"Barcelona ha sido y seguirá siendo una ciudad increíble"
EntrevistasDerbi Junior

"Barcelona ha sido y seguirá siendo una ciudad increíble"

Luis Benavides — 10-05-2025
Fotografía — Eva Freixa

La Derbi Junior era una motocicleta fabricada en Catalunya, que se anunciaba a principios de los sesenta como “el ciclomotor de la juventud y el entusiasmo”. Su debut, “El vi que alimenta” (Autoeditado, 25), retrata a otra generación bien diferente, la actual, la de los salarios bajos, los alquileres por las nubes y muchas promesas incumplidas.

Primero pensaron en llamarse Junior, a secas, porque JR son las iniciales de Joan Marc (guitarra, cantante) y Roger (batería, coros). “Nos dimos cuenta de que hay un trillón de proyectos que se llaman así y decidimos añadirle un ‘algo’ para darle un significado diferente, manteniendo el rollo de las iniciales”, explica el dúo afincado en La Torre d’Oristà (Barcelona). Lo de “Derbi” no fue por la mítica compañía de motocicletas, sino que hace referencia a la rivalidad deportiva; imaginaban un enfrentamiento amistoso “entre dos niños que disfrutan jugando y tirándose por el suelo”.

"Si hablamos de dúos, Japandroids o The Black Keys son grandes referentes, pero hay tanta música que nos tiene locos"

Los dos miembros de la banda, sin embargo, no se conocieron de pequeños jugando en una cancha deportiva, sino en un acogedor bar de tapas de Gràcia hace solo dos años. “Nos presentaron y nos pusimos a hablar. Nos dimos cuenta de que teníamos (y tenemos) muchas cosas en común y que, además, nos encontrábamos en una situación personal-artístico-creativa similar y bueno, a partir de allí, nos fuimos engorilando con el proyecto”, recuerda Roger Orriols, al que hemos podido ver golpeando la batería en otras formaciones como Nyandù, Urra y Mondo Beta, entre otras. “Al final cuando te metes en un proyecto, siempre le acabas poniendo muchas horas y mucha energía, y lo mínimo que esperas es poder dormir tranquilo con el trabajo bien hecho, sintiéndote realizado con lo que haces. Y eso nos pasa ahora con Derbi Junior”. 

Que sean un power duo es algo circunstancial, y susceptible de cambiar, aunque están encantados siguiendo la máxima del “menos es más”. “Al conocernos nos dimos cuenta de que uno tocaba la batería y el otro, la guitarra. Con eso teníamos suficiente y quedamos para probar unas cuantas ideas que habíamos ido acumulando. Lo bueno de ser dos es que es más fácil cuadrar agendas y entenderse también en el proceso creativo y logístico, pero la parte no tan buena es que tienes que soportar todo el proyecto entre dos personas, que curran, que viven y que tienen otras obligaciones, ¡y eso es todo un reto!”, coinciden.

Sus primeras composiciones, de hecho, pueden recordar a Cala Vento y L’Hereu Escampa, pero aclaran que cualquier parecido con estas insignes formaciones bicéfalas es mera coincidencia: “Supongo que las comparaciones son inevitables, pero nuestras referencias van bastante más allá. Si hablamos de dúos, Japandroids o The Black Keys son grandes referentes, pero hay tanta música que nos tiene locos, que nos ha inspirado y nos sigue inspirando… Discos como ‘Pennybridge Pionners’ de Millencollin, ‘Californication’ de Red Hot, pasando por ‘Jaio.Musika.Hil’ de Berri Txarrak hasta el más actual ‘Romance’ de Fontaines D.C., son algunos de los muchos discos que nos marcaron en su día y nos siguen inspirando”. 

“El vi que alimenta” es una colección de primeras canciones grabadas en varias sesiones –entre agosto de 2023 y diciembre de 2024– y con la ayuda de tres músicos y productores diferentes: Ferran Orriols (Nyandù), Marc Fernandez (Wud, Junco y Mimbre, Marc_io) y Santi García (Ultramarinos Costa Brava). “El resultado es un disco grabado en tres partes, un puzle de personas y momentos que conforma un disco muy especial para nosotros”, aseguran. Su principal objetivo ahora mismo es “seguir avanzando como artistas” porque les encanta “trabajar juntos, hacer canciones, tomar vino y disfrutar de la vida”. Esa referencia al vino no es baladí. No solo aparece en el título, sino que les gusta usarlo como metáfora. “Representa algo que la gente hace grandes esfuerzos por conseguir, y aun así puede que no lo consiga. Para nosotros, ese algo es volver a soñar, tener nuevos objetivos e incluso darse otra oportunidad. Y aparte, los dos somos unos fanáticos del buen vino [risas]”, subraya Joan Marc, quien previamente había formado parte de Manila y Brizna.

Para Joan Marc, la canción que da título al disco es también una “carta de desamor hacia cualquier ejemplo de gentrificación que nos pueda afectar”. Se pone como ejemplo de persona expulsada de Barcelona, la gran ciudad en la que nació y creció. “A Barcelona, siempre amor. Ha sido y seguirá siendo una ciudad increíble, con tanta vida y tanta alma que te deja una gran huella dentro. Pero creo que todos somos conscientes del giro que está dando todo allí dentro. Es prácticamente imposible vivir dignamente en tu antiguo barrio, apenas llegas a fin de mes si haces la compra en el supermercado de debajo de tu casa o si usas un radiador portátil para calentar el piso en el que vives por un precio absurdo y tomar una cerveza en la Plaça de la Vila te cuesta cinco pavos. Sentimos entre pena y rabia”, añade el cincuenta por ciento de Derbi Junior. Esos mismos sentimientos propulsan un disco lleno de energía instrumental y letras agridulces basadas en experiencias propias, en los tira y afloja de la vida moderna.

 

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