Evolución o muerte
Entrevistas / Fanfarlo

Evolución o muerte

José Fajardo — 07-03-2012

Cuando la voraz prensa británica se fijó en ellos en 2009, Fanfarlo sólo eran cinco ‘nerds’ amantes del pop orquestal y las melodías épicas que vivían en Londres. Tras el aclamado “Reservoir”, el grupo afronta el peso del segundo disco con un giro de timón. En “Rooms Filled With Light” dice adiós a las mandolinas y enchufa los sintetizadores a la corriente eléctrica.

Vivimos en una época en la que todo es instantáneo y fugaz. Lo que importa es la novedad. La última moda hoy mañana estará caduca. Aunque muy a su pesar, Fanfarlo es producto de nuestra era, estos tiempos tan ridículos en los que los amigos son virtuales, la gente habla sola por la calle y la cruzada en defensa de Megaupload es lo último en anarquismo. “Es deprimente ver a todos esos grupos que sueñan con que la prensa especializada les ponga una etiqueta. ‘Sonamos a pop ochentero’, dicen, orgullosos. Y creen que así se harán famosos. ¿Cómo no se pueden dar cuenta de que las tendencias son efímeras? Cuando sacan el segundo disco ya nadie se acuerda de ellos”, razona el sueco Simon Balthazar (compositor, voz y guitarra). Razón no le falta. Sin embargo, ¿cuál es su postura ante esta situación? “Cuando sacamos el debut, los críticos nos comparaban con Arcade Fire, Clap Your Hands Say Yeah!, Beirut… Todos ellos son grupos respetables, pero ¿de verdad es eso lo que les venía a la cabeza al escuchar a Fanfarlo? Mira, no creo que nuestra música esté influida por ninguna banda actual. De hecho, no nos gusta nada de lo que ha pasado en la música durante los últimos veinte años. Creemos que es importante tener personalidad y ofrecer algo único”, reflexiona. Desde luego, nadie les puede reprochar una falta de evolución. Con el paso de “Reservoir” (2009) al recién publicado “Rooms Filled With Light” el grupo destapa una faceta electrónica desconocida en su folk-indie de antaño.

Conscientes de que este es su momento de la verdad, la formación se esfuerza en aclarar que este cambio de registro surge por una necesidad de experimentación artística y no tanto por sobrevivir en una industria que tritura al que no sabe reinventarse. Toma la palabra Cathy Lucas (teclados, violín y voces). “Lo cierto es que escuchamos cosas muy variadas: desde el post-punk de principios de los ochenta hasta música disco, pasando por compositores minimalistas, dub, industrial… Es lógico, todo influye, pero es necesario tener un ánimo constructivo e intentar generar nuevos sonidos”.
En este viaje hacia un universo sonoro indudablemente más complejo, el quinteto ha contado con la ayuda del productor Ben H. Allen, que trabajó con Animal Collective en el influyente “Merriweather Post Pavillion” (2009). “Su presencia ha sido de gran ayuda. Llegamos a tener miedo de que intentara crear algo raro y experimental, pero desde el principio sus esfuerzos han servido para dar sentido a las canciones”, aclara Cathy. “Cuando acabamos la gira, en septiembre de 2010, estuvimos seis meses explorando posibilidades y probando nuevos instrumentos. Queríamos dar más peso a los teclados, a las guitarras eléctricas y a los sintetizadores; encontrar un sonido pop y marchoso. Ben fue imprescindible para ordenar las ideas que teníamos en la cabeza”, reconoce Simon, que asegura que el disco es: “más experimental que el debut en todos los sentidos”. “El título”, aclara, “es una metáfora de nuestro trabajo como banda: el objetivo último de nuestra música es crear espacios que sean sugerentes para el que nos escucha, ya sea desde su casa o en una sala de conciertos. Me gustaba la imagen de una habitación llena de luz. Es algo muy inspirador”. Sigue Cathy: “La luz va a tener un papel muy importante en nuestras actuaciones. Vamos a utilizar unas estructuras luminosas que ha diseñado para nosotros un artista de California y proyectaremos diapositivas en el escenario”.
El grupo tocó en noviembre pasado en distintas ciudades españolas, pero todavía no tenía avanzado el formato del ‘show’.

A tenor de lo que se escuchó en Madrid, el repertorio actual incluye varias canciones antiguas, pero sensiblemente adaptadas al nuevo Fanfarlo. “Hace mucho tiempo que salió ‘Reservoir’ y desde entonces hemos cambiado mucho. Por eso, hemos intentado traspasar los nuevos sonidos a estos temas. Estamos viviendo un periodo de transición muy estimulante. Todo es nuevo”, explica el líder del grupo, que desvela que las letras del último disco surgieron como consecuencia de pasar tanto tiempo junto a sus compañeros cuando estaban de gira. “Es una sensación extraña. Por una parte, te sientes muy próximo a ellos, porque compartes todo tipo de cosas; por otra, la vida en la carretera resulta alienante, al estar tan lejos de tus amigos y familiares. Esta experiencia tan intensa ha sido el catalizador para empezar a escribir las nuevas canciones. Pero, por favor, que nadie se piense que es el típico disco que habla sobre estar en una banda”.

Un comentario
  1. For some reason, I think Heavy in your Arms is tied to the tent scene -- the part where Bella kiesss Jake and then also when she feels bad afterward as she has to face Edward. The feeling I get when I listen to it reminds me of when I read the book... tense. They could also play it when Bella goes to visit Jacob at the end to tell her it's Edward. Tied to Jake makes sense to me b/c for him, Bella was a "heavy heart to carry, but he never let her down."

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