"En mi casa se escuchaba Bollywood"
Entrevistas / Abhir Hathi

"En mi casa se escuchaba Bollywood"

Adrián Lerma — 20-05-2021
Fotografía — Cesar Garrido (LL1Producciones)

Abhir Hathi es una de las promesas del panorama urbano nacional. Natural de Las Palmas de Gran Canaria, aunque afincado en Madrid, forma parte de esa escena musical que se lleva gestando varios años en las islas y de la que se ha sabido rodear en su primer disco “Lazos y nudos” (AH/Slowly, 21).

A las colaboraciones estelares de Recycled J y Delaossa, en este trabajo se suma la producción de figuras de la talla de Kiddo, Choclock y Gese Da O en un combo que sienta las bases de un artista que tiene mucho por decir.

Sacas disco en unos días, “Lazos y nudos”, ¿qué sensaciones tienes?
Muy buenas, tengo muchas ganas. El disco sale ahora y tengo una felicidad en el que yo esté cómodo y piense en el disco y no piense en la carga de trabajo, sino en las ganas que tengo de sacarlo. Porque hasta ahora, cuando pienso en el disco, pienso mucho más en la carga, en lo que queda, en lo que llevo, en lo que me falta para tener el sonido que estoy buscando, en que la experiencia del disco sea una experiencia en la que te lo goces y que no haya momentos muy intensos, de lentos me refiero. Sino que sea algo que fluya bien pero que te dé una cal y otra de arena, eso es lo que estoy intentando.

Además, es tu primer disco, supongo que también tendrás algo de vértigo.
Sí, es mi primer disco aunque saqué un EP en 2019 pero claro, eso es para calentar. Estoy ya entrando fuerte, entrando con todo. Y sí, da vértigo, pero da mucha felicidad porque, además, no es un disco que haya gestionado yo con un productor, no. Esto es un disco en el que hay más de diez personas involucradas solo en la música. Es un disco en el que yo me siento súper apoyado por gente que admiraba y que admiro y con la que llevo trabajando dos o tres años. Hay gente que entra en el disco como Pablo Rousselon, que es el productor vocal, o Álex Ferrer, que es el ingeniero, pero toda la composición es con gente con la que yo quedo para comer, gente mía, amigos.

En este disco trabajas con productores como Kiddo o Choclock y con artistas como Delaossa o Recycled J, ¿no sientes cierta presión por tener en tu proyecto a gente tan consagrada?
Pues mira, nunca lo había pensado así porque realmente cuando les enseñé las canciones a ambos les encantaron. En producción estaban bastante avanzadas ambas, a lo mejor sin producir del todo, que es algo que hicimos con Kiddo, tanto la de Dani (Delaossa) como la de Jorge (Recycled J) y conmigo. Pero nunca he sentido miedo por colaborar con gente que es más grande que yo, sino que he tenido muchas ganas y normalmente, menos con Cruzzi (Cruz Cafuné), la semilla de las colabos que yo tengo son mías. Así que vértigo y miedo como tal, no. A lo mejor me pones con alguien internacional y sí me da un poco, pero de momento no porque también ellos siempre me han tratado de tú a tú.

En el canal de YouTube de Kiddo se ve cómo trabajó en la composición y producción de “Moonlight922”, de Cruz Cafuné. Y una de las cosas que más me llamaba la atención de esas sesiones creativas era ese caos perfecto, esa cantidad de gente que aparecía, aportaba su idea, su granito de arena, y se volvía a ir, y entre ellos estabas tú. ¿Este disco lo has compuesto de igual modo, rodeado de artistas, o lo has hecho en la intimidad?
Mira, las canciones más arriba de energía sí que es verdad que las he escrito acompañado, las canciones más abajo y más tristes, solo. Pero, por ejemplo, hay una canción que sin Cruzzi no hubiera salido, que se llama “Big Dawg Freestyle”, eso es fifty fifty, él y yo, mano a mano, incluso la chispa, quien me mete en el mood, es Cruzzi. Pienso que, si no hubiera estado con él, en ese momento, no hubiera salido esa canción y no tendría ese check en la checklist de moods que quiero dar, porque me faltaba un tema duro, un cachetón, por así decirlo. Entonces, hay canciones que sí y hay canciones que no. “Rodeos”, “Reflejos”, mi parte de “Mil días” y el estribillo de “Puliendo pakistaní”, que también sale ahora, “Santa Cruz”, todo eso sí lo escribí solo, pero hay canciones que están arriba que sí lo escribí acompañado con esa misma gente, claro.

Y es que esa gente que era habitual en las sesiones son buena parte de la escena canaria prácticamente: Dawaira, Indigo Jams, Ellegas, Choclock…
Es una bendición, yo creo que es lo que más feliz me hace ahora mismo. Miro mi vida con perspectiva y creo que por lo que más agradecido estoy, aparte de porque mi familia esté bien de salud, es este grupo de personas porque realmente nos explotamos los unos a los otros, el potencial. Y encontrar a gente así es guay, pero encontrar a un grupo así… Porque no es una persona, son seis o siete personas que están diciendo “¿cómo puedo mejorar esta canción de Abhir que ni siquiera es mía?”. Eso no tiene precio. Lo más valioso de mi vida es eso, ahora mismo, para que te hagas una idea de lo importante que es para mí tener esa infraestructura creativa. Es precioso.

"Miro mi vida con perspectiva y creo que por lo que más agradecido estoy, aparte de porque mi familia esté bien de salud, es este grupo de personas porque realmente nos explotamos los unos a los otros, el potencial"

Además, Canarias viene teniendo en los últimos años una escena urbana bastante pujante.
Es la más dura, no tengo nada que añadir [risas].

¿Y qué artistas emergentes me recomiendas?
A montones: Highkili, Scarface Johansson, Flaco Fausto… Te estoy diciendo gente que para mí tiene un potencial increíble y que son buenísimos haciendo lo que hacen. Eva Ruiz, Sofi de la Torre, que sale en el disco de Cruzzi, en la última canción. Unidad 0, súper buena gente, Ant Cosmos, que ya es indie, Daily Nudes, con quien hice “Sangre”. Es gente que realmente creo que tiene algo súper exportable y que es un tema de tiempo, equipo y estructura para que lleguen aquí si tuvieran inversores, y también me lo aplico a mí. Si tuviéramos inversores, que pueden ser marcas, personas o sellos, que invirtieran para que el producto final fuera lo más fino posible, todas estas personas tendrían su hueco de aquí a año y medio.

Hace unos días, una artista me comentaba que su último disco era el primero en que había conseguido plasmar por completo su personalidad y ser fiel a sí misma, ¿tú crees que lo estás siendo con este primer disco?
Se llama “Lazos y nudos” porque el eslogan es “No sé si eres un lazo de amor o un nudo en el estómago”. A mí me encanta contar historias y estos son mis lazos y mis nudos. En “Sacrificio” hay name dropping, estoy nombrando a gente porque realmente es mi vida, no estoy haciendo música genérica. No considero que esté haciendo música que se pueda reproducir en todos los sitios y entiendo que esa decisión va a hacer que el crecimiento sea más lento, pero me da igual, porque es lo que me apetece ahora, es lo que yo admiro en los artistas y yo hago mías las historias que ellos cuentan. Y yo confío en que la gente lo pueda hacer también con este disco.

¿Podrías elegir tu canción favorita de este disco?
Hay dos canciones que considero que son focus tracks, que son canciones que me gustan a mí mucho y creo que a la gente también le pueden gustar y hay una canción que yo siento que no lo es, que no tiene madera de single, de ponerle los huevos en esa cesta, pero lo voy a hacer porque me apetece y porque creo que es una canción muy especial, y es “Puliendo pakistaní”. Esta canción es mi preferida del disco por cómo está escrita y por lo que dice. Y luego los focus tracks, que son canciones muy distintas pero que pueden gustar, son “Habibi” y “Una bala con mi nombre”. Estas dos canciones son especiales, una porque el número dos es conocido, en general, por ser la canción a la que tú le das la atención del disco y la otra porque tiene el primer interludio encima y el otro debajo.

"Que a mí me guste tanto Dellafuente puede ser porque el flamenco tiene un color en la voz y tiene una escala que es muy similar a la escala en la India"

Supongo que no es fácil acertar con qué temas van a tener mayor acogida, ¿o sí?
Siempre me equivoco. Cuando asumo cosas, me equivoco. Con “Perros” me pasó. Yo estoy volando a México, haciendo la promo y veo que de repente está funcionando mucho más que cualquier otra promo, sale y mucho más feedback que las otras canciones, un ritmo más rápido de crecimiento de la canción y digo “venga, voy a hacer lo que yo quiero hacer”. Y en el ecuador de la composición del disco tomo esta decisión, llego a España con más o menos diez de trece hechas y sigo currando, Luego hablo con Kiddo y me dice “no sé si esto es un disco para petarlo, pero sí es un disco para posicionarte” y yo estoy de acuerdo, no tengo prisa. No hago esto por pegarme, lo estoy haciendo para hacer música wavy, música guapa, música que guste y fin. Es un gesto de confianza en mí mismo.

Eres de ascendencia india pero, en tu música, esa influencia no se aprecia. No sé si me equivoco.
Estás en lo cierto, no hay influencia directa pero sí indirecta. En mi casa no se escuchaban discos de jazz, boleros o música latina, se escuchaba Bollywood. En la India, la música se rige por el cine. Los hits más grandes son por el cine, porque la industria de Bollywood es muy grande y las películas que salen de allí son musicales, los blockbusters son con incisos, que tienen diez canciones por peli y estas son las canciones que revientan y también son las que se escuchaban en mi casa. Yo tuve la inquietud de la música por mí mismo y empecé a escuchar r&b y hip hop, 50 Cent… Lo que yo creo que ha pasado es que mi gusto por las melodías sí que tiene que ver con Bollywood, que sea todo muy melódico y que tenga ese color sí que puede ser de ahí. Que a mí me guste tanto Dellafuente puede ser porque el flamenco tiene un color en la voz y tiene una escala que es muy similar a la escala en la India. Y eso es porque los gitanos empiezan en Rayastán, una zona en el norte de la India, y paran en Rumanía y luego se extienden por toda Europa. Y por eso la música gitana y la india tienen mucho que ver. Entonces escucho a María José Llergo y digo “es que me suena familiar”. Me siento como que puedo estar dentro, no en la técnica, obviamente, pero sí en la elección de las melodías, que me flipan, más que en cualquier otra región del país.

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