"Solo nos dejamos llevar por la magia del estudio"
Entrevistas / Hiatus Kaiyote

"Solo nos dejamos llevar por la magia del estudio"

Adriano Mazzeo — 12-11-2021
Fotografía — Archivo

Al tiempo que los melburnianos Hiatus Kaiyote están de vuelta lanzando su single “Canopic Jar”, una rebuscada canción de terror bolinga que trata del intento de conservar sensaciones de esta vida para ser experimentadas en una hipotética vida futura y que, por su arisquez sonora, actúa como pista falsa a lo que fue la salida de Mood Valiant en junio pasado, es momento de hablar del mencionado último disco de la banda.

Si hacemos caso a la teoría de que el tercer disco de un artista es el que define su carrera y le imprime una vara de calidad a respetar en tiempos venideros, tenemos que decir sin titubear que la aventura de Hiatus Kaiyote estará plena de grandes momentos. En esta nueva obra el cuarteto reafirma todo que está bien en su multicolor universo y agrega capas que definen una paleta sonora cada día más variopinta y sofisticada.

Se abren para el grupo las puertas a la dimensión de lo atemporal y se sella un crecimiento artístico que más de un renombrado del neo-soul y el R&B (Anderson .Paak, Erykah Badu, Questlove, etcétera) viene prediciendo.
Para hablar de este lanzamiento central de 2021 nos comunicamos con Perrin Moss, baterista, compositor y cofundador de la banda.

¿Cómo te sientes respecto al nuevo disco y que tan ansiosos estáis de llevarlo al directo?
Estamos felices con el disco. Yo personalmente estoy muy contento con lo hecho, la atmósfera de esta grabación nos llevó a un lugar muy alto. Pudimos finalizarlo a tiempo. Fue desafiante grabarlo y llevarlo al escenario será una cosa completamente distinta. A mí me tranquilizó que “Get Sun”, el primer corte haya funcionado tan bien con la gente, siento que les gustará el resto del disco.
No vemos la hora de llevarlo a la carretera, para nosotros eso significa literalmente aprender las canciones y también reformular todo nuestro set en directo.

"No necesariamente pensamos en cómo serán las canciones en directo mientras las estamos componiendo"

Vuestra música es compleja. Cuando escribís ¿lo hacéis pensado en que hay que prepararla para llevarla al escenario?
No, realmente. Sería más bien al contrario. Hace más de un año y medio que no giramos y tuvimos mucho tiempo para reconfigurar nuestro escenario a nivel instrumental. Es un desafío muy bonito. No necesariamente pensamos en cómo serán las canciones en directo mientras las estamos componiendo, pero es un ejercicio muy bueno para nuestras cabezas. Algunas partes de este disco son literalmente imposibles de replicar en directo, pero ahí está lo interesante, en versionar las canciones. Creo que esto enriquece tanto al músico como a quien escucha. No pensamos en el después, solo nos dejamos llevar por la magia del estudio que te permite llegar a lo inalcanzable, cada idea que tengas puede hacerse realidad y a mí me entusiasma mucho esa situación, atravesar esos dos mundos.

¿Sois de ensayar mucho?
Podemos ensayar mucho. Sí.

¿Dirías que sois una banda más mental o sentimental?
Sentimental, pero también a veces nos metemos en el terreno de lo geek. Es que venimos de lugares distintos musicalmente, no todos sentimos o pensamos igual en nuestro interior profundo. En cuanto a las letras hay mucha poesía y también cachondeo. Y también profundidad emocional, experiencias que en definitiva también aparecen en la música.

"Todos en la banda estamos siempre intentando aprender nuevas cosas"

Creo que el plus que tenéis es el de combinar perfectamente música de gran riqueza instrumental y de arreglos y al mismo tiempo que siga siendo fácilmente escuchable. ¿Es este un objetivo explícito para vosotros?
Sí, definitivamente. Siempre hay música que genera esto. Una de las primeras canciones que recuerdo con esa idea es “Surprise, Surprise” de The Rolling Stones. La escuchábamos con mi familia en el coche cuando íbamos desde Sídney a las montañas. Éramos de escuchar mucha música y con esta canción y otras de la época me pasaba que podían estar de fondo, mientras había conversaciones en el coche, también podían servir para imaginar y crear y al mismo tiempo si subías el volumen ibas a querer ir directo a la pista de baile. Ese tipo de música es mi ideal. “¡Man, quiero hacer música como esa!”, pensaba. Si escuchas la música plana, sin el trabajo del productor o lees las letras sin escuchar la música, eso te puede llevar a entender todo de manera distinta, entonces, sí, hablamos de esto definitivamente y cotejamos posiciones. Intentamos entender qué nos gusta y qué le gusta a la gente. “Get Sun” fue un buen campo de prueba para esto. No fue fácil que los cuatro quedemos conformes y felices con el resultado. De pronto llegábamos a una versión que para mí era perfecta y surgía el comentario, la sugerencia de cambiarla y era como “Mierda, vale ok, hagámoslo” [risas]. Cada disco de Hiatus es igual, es una batalla, pero para ganar una buena medalla. Es una relación saludable en la que prima la empatía.

Entiendo, y por cierto, todos los miembros de la banda se salen en este disco. ¿Puede ser una trampa el hecho de tener tanta gente tan talentosa en el mismo grupo?
Sí, claro. Nunca experimenté ese tipo de trampa o situación desfavorable, pero sé que existe. En las dos bandas que estoy [ndr: la otra es Clever Austin], tengo la suerte de rodearme de gente genial, que no está interesada en brillar de modo individual. Pero también sabemos que para poder expresarte de la mejor manera posible es importante prepararse musicalmente, sobre todo en lo que tiene que ver con momentos de improvisación. Todos en la banda estamos siempre intentando aprender nuevas cosas, porque también es importante para tener un buen espacio en la industria musical. También los roles dentro de Hiatus son muy cambiantes y es bueno estar listo para eso.

En las letras hay muchas referencias a la naturaleza. Desde lejos se puede pensar que esto sucede porque sois australianos y allí la naturaleza es la que manda, pero ¿por qué es tan omnipresente en las letras?
Hay un par de razones. Sí, por un lado somos de Australia y ninguno de nosotros creció en una ciudad. Yo me crié en las montañas, rodeado de bosques, en las Blue Mountains, uno de los lugares más antiguos del mundo. Nai creció en un lugar similar pero en Victoria, Simon también en los bosques y Paul en Tasmania, que es un lugar de los más lindos del mundo. Y por encima de ello incluso está el hecho de que en nuestros comienzos usamos muchos samples de sonidos naturales, sobre todo como texturas. Tengo vinilos con sonidos de ballenas por ejemplo o pájaros típicos de Australia. Estos sonidos te pueden llevar a atmósferas muy especiales. No hay razón específica por lo que hacemos esto, pero muchas veces ayuda a definir el feeling de una canción.

Sobre los tracks cortos que funcionan como links entre canciones en “Mood Valiant”, ¿de dónde vienen y cómo surgen?
Bueno, desde nuestros comienzos usamos estos interludios, en “Tawk Tomahawk” ya había algunos. En mi experiencia personal, yo antes de hacer discos hacía mixtapes y recopilaba beats. Siempre amé los interludios en los discos de hip hop que hacían los beatmakers. En nuestros discos, estas pequeñas piezas son un esfuerzo consciente que aparece cuando el concepto del álbum lo pide. En el caso de “Mood Valiant” fueron agregados durante el último mes de grabación.

Cuando os escucho, puedo apreciar algunas referencias temporales, pero de épocas muy distintas. En este en particular y en la voz de Nai en concreto escucho inflexiones que me recuerdan a las cantantes clásicas del jazz como Ella Fitzgerald. ¿Es importante para vosotros sonar atemporales?
Sí. Ese tipo de música siempre será atemporal. Todo lo que no encaje al cien por cien en la burbuja actual, podrá ser revisitado en cien años y no sabrás de cuándo es. Mi visión de la mejor música es la de pillar un disco en una tienda, quitarle el polvo y que te confunda a nivel temporal. Quizá escuches algo que suena a batería programable y luego te das cuenta que el disco es de los años cincuenta. Esa es la inspiración que disfrutamos. Nos gusta diseminar la música, más pensarla que digerirla, ese creo que es un tipo de enfoque artístico. Y luego también influyen las experiencias y los sentires personales que no siempre son posibles de entender para unos u otros. Todo ese esfuerzo de interpretación es la forma en la que finalmente llegamos a nuestra música, y es hermoso. Merece la pena.

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