“La gente se piensa que hemos estado de vacaciones pero no hemos parado de producir, de hacer remixes y mover otros proyectos”, justifican los hermanos Javier y Luis Garayalde. Lo de sacrificar producción propia en pro de trabajos para otros (Underworld o Groove Armada sirvan como ejemplo) les viene estupendo. “Al final es lo que te mantiene vivo en la escena de club: el que te llamen, te lleven en las maletas y te pinchen”. Por eso su cuarta producción ha tardado en llegar pero ha acabado aterrizando: el dúo Garayalde presenta con “Eleven” su personal homenaje a la época disco. Después del toque acústico y jazz de “2Faces”, la exploración de sonidos brasileños en “Everyday Life” y el toque europeo de “Appetizers”, en su nueva producción se cuece un Tetris ochentero, funky y disco salpicado con algún tema rompepistas que bien podría servir de banda sonora en un sábado noche o sonar de fondo en la radio de la próxima entrega de un GTA lleno de clubes, vicio y gafas de sol. Once años de trayectoria conmemorados con trece cortes listos desde febrero pero estirados para su presentación en público hasta el 11 del 11 de 2011, una ecuación temporal que “solo ocurre cada cien años. "Cuando fichamos con Om Records hablamos de hacer un recopilatorio por nuestro décimo aniversario, pero entre el retraso que hubo por parte del sello con el lanzamiento de otros artistas, y que al final ya teníamos este disco casi terminado, nos animamos a lanzar lo nuevo”. Fichaje de altura, por cierto, en un momento tan fluctuante musicalmente hablando: mitad fortuito mitad esperado tras sus años de trayectoria y su amistad con los responsables del sello, por lo pronto su pie en Om Records tendrá como resultado “una gira mucho más armada por Estados Unidos, donde hasta ahora hemos estado en contadas ocasiones”. Su inminente tour les llevará también por Alemania, Rusia y Brasil. Buenas noticias para unos tipos decepcionados con la escena de club nacional. “Está ya muy tocada: queda poca cosa en Madrid, Barcelona está mucho peor que hace unos años, y en las ciudades pequeñas donde antes había un club de referencia no queda nada”.
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