POP DE TRES MINUTOS
Entrevistas / The Shins

POP DE TRES MINUTOS

Xavi Sánchez Pons — 13-05-2002
Fotografía — Archivo

El pop del nuevo milenio nos ha traído a un nuevo pequeño geniecillo. Se llama James Mercer y lidera a THE SHINS. Y es que estamos ante una formación de Alburquerque que si comerlo ni beberlo, ha llegado a las listas de lo mejor del año de la mano de publicaciones como Mojo o personajes de la talla de Steve Lamack (aquel Dj radiofónico inglés que nos maltrató años atrás con el brit-pop) gracias a su álbum “Oh, Inverted World”, editado en nuestro país por Houston Party.

“Están todos locos. No sé, es maravilloso, porque no esperaba que pasase algo así, y mucho menos que acabaríamos tocando en Europa. Es lo que puedes esperar de esta impredecible industria”.

“Me gustan los pequeños estallidos de buen material. Me gustan las buenas canciones pop, ni muy largas ni muy cortas”

La verdad es que Mercer es modesto hasta el punto que se le ve algo asustado por la fama que está adquiriendo su banda. Todos sus componentes llevan tocando años en mil y una formaciones, aunque parece que por primera vez han encontrado la estabilidad necesaria para madurar sus ideas. Vamos, que se conocen tanto que no necesitan a nadie que meta mano en la producción de sus temas. “El habernos producido nosotros el disco ha sido muy beneficioso, nos ha permitido tener más control sobre el resultado. De esta forma hemos podido regrabar lo que no nos convencía sin preocuparnos por el dinero o el tiempo. Se trabaja muy bien así”. Los atractivos de esta banda de Nuevo Méjico son múltiples. Para empezar nos regalan los oídos con un disco de debut de apenas treinta y tres minutos de duración, algo que se agradece en los tiempos que corren. “Me gustan los pequeños estallidos de buen material. Me gustan las buenas canciones pop, ni muy largas ni muy cortas. Si una canción se pasa de duración tienes la sensación de que la banda ha subestimado su valor como entretenimiento”. Sabias palabras. Ahora, centrémonos en su música, un excelente puente entre las exquisiteces pop del pasado (Big Star o Beach Boys) y el sonido más rock de algunas bandas actuales (Yo La Tengo o Flaming Lips). “Escucho un montón de música antigua, pero siempre aspiro, de alguna forma, a ser moderno. Me encanta la belleza extraña de una banda con un nuevo sonido. Espero conseguirlo algún día”. El hecho de escuchar a los Shins y descubrir que son dueños de una personalidad propia, refuerza los encantos de este combo. Detrás de todo se esconde el omnipresente Mercer, que le quita hierro al hecho de componer todas las canciones de The Shins. “El resto suelen escribir la parte de la canción en la que intervienen. Yo escribo la letra básica y nos juntamos y trabajamos en el bajo o los teclados, aunque yo tengo la última palabra en el estudio”. Haber empezado por ahí.

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