“A veces hay que irse  de la fiesta cuando mejor te lo estás pasando”
Entrevistas / Desakato

“A veces hay que irse de la fiesta cuando mejor te lo estás pasando”

Jesús Casañas — 30-04-2023
Fotografía — Archivo

Nadie se lo esperaba. El pasado 16 de noviembre, Desakato anunciaba su disolución a través de un comunicado. Ponen fin a una carrera de 20 años, en la que entre 2003 y 2023 han llegado a sacar dos maquetas, seis LPs y un EP.

Desde un principio se marcó el carácter asturiano de la banda: no dudaban en meter letras en astur en casi todos sus trabajos, y hasta llegaron a fichar a un gaitero (Dani) en sus filas. Intentaron desmarcarse asimismo del estrecho corsé que aprieta a cualquier grupo englobado dentro de la escena del punk rock estatal. Para ello no dudaron en añadir dosis de hardcore, metal o stoner, con la voz melódica de Pablo enfrentada a la gutural de Pepo. En 2018 hasta grabaron un EP conceptual en directo (tanto en audio como en vídeo): Antártida.

Pero el grupo se termina. En el comunicado argumentan que “el nivel de energía física y emocional que implica tocar en una banda como la nuestra, hace que nos hayamos exigido estar siempre al límite de nuestras posibilidades y esa exigencia nos ha desgastado”. Si hay más razones, solo ellos lo saben. El caso es que se despiden a lo grande, con la gira “El año que vivimos intensamente”, en la que volverán a recorrer nuestro país en festivales y grandes recintos hasta ofrecer el último concierto en el WiZink Center de Madrid el 11 de noviembre. Desde su lugar de trabajo, el Ovni Estudio de Llanera (Asturias), el cantante y guitarrista Pablo Pérez atiende a nuestras preguntas. La palabra que más repite: orgullo.

Desakato anuncia su despedida. Ha debido ser una decisión muy difícil. ¿Llevaba tiempo rondando vuestra cabeza? ¿Se ha debido a un cúmulo de circunstancias?
Es un cúmulo de circunstancias. Por un lado la pandemia, lógicamente, ha hecho su mella a nivel emocional. Pero creo que el motivo principal es el hecho de vernos en un nivel emocional diferente al que presentaba la banda. Creemos que una banda en activo tiene que tener ilusión total por el proyecto y tener un hambre increíble. Nosotros en este caso no la teníamos, así que creíamos que era el momento de dejarlo, de dejar a Desakato en el máximo lugar y en el momento que se merece. Hay que irse a veces de la fiesta cuando mejor te lo estás pasando. Nosotros en ese sentido hemos acertado, creo que era lo más honesto.

“No podemos estar más orgullosos de la gente que nos sigue”

Vuestro público, ¿cómo se lo ha tomado?
Creíamos que iba a ser más traumático, la verdad. En el momento que anunciamos la disolución pensaba que había gente que se iba a sentir defraudada, pero hubo muchísimas muestras de cariño, mucha intensidad, hablándonos de los momentos en los que les habíamos acompañado a lo largo de su vida en un montón de sitios, así que no podemos estar más orgullosos de la gente que nos sigue.

El grupo deja un legado de dos maquetas, seis LPs y un EP, en los que siempre intentasteis desmarcaros de los cánones de la escena estatal para no ser “otro grupo con k”: mezcla de estilos (punk, rock, metal, hardcore, stoner…), trabajos conceptuales como Antártida… ¿Tenéis la sensación de haberlo conseguido?
Totalmente. Nosotros estamos súper orgullosos de las canciones que hemos hecho, y de lo que hemos conseguido en nuestros años como banda. Hecho la vista atrás, y en estos momentos emocionalmente tan intensos, me pongo discos viejos de Desakato y todavía me sigo emocionando. Eso es algo importante y muy interesante, así que muy orgulloso de todo el trabajo y de mis compañeros, de cómo hemos crecido, no solo como artistas sino también como familia, no podemos pedir más.

También reivindicasteis siempre vuestro origen asturiano: letras en astur, gaitas… ¿Ha ayudado eso también a definir vuestra identidad?
En un primer momento eso estuviese muy presente. Nos sentimos bastante orgullosos de ello. De hecho, yo no entiendo la música sin tener muy presente las raíces de la banda. Cuando tú piensas en una banda grande siempre te viene un poco detrás la ciudad, el pueblo, el lugar, el contexto histórico en el que surge. Y creo que Desakato, si ha tenido cierta trascendencia también, es un poco por eso, nunca hemos estado avergonzados de nuestros orígenes asturianos. Somos gente de pueblo, y lo hemos llevado por toda España con orgullo. Eso es sincero, honesto, y la gente lo sabe valorar.

Hablando de vuestros orígenes, se remontan casi a cuando teníais diez años, con la banda aquella de Llanera Boys, con la que hacíais versiones de The Beatles en asturiano. Luego ya empezáis a ensayar en la escuela de música local. ¿Cómo recuerdas aquellos inicios ahora, desde la distancia?
Pues con muchísima ilusión. Y con mucha nostalgia, porque es la parte más bonita del camino, cuando empiezas y tienes esa hambre, esas ganas de comerte el mundo. Es lo que se echa de menos ahora, pasados veinte años. Pero el trayecto ha sido un camino en el que hemos disfrutado muchísimo, que es lo importante. No obsesionarte con la meta, sino saber disfrutar del camino. Y nosotros lo hemos sabido hacer perfectamente.

Desakato, como dices, ha tenido una historia de veinte años: de 2003 a 2023. ¿Han pasado muy rápido?
Sí, demasiado rápido. Cuando digo que llevamos veinte años tocando me siento bastante viejo, porque es increíble que haga veinte años que estábamos en la escuela de música, se nos han pasado volando. Lo hemos pasado muy bien, hemos conocido mundo, hemos podido viajar, aprender, encontrar nuevas influencias, escuchar músicas nuevas… La verdad es que ha sido un camino súper bonito.

“Lo importante es no obsesionarte con la meta, sino saber disfrutar del camino”

¿Cambiaríais algo de estos veinte años, echando la vista atrás?
No. Si de algo podemos presumir es de haber sido un grupo con muchísima honestidad, muy fieles a lo que hemos pensado siempre. Esta decisión también da fe de ello. Y me siento muy orgulloso, no cambiaría absolutamente nada de lo que hemos hecho.

Os despedís por todo lo alto, con la gira “El año que vivimos intensamente”. ¿Es una sensación agridulce?
Hemos pasado por varias etapas emocionales, pero en este momento creo que estamos en el punto de disfrutarlo, de tomárnoslo como una fiesta, de poder disfrutar con la gente que nos sigue, poder llegar al máximo de personas y lugares posibles. Lo vamos a vivir con mucha intensidad, como dice el nombre de la gira. Pero también con alegría, intentar que no sea un entierro, sino que sea una fiesta.

¿Qué habéis preparado para estos conciertos? ¿Repaso a toda vuestra discografía?
Sí, hemos rescatado bastantes canciones que hacía muchísimo tiempo que no tocábamos. Y sobre todo hemos centrado bastante el repertorio en las canciones que más le gustan a la gente. Solíamos ser la típica banda que en directo tiraba de las canciones más nuevas, de las que más nos gustaban a nosotros, pero esta gira tiene que ser para el público, para la gente que lleva mucho tiempo siguiéndonos, así que espero que no dejemos ninguna canción importante para nadie en el tintero.

“Cuando digo que llevamos veinte años tocando me siento bastante viejo”

¿Se va a inmortalizar la gira de algún modo, con un disco en directo por ejemplo?
En principio no, no es la idea. Por supuesto que haremos algún tipo de documentación gráfica para el recuerdo, para tenerlo siempre ahí, pero no vamos a hacer ninguna grabación, digamos, planeada.

Ya habéis dado el primero de estos conciertos, el pasado sábado 11 de febrero en el Gazpatxo Rock de Valencia. ¿Cómo fue?
Increíble, una sensación de satisfacción total, como de que encontramos mucha gente con muchísimas ganas de vernos. De hecho, tengo la imagen de una chica que estuvo en primera fila todo el bolo llorando, la pobre. Fue emocionante, va a ser la tónica general de la gira.

Tenéis anunciadas ya algunas fechas, pasando por festivales como Viña Rock, Juergas Rock Festival… ¿Cuántas fechas vais a hacer aproximadamente?
No tenemos un número determinado, pero va a ser una gira menos extensa que la de otras ocasiones. Hemos decidido poner unas exigencias técnicas bastante altas, para que los últimos conciertos la gente los pueda disfrutar en todo su esplendor. Así que solo vamos a tocar en lugares en los que nosotros tengamos la completa seguridad de que va a estar a la altura a nivel técnico. Menos bolos, pero de más calidad.

Uno de esos sitios elegidos es el WiZink Center de Madrid, que además va a ser el último. ¿Da vértigo tocar en un sitio tan grande?
En un principio sí, la verdad, porque cuando empezamos con este proyecto y sacamos las entradas a la venta teníamos bastantes dudas de si no nos estaríamos lanzando a la piscina. Pero viendo el desarrollo de cómo se están vendiendo las entradas, va a ser una noche muy especial. Ha sido un acierto llevar a Desakato a tocar a un estadio, jamás nos lo hubiésemos imaginado. Así que con muchísimo orgullo lo estamos viviendo.

¿Un adiós definitivo, o dejáis la puerta abierta a un posible regreso?
En este momento tenemos la completa seguridad de que lo mejor es dejar a Desakato como está ahora mismo. Es una decisión bastante meditada, y creo que no va a cambiar esa sensación. O sea, Desakato fue lo que fue, y merece que lo dejemos en un momento dulce. Ahora mismo estamos en nuestro mejor momento, así que es lo que debemos hacer y estamos convencidos de ello.

¿Tenéis pensado seguir con algún proyecto en solitario, los miembros por separado?
Creo que tampoco tenemos muchas cosas que contar. Pero somos unos apasionados de la música, siempre va a correr por nuestras venas, así que es difícil desprenderse de eso.

 

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