería y tal; y teníamos ganas de acabar algunas canciones que teníamos empezadas, digamos, desde la base. Y coincidió que hicimos unos conciertos con un colega, con Néstor, que tiene un proyecto que se llama Forma Norte, y se unió Lizardi también a eso. Y bueno, fue un reto, porque llevar las canciones de una persona que las hace en su casa, transformarlas a banda… Y de repente, nos dio bastantes alas. “¡Hostia, igual podemos hacer una banda así!”, con pocos elementos, digamos. Y un poco eso nos motivó sobre todo a decir “vale, entre los tres lo podemos hacer, tíos”. Y con ganas de cantar los tres, sobre todo, y componer las canciones también desde ahí hasta el resultado final, la voz y todo.

¿Cómo definiríais vuestra música?
Pues la verdad es que no lo sabemos, nos lo dicen mucho, mucha gente lo tiene muy claro dicen que no, no hay estilo, otros dicen no, es jazz punk de toda la vida, no sé. (risas) Y nosotros, bueno, pues tenemos un huevo de influencias, en realidad, y lo que estamos intentando es poner un pie en aquello que nos mola. Nos mola bastante todo —que eso también es un topicazo— pero es un poco real, y yo que sé, de repente nos fijamos en algo concreto y ¿por qué no lo vamos a usar nosotros? Meter un sample ahí también, en ese estilo. Por ejemplo, en ‘Año 2000’, el sample característico del tema lo hemos sacado de la música trap del Reino Unido. ¿Por qué no vamos a implementar estos sonidos en nuestra movida? Que al final no va a dejar de sonar nuestra. Que al final nosotros tocamos con instrumentos más clásicos, el bajo, saxo, sintes un poco más antiguos, y batería orgánica.

Entonces, somos como un catalizador de todas las influencias que nos molan pasadas por nuestro carácter. Venimos de bandas que ya conoces (VULK, La Sombra, Cuero, etc. NdR), bandas más noventeras, más ese rollo hardcore —entre comillas, por decir un estilo—, Fugazi, Gang of Four, todos venimos más de eso. Tampoco estamos haciendo nada que no se haya hecho antes, tú ves como hacían Gang of Four mucha de su música y también metían melódicas, también tenían cajas de ritmos, o cosas por el estilo.

Conociéndoos un poco, me da la sensación de que "VULK EZ DA" y propuestas como la de ZINEBI os abrieron un poco la mente a donde estáis hoy en día.
Seguramente, ya no sólo ese espectáculo, si no los últimos años. Quizá, por mencionar la pandemia y todas esas cosas, sí que fue, para mí sobre todo, una época muy de repensar un poco todo, como quiénes somos, dónde estamos, qué hacemos. Y creo que la gente también se lo planteaba. Creo que en el público —los aficionados a la música, la gente que asiste a conciertos— también salió eso de replanteárselo. Porque, de repente, pasamos de la noche a la mañana a no tener conciertos, y luego fueron poco a poco, con toda la gente sentada; entonces todo eso te hace pensar mucho en qué significado tiene, no sólo componer música, también ejecutarla en directo, ir a hacer giras, etc. Quizá esto es la evolución lógica de los tiempos y de nuestros tiempos, de ir creciendo y decir: “igual no me vale sólo con subir a un escenario, enchufarme, tocar, y tirarme”. Le das otra pensada, ¿sabes?

Tengo en mente también vuestro concierto con Borrokan en Dabadaba como punto de inflexión, sobre todo a la hora de incluir a Lizardi en los directos de VULK a partir de entonces.
No sé cuál fue el primero en que metimos a Lizardi, no estoy seguro si fue lo de Antzoki, o fue ese, pero sí que Lizardi nos acompañó en los últimos directos de VULK. VULK ya acabó, pero en aquel momento, sí que con esa cosa de mirar a abrir sonidos, a meter en directo sonidos nuevos, en aquellos bolos creo que metimos un sintetizador también, una caja de ritmos… Sobre todo venía mucho de Jangitz, como que él ha querido salirse del rol de puro batería y se ha puesto con los sintes, con las cajas de ritmos, con melódica, con las voces…

Hemos abierto bastante espectro musical con eso, pues estábamos ceñidos a nuestro papel de bajo y batería; y Lizardi, que también toca lo que le eches, pues era ese mejunje en el que “nos molaría que este tema tuviera unos vientos, o unos sintes que suenen a tal o cual”, pues Lizardi te los hace. Tener esos medios. Desde luego, sí que ahí abrimos un poco campo, de venir de un formato súper puramente rock, desde luego que abrimos campo, sí.

“Es la evolución lógica de los tiempos y de nuestros tiempos, de ir creciendo y decir: “igual no me vale sólo con subir a un escenario, enchufarme, tocar, y tirarme”. Le das otra pensada...”

Os vi debutar con Esplendor Geométrico, habéis tocado con Cachito Turulo, vais a tocar con Somos la Herencia, y también…
Perdona, con Somos la Herencia hemos tocado ya, pero vamos a tocar dos veces más, y Cachito Turulo justo canceló, tío.

No jodas…
Se canceló en último momento, al final tocamos con Jai / Egun.

La corrección encaja bien igualmente, porque la pregunta viene a que, siendo influencia vuestra las citadas bandas, además de grupos como Balcanes o Fasenuova, ¿Humo Intl era la “única opción” como sello para Sal del Coche?
No creo que la única opción, igual puedo decir que hemos tenido más ofertas (risas) pero desde luego, para nosotros sí que era la más sólida. Conozco Humo desde hace muchos años, de leer entrevistas de Pablo, de conocer a Pablo de ir a tocar a Oviedo y tal, y siempre ha sido de mis sellos favoritos, por decirlo mal y pronto. La gente con la que más me puedo identificar a nivel, vamos a decir, laboral, con todo lo filosófico que pueda ser esto. Sí que me acuerdo cuando empezamos a hacer temas, algún colega, en concreto Marcos (cantante de Presidente Indio, NdR) —que ya le conoces— me decía: “esto me huele a Humo Internacional de lejos”. (risas) Y así fue un poco, en cuanto salimos ya nos contactaron y nos dijeron “oye, nos encantáis, ¿qué plan lleváis?”, y el trato con ellos, increíble.

Parte de la culpa de que estemos donde estamos ahora mismo, a todos los niveles, de logística, de haber podido sacar un disco así, de haber podido distribuirlo de esta manera, ha sido gracias a ellos, y un poco al trabajo que tienen ya hecho. O sea, la gente que conoce Humo ya sabe por dónde van los tiros. Tú lo escuchas, y de repente es la única opción, estaba blanco y en botella. Ha sido un poco así gracias a eso que mucha gente nos ha conocido, y mucha gente ya nos ha aceptado de primeras. Es tal como lo veo yo, vamos. Creo que es bastante natural y orgánico. Todo el mundo dice que era así, que tenía que ser así.

Hablabas de experimentar y de dar cabida en vuestra música a todo lo que se os pase por la cabeza. ¿Qué importancia tiene la improvisación para lo que hacéis en Sal del Coche?
Tiene mucho que ver, quizá no desde el punto más tradicional de lo que es la improvisación, tiene un punto de improvisación a varios niveles. Hay un tema que la letra es “¡DJ, DJ!”, y fue por puro probar algo y decir “¡cómo mola!”, y esto de repente, pues ya está, tiene que ser así, no tiene más profundidad. O tiene toda la profundidad que quieras. No tiene más enjundia que “aquí pega un silbato, metemos un silbato, le pega”. A ese nivel de improvisación. No es que todas las ideas sean buenas, pero si la idea nos mola, lo vamos a llevar a cabo, no le vamos a dar más vueltas. No en un sentido de tocar y tocar horas, y tocar horas. Nos mola componer, tenemos muchas ideas por hacer y por terminar, y ya nos quita bastante tiempo, no le dedicamos mucho tiempo a lo que se llama jamear.

Letras surrealistas y spoken-word, me recuerdan un poco a Gil Scott-Heron. ¿De dónde sale su inspiración?
Nunca habíamos cantado letras ninguno de los tres, excepto algo anecdótico alguna vez, alguna frase, o alguna cosa así suelta, y sí que era un reto para nosotros tener que hacer algo que mole. A nivel musical, nosotros siempre hemos tocado instrumentos, nos mola, nos mola tocar; pero a nivel de letras, sabemos qué cosas nos molan, pero no hacíamos nada. Yo nunca había hecho ni coros en ninguna banda. Y he ido dándome cuenta de que la mayoría de cantantes que más me molan, los que más me llegan, suele ser peña que no es que tenga una expresión vocal muy potente, o una lírica súper rimbombante y currada; son peña como Cachito Turulo, Mucho Muchacho, gente así, mucho más visceral y mucho más de hacer figuras, de generarte imágenes en la mente rápidamente.

Y ha sido un poco así, “si ellos pueden, creo que nosotros podemos”, y ponernos a escribir, a enseñarnos cosas, y sobre todo retroalimentarnos mucho entre nosotros. Alguien escribe cuatro frases e igual dice: “no sé si molan”. Y el de al lado contesta: “¡qué va tío, eso mola muchísimo, ésta es la siguiente canción!”. (risas) Ha sido un poco de esas dos cosas, yo creo, fijarnos en peña que no tenga un vozarrón, que no tenga una carrera vocal súper tocha, peña que simplemente hace algo que te llega, que conecta, y buscar lo mismo, en realidad. Ha sido probar y decir: “va, esto mola, ¿no? ¡Pa’lante!”.

Y ha sido bastante más fluido de lo que pensábamos que iba a ser, porque ha sido un poco probar, y sobre todo darnos el aprobado entre nosotros, decir, “sí, esto mola mucho”, y merece la pena que esto sea así, no hace falta que sea tan complejo. A nivel letra es un poco parecido, muchas he hecho yo, la que es en euskera, por ejemplo, hizo Jangitz; y va mucho de escribir algo así en un momento de subidón de cafeína, escuchando las grabaciones del local, unir cuatro frases, o pillar una frase colgada por ahí y desarrollar tres más, y así juntar cuatro, enseñárselas al otro de calentada, y el otro decirte por WhatsApp “¡eso está que flipas!”. Bastante extraño, no hemos hablado mucho realmente de lo que es escribirlas, ha sido muy raro el recorrido, la verdad.

¿Hasta qué punto la versatilidad de Jangitz —tocando en VULK, en HOFE, en Cuero— ha sido catalizador en esta historia?
Yo creo que es típico de baterías estar en muchos proyectos, porque los baterías buenos están muy solicitados, y le ha abierto mucho mundo, mucho campo; él tiene una visión así, y a él le mola eso, le mola tocar varios palos para probar, es una manera guay de saber qué te gusta, por dónde quieres tirar. Obviamente, ha sido un proceso de tiempo, estás cosas implican tiempo, no se hace de la noche a la mañana, pero ha ido bastante de la mano todo. Lo que decía de Forma Norte, por ejemplo, en ese concierto iba con samples, que estaba probando a hacer con HOFE… o sea, ha salido todo un poco a la vez, y todo lo hemos acabado implementando en esto. Creo que Sal del Coche es, en ese sentido para él, el proyecto en el que explora sus cosas más propias, más suyas, y obviamente incorpora todo lo que aprende fuera del proyecto.

Pinta a proyecto muy colaborativo, ¿os planteáis un disco colectivo con distintos artistas, un poco en la línea del ‘Izkiriaturik Aurkitu Ditudan Gurak’?
Es algo que nos mola mucho, porque somos muy de tirar de referencias. A ti te pasa un poco parecido, yo creo, desde el principio te suena a esto, a esto, y a esto, el hacer esas asociaciones muy rápido. Y nos hemos dado cuenta de que es una manera que tenemos de funcionar constantemente, y eso ha llevado a veces a hacer un tema y decir: “tío, es que esto quedaría irremediablemente bien si lo cantase no sé quién”. Hay muchas cosas que exploramos y queremos aprender, pero hay peña que tiene ya esa destreza, ese sonido para que esto suene de esta manera. También nosotros así aprendemos de ello, ¿sabes?

Hay mucho de esto, de querer aprender de cómo lo hace otra peña. También de vivir la experiencia de hacerlo, a veces el mundo bandas es muy hermético y cerrado, cada banda tiene su universo, y no se explora tanto, o no se ha explorado tan bien, en el mundo, digamos, rock, o el mundo de las guitarras. El concepto de colaboración ha existido toda la vida, pero no tanto como, por ejemplo, en el género del hip hop, que sucede naturalmente: “vamos a juntarnos tú y yo a hacer un temazo, porque tú le vas a dar este color y yo éste otro”. Y cada uno al día siguiente sigue con sus carreras, y no pasa nada. Pero podemos hacer algo juntos, generar algo nuevo juntando dos caracteres. Por ejemplo, no sé hasta qué punto la peña se podía esperar que colaborásemos con Brava —y menos con Julene, que nunca había hecho ningún tema acabado, ni nada por el estilo— pero, de repente, para nosotros tiene toda la lógica del mundo. Este tema, cuando lo tocábamos, lo debía cantar Brava, no nosotros.

“Nos gusta usar el concepto ‘código abierto’, como algo que está abierto a colaboración todo el rato”

Las bandas que me vienen a la memoria cuando os escucho están marcadas por figuras dominantes como, por ejemplo, James Chance, Mark E. Smith, David Byrne, Michael Gira… En Sal del Coche esa figura parece estar repartida entre los tres componentes.
Es un poco provocado, y a la vez tampoco nos cerramos. Sí que una referencia obvia para nosotros es Beastie Boys, peña que viene de tocar instrumentos, pero que le mola mucho explorar. El hip hop es un catalizador de las cosas que hacen. A mí me flipa esa movida. Que cada uno cante su parte, que cada uno colabore… Sí que, de repente, nos hemos puesto a hacer, y el hacer te lleva a un sitio.

Intentamos hacer eso, pero tampoco lo forzamos. Si yo me tengo que cantar una canción entera, pero la quieren cantar Jangitz o Lizardi, va a ser así. Al final vamos a tirar por lo que mejor quede, y no nos importan las improntas personales. Tengo ínfulas de componer, quiero componer, pero no quiero componer sin Jangitz y sin Lizardi, no sé si me explico. Yo hago algo, pero quiero que me lo rellenen ellos. No llevamos canciones acabadas al local, ni mucho menos. Voy a traer esto, ¿qué le aportáis? Y sin eso no tendría sentido el grupo, es una cosa súper triangular. Añádele algo a esto que a mí me falta.

¿Qué hay en vuestro futuro, qué planes tenéis?
Nos ha costado un poco el arranque, por razones obvias, cuesta arrancar todo lo que te he dicho, aprender muchas cosas, aprender a cantar, primera grabación, primeros bolos… Eso ha sido el gran esfuerzo del principio, y ahora, ya estamos con el disco en la calle, tenemos unos cuantos bolos por delante, y con bastantes ganas de hacerlos. La recepción ha sido muy buena, ha sido la hostia, la verdad, y estamos encantados. Y ya ponernos en, entre comillas, piloto automático: seguir componiendo, seguir grabando cosas, girar, y seguir un poco en el mismo plan.

Ya que te tengo al teléfono, no puedo evitar ponerme en plan periodista y preguntarte por la separación de VULK. Empezamos a sospecharlo al veros cancelar el bolo del Canela Party con meses de antelación, pero, hasta dónde yo sé, nunca lo habéis comunicado oficialmente y no he visto ninguna referencia a ello en los medios.
Pues sí, realmente lo dejamos. Esto no sé qué significa, tampoco somos gente ni católica, ni cristiana, dejamos de tocar porque no funcionaba más, y punto. Sí que en su momento debatimos si lo comunicábamos o no, mucha gente lo comunica, y como nunca tuvimos un mensaje claro, con el que los cuatro nos sentiéramos de acuerdo de principio a fin, lo dejamos un poco en el aire. Y como mucha de nuestra proyección pública, por llamarlo de algún modo, tira mucho de lo personal —somos gente que está en muchos bolos, que conocemos a mucha gente dentro de la música—, la pregunta de si lo habíamos dejado o no igual nos llevaba cayendo desde dos años antes de que lo dejáramos. Nos hemos limitado más a comunicarlo personalmente a la gente y sí, desde luego estamos parados y sin ningún plan a la vista. Pero como tampoco nos quedó un mensaje claro que dar, no lo hemos dado. Fugazi nunca dijeron que lo dejaban, y lo dejaron.

Y para terminar, ¿algo que añadir, matizar, agradecer…?
Por recapitular, a la pregunta de si estamos abiertos a colaboraciones, creo que no te he llegado a contestar. Sí, por supuesto. (risas) Planteamos hacer música, seguimos haciendo temas, y a día de hoy tenemos temas preparados para hacer, y llevan ya el nombre de alguien que vamos a intentar que colabore. Hay gente de todos los tipos, hay desde gente top —que obviamente eso no significa que podamos acceder a ellos, ni mucho menos—, hasta mucha gente cercana que está haciendo música, de todo, de cualquier espectro, con la que sí tenemos intención de hacer colaboraciones, y que también de esas colaboraciones pueda surgir repetir en el futuro. Tenemos la intención de que la banda sea un poco blandita en ese sentido. Nos gusta usar el concepto ‘código abierto’, como algo que está abierto a colaboración todo el rato. Como cuando fuimos a Iruñea a tocar, y Julen (guitarrista de VULK, NdR) se subió a tocar la guitarra en la prueba de sonido sin pensarlo, y dije: “vale, este tema ahora tiene guitarra”. Y punto, no hay que darle más vuelta. Nos molaría que en el futuro fuera más libre, que la gente de nuestro entorno también fuera más libre como para coger un día unas maracas, o para coger un día y tocar un viento, o hacer coros, o cualquier cosa. Eso es algo que está en nuestra cabeza conseguir.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.