¡Ya está bien! Se agotaron los adjetivos elogiosos y las manidas comparaciones con referencias clásicas. Es el momento de descubrir a Bigott por lo que es capaz de aportar por él mismo, que es mucho. Tan sólo hay que escuchar su cuarta referencia para darse cuenta de que la suya es una carrera sólida que se afianza con cada trabajo, En este, además, estamos ante su mejor colección de canciones o al menos las que logran con mayor facilidad captar la atención y el silbido del oyente. Las más pop vaya, pero siempre con ese sonido entre minimalista y crudo en el que resalta su rasposa profunda y sólida voz por encima de todas las cosas.
Abre el disco con una espléndida y sobrecogedora “Dead mum walking” con el contrapunto clásico de los coros femeninos y el ritmo trotón de batería, maracas y palmas que logran un tono de western crepuscular. Se pone dinámico y vigoroso en “Sparkle motion”, le entra la vena crooner en “Horses back” y nos deja boquiabiertos del todo con ese clásico que es “The jingle” en el que las palmas acompañan el rápido punteado de la acústica hasta llegar a un estribillo arrebatador que se te engancha como sólo las grandes canciones pueden hacerlo. El secreto mejor guardado de Aragón, debería dejar de una vez por todas de ser un secreto, asi que pon un Bigott en tu vida. No te la cambiará, pero la hará un poco más llevadera.
Se dice "darse cuenta de que", no "darse cuenta que".
tienes razón... gracias... corregido... ¡Qué sería de nosotros sin nuestros lectores!