RITMOS DE IDA Y VUELTA
EntrevistasP18

RITMOS DE IDA Y VUELTA

David Perejil — 26-03-1999
Fotografía — Archivo

El año 95 fue el del inicio de la fabricación de un cohete llamado P18. Su ingeniero, Tomás Darnal, ex teclista de Mano Negra, viajó con insistencia a París y Cuba para elaborar un artefacto que llega ahora bajo el nombre de "Urban Cuban", una amalgama de ritmos electrónicos, sobre todo jungle, y ritmos cubanos. Todo un canto festivo que tiene su celebración en directo. Han hecho falta treinta personas para crear este disco, entre ellas DJ Sree, que se ha encargado de los ritmos electrónicos y un montón de músicos cubanos de la familia Teuntor. Todo para llegar a "Urban Cuban", un manifiesto de esa alegría tan latinoamericana de los que no tienen nada pero atesoran unas ganas tremendas de vivir. Una música que, para Tomás, ya tenía antecedentes en lo que hacía con Mano Negra. "En discos como "Patchanka" o "Casa Babylon" ya explorábamos un universo sonoro parecido". Una pachanga en la que unen fuerzas el son cubano, la conga, la canción francesa y el folclore, matizada por la electrónica que le da un aspecto muy vitalista. En canciones como "Kid Chocolate" o "Light My Fire" resalta más el jungle, sin traicionar las percusiones y los vientos latinos. En otras – "La Verdolaga" o "Yemaya"- simplemente hay folclore cubano. No hacen falta estudios antropológicos muy profundos para adivinar una fuerte unión entre electrónica y ritmos cubanos porque como dice Tomás: "de bailar los cubanos saben como nadie". Aunque desde luego da alegría ver esta teoría reforzada en las palabras de toda una sonera cubana como Esther Teuntor. "Las máquinas que Tomás usa tienen un sentimiento muy humano, que es la fuerza y el corazón que le pone Tomás, es como si estuviera cantando con instrumentos normales". Todo conduce a bailar con alegría porque, como dice Esther, su música "es una fuerza natural que viene del corazón y va hasta los pies y de los pies a la cabeza y no se puede detener porque P18 es dinamita pura". Y ese es un concepto que define a la perfección el directo de este grupo. Con diez músicos en escena, proyecciones y toda la fuerza que da el calor cubano, su directo supera al disco en mucho, como suele pasar con la mayoría de ese tipo de grupos que conocen el verdadero sentido de la palabra directo. ¡Aquí no hace falta cama, aquí nadie va a dormir!

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