EL ARTE DE ESPERAR
Entrevistas / Alan Boguslavsky

EL ARTE DE ESPERAR

Rafa Angulo — 08-05-2002
Fotografía — Archivo

El que fuera quinto miembro de Héroes del Silencio acaba de publicar un disco en solitario.

Además de su participación junto a Bunbury en “Radical Sonora”, el protagonista de estas líneas debe ser recordado por haber dado forma a Bogusflow, y por habernos entregado “The Art Of Waiting” (Grabaciones en el Mar, 02), un disco en solitario que pretende ser la primera entrega de las canciones que este zaragozano de adopción ha ido creando madrugada tras madrugada. Grabado en su estudio, la de Boguslavsky ha sido la única mano que ha intervenido en la realización de esta obra, un disco cargado de melancolía y cuyas melodías se agarran con fuerza a partir de la primera escucha. “Soy de naturaleza melancólica, pero no triste y depresivo. Esta es una melancolía con mucha esperanza. Cuando añoras algo, es porque quieres algo, y eso significa que estás enamorado de la vida, de alguien o de algo. Esta melancolía positiva es la que te hace buscar la belleza dentro de ti, y de las otras personas”.

“Hay que sentirse vivo, y para eso hay que estar haciendo cosas”

Una búsqueda que no parece cansar a Boguslavsky, que, lejos de agarrarse a antiguas hazañas, reparte su energía entre E.B.A., grupo zaragozano del que es el cincuenta por ciento, su trabajo como productor e incluso su faceta como artista plástico, exponiendo en el libreto que acompaña “The Art Of Waiting” parte de su obra pictórica. “Hay que sentirse vivo, y para eso hay que estar haciendo cosas”. Sobre todo si tienen la calidad de lo que Javier Yáñez ha masterizado, un disco a medio camino entre Tom Waits, Neil Young o Jeff Buckley, que, como él mismo explica, no pretende sino ser un manifiesto de existencia, un animal que respira. “Es un disco intuitivo, y es esa primera intuición la que te está sacando ese sentimiento. Está hecho sin la intención de que saliera algo determinado”. De hecho los temas han sido grabados a gran velocidad, sin dar lugar a posibles retoques, quedándose el autor con la primera toma. “Ha sido como ponerme delante de un lienzo en blanco, y conseguía irme a la cama con un cuadro terminado”. Y un nuevo regalo para el oyente, que por si fuera poco le es entregado en casa del artista. Sí, han leído bien, y es que se habla normalmente de la capacidad de algunos artistas de inundar la casa de uno con su música, pero parte del encanto de “The Art Of Waiting” es el hecho de que le permita pasear a uno por la casa de un autor que nos abre sus puertas en cada tema, dejándonos escuchar el chirriar de la silla sobre la que ha descansado mientras componía esta colección de canciones. Hoy en día, en el que las producciones asépticas abundan, esto se puede considerar todo un lujo. “La producción es tan viva porque hay calor de hogar en ella. Estoy invitando al que escucha a entrar en mi casa, a sentarse a mi lado, le estoy hablando. Es un disco muy personal, en el que se escuchan los grillos, e incluso se interactúa con una tormenta que grabé uno de los días”.

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