DIME CON QUIEN ANDAS

Furslide debutan y lo hacen a lo grande. Un disco bajo el brazo y ya se les insinúa el éxito, aunque sólo sea por tener la agenda bien llena de entrevistas y conciertos acústicos por el viejo continente (España, Alemania, Inglaterra…). Cuando un grupo aparece así, sin más, avalado por una gran compañía como Virgin y producidos por una figura como Nellee Hooper (Massive Attack, Garbage, Björk) se disparan una serie de dudas con respecto a la calidad de la propuesta y la dirección comercial que se pretende tomar. Primero viene la escucha del disco y la cosa va encajando. No abruman, ni aburren, no se les puede echar a un lado, pero tampoco puedes salir por ahí corriendo a gritar que les has descubierto. «Adventure» (Meanwhile/Virgin, 98) es un disco amplio en sonidos y referencias. «Siempre nos han gustado Pink Floyd o Led Zeppelin, pero también son importantes los teclados, que incluimos en directo, y las orquestaciones que ha aportado Nellee». Jason Lader (bajo), Adam McDougall (batería) y Jennifer Turner (voz, guitarras y compositora de la mayoría de las canciones), en 1997, tras su paso por un proyecto abandonado con más gente donde hacían muchos tipos distintos de música, formaron Furslide. En su currículum cuentan con haber teloneado a Lenny Kravitz en su gira por los Estados Unidos. «La gira ha sido muy buena para nosotros. Además de salir mucho y conocer a gente estupenda, hemos podido ver cómo funciona una estrella importante y cómo son las relaciones entre todos los que trabajan con él». Eso les ha aportado una buena aceptación en los sitios por los que han pasado para presentar su directo y su disco. «No lo esperábamos tan pronto, pero estamos muy contentos. Toda esta situación nos ayuda a seguir trabajando, estamos constantemente componiendo y ya tenemos material para un próximo disco, aunque debemos centrarnos y saber en que dirección tenemos que ir». Sus argumentos son varios. Canciones directas (como «Over My Head» o «Skinny Girl»; «esas dos canciones encajan muy bien en lo que supuso para nosotros el ir a grabar a Londres. Nueva gente, nuevos ambientes… es estar un poco como que no te lo crees»); acercamientos a una música actual (The Cardigans o Portishead) sobre todo en «Lovesong» («es la que mejor define nuestro estilo, es especial porque expresa muy bien lo que ha sido nuestro trabajo juntos») y letras que «hablan de las experiencias que se dan a lo largo de la vida y cómo se afrontan. Es una aventura el hecho de intentar reflejar en la música el orgullo que te hace luchar contra situaciones que no son favorables», asegura Jennifer, quien en otro tiempo aprendió mucho de su colaboración como guitarrista en el disco «Tigerlilly» de Natalie Merchant (ex 10.000 Maniacs) y, finalmente, su directo («esa experiencia me ayudó sobre todo a enfrentarme a este negocio, a afrontar una gira, a grabar en el estudio… al hecho de ser una artista»). Furslide ofrecen una actitud y un sonido en la sutil línea de la comercialidad (¿No Doubt?), aunque no exenta de calidad, pero su concepto musical es demasiado inconcreto, genera demasiadas dudas. Sólo el tiempo nos puede decir hasta dónde pueden llegar y en qué condiciones.