La madurez
Entrevistas / Cracker

La madurez

Toni Castarnado — 11-01-2010
Fotografía — Archivo

Los estadounidenses están de enhorabuena. Con nuevo disco en la calle, “Sunrise In The Land Of Milk And Money”, ilusiones renovadas y la sensación de que no necesariamente cualquier tiempo pasado fue mejor, a pesar de las dudas que generó su pasado más reciente.

Habrá opiniones dispares con respecto a “Sunrise In The Land Of Milk And Money”, pero lo fundamental es que sus creadores se sienten con la energía suficiente para enfrentarse de nuevo a una actualidad cada día más caprichosa. “Este trabajo lo encaramos desde la óptica de un disco en vivo. Antes de tocar los temas en el estudio, las piezas venían muy rodadas del directo. Hicimos el proceso a la inversa. En general el álbum es mucho más crudo, más rápido, en cuanto al sonido y a la forma en la que lo hemos grabado. Los sentimientos que hay entre los miembros del grupo también han sido diferentes y los arreglos en general son muy complejos”. Si no contamos recopilaciones y directos –hasta cinco en total-, estamos ante el noveno disco de la banda fundada y liderada por David Lowery –nuestro interlocutor- y Johnny Hickman. A ellos sumamos Frank Funaro a la batería y el último en incorporarse, el bajista Sal Maida. Músicos que, tras sus experiencias en bandas de punk y glam, en Dictators, Sparks o en la aventura en solitario de Joey Ramone, han aportado a la pareja titular un nuevo punto de vista, un detalle que le ha dado al grupo frescura y más desparpajo. “Siempre que hacemos un disco escribimos mucha música, y normalmente somos Johnny y yo quienes preparamos el material. Pero esta vez todo el mundo ha podido opinar y sumar, y realmente hemos grabado el disco que deseábamos grabar. Nos hemos inspirado en un punk-rock más primerizo. Ha sido algo que ha surgido de forma muy natural y muy divertida. Por eso es un disco muy desenfadado, sin presiones ni luchas de ningún tipo”. En cierto modo, es un disco parecido a “Cracker”, el debut de la banda editado en 1992. “Sí, hemos tenido las mismas sensaciones que con nuestro primer álbum, Aquel era más sureño y éste más directo, pero la filosofía de trabajo y la atmósfera han sido parecidas. Hemos recuperado la ilusión de los principiantes”. Cracker se han caracterizado por ser una banda diferente dentro de la escena rock americana, y cada uno de sus discos ha sido siempre distinto a los anteriores, aunque algunos hayan sido injustamente valorados, como en los casos de “The Golden Age” (96) o “Forever” (02). Sin embargo, los creadores de obras capitales como “Kerosene Hat” (93) y “Gentleman’s Blues” (98) se lo toman con buen humor, una de las señas de identidad de la banda. “El humor forma parte de nuestro discurso. Yo tengo familia inglesa, y supongo que algo de eso debe quedar, porque sobre todo soy muy irónico, y los ingleses ya sabemos cómo las gastan. Cracker, dentro de la escena del alt country, siempre ha sido una banda diferente, por eso muchas veces la gente no ha entendido algunos de los pasos que hemos dado durante nuestra carrera. Nosotros hacemos nuestro trabajo, y hay gente que se lo toma más en serio, y gente que menos, y creo que es importante no tomarse a uno mismo siempre en serio. Me parece ridícula la gente que piensa que todo lo que hace tiene que ser trascendente”. Si “Turn On Tune In Drop Out With Me” es deudora de Tom Petty, y en cambio “Time Machine” y “We All Shine A Light” tienen ese ramalazo punk, en “Yalla Yalla” la guerra de Irak fue la máxima inspiración de la canción. “Nos inspiramos en una escena de ‘Apocalypse Now’. Para nosotros, esos conciertos en Irak, tras contactar con nosotros un pequeño grupo de soldados a los que les gustaba el rock y sabían del contenido de esa canción, no era como estar en la jungla en la que se rodó la película, pero en el desierto la sensación era muy parecida. Fue una locura, una experiencia difícil de explicar”. “Friends” es otra de las canciones estrella del nuevo trabajo, con Patterson Hood como invitado. Participan también Brett Nelson de Built To Spill, el polifacético John Doe y Adam Duritz. Curiosamente, David Lowery produjo uno de los discos de Counting Crows. “Johnny Hickman escribió esa canción en  concreto, muy arraigado como está a la música country, pensando en esa gran comunidad fraternal que es el country. En cuanto a Drive By Truckers, nos conocemos de la zona de Georgia. Con Patterson Hood somos amigos desde hace un montón de años. La historia de ‘Friends’ es curiosa. Él vino un día a vernos, le invitamos a que subiera al escenario, y le engañamos para que saliera en el vídeo. Lo gracioso del tema es que sólo teníamos una hora para filmarlo antes del concierto”.  

2 comentarios
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  2. Automation is critical to acheiving scale a very dangerous and seriously flawed assumption, especially when dealing with physical goods and human interactions. It leads you into complex automation of complex processes. Try to automate everything, and the complexity is often some combination of unbuildable, unreliable, unresponsive, or inflexible. Lean thinking says only automate if there are very clear benefits of doing so, if the process is very robust, and if you are absolutely certain that flexibility is not lost. Simple focused automation using a flexible building block approach seems to work better. Best example Toyota, which is the least automated yet most efficient car manufacturer, with the highest ex-factory reliability.The way application families are emerging now suggests the same is true even in information systems.

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