I Don’t Live Here Anymore
Discos / The War On Drugs

I Don’t Live Here Anymore

7 / 10
Don Disturbios — 04-11-2021
Empresa — Atlantic / Warner
Género — Indie rock

Si uno analiza el enorme salto que logró dar Adam Granduciel, que lo llevó del sonido indie algo opaco y arenoso de “Slave Ambient” (11) al más abierto y nítido de “Lost On The Dream” (14), no puedes más que cerrar la quijada de la estupefacción. Pocas veces en la historia de la música popular se ha producido un cambio expansivo tan grande, y en un solo disco, sin que este sea consecuencia directa de un avance tecnológico que te haga sonar más y mejor. Proceso que, cabe recordar, acabó consolidado del todo con el siguiente disco, el premiado con un grammy “A Deeper Understanding” (21) con el que Adam logró alcanzar una fama que no había soñado, aunque no por ello abandonara ese porte desaliñado y humilde que indicaba que nada de eso iba con él.

Y así, cómodamente instalado en la seguridad de un estilo tan reconocible como reconocido, debería resultar más sencillo trabajar en un nuevo álbum. El estatus garantiza que hagas lo que hagas vas a obtener mucha atención y, si no cometes el error de desviarte de la senda musical que tú mismo has trazado, los parabienes de la crítica y fans llegarán con el piloto automático. Y eso es justo lo que ha sucedido. Un 'cría fama y échate a dormir' en toda regla que hace de nuevo sabio al refranero.

“ I Don’t Live Here Anymore” es un disco correcto y punto. Ya está dicho. Un trabajo más confortable y luminoso que sus antecesores, fruto de un padre de familia de 42 años que hace tiempo dejó atrás esa angustia existencial que alumbra las grandes obras. Diez canciones que siguen al dedillo el patrón de estilo del grupo y que, tras repetidas escuchas, mojan pero no calan. Una pena. Máxime cuando el inicio es de lo más prometedor con esa delicada “Living Proof” que me ha evocado al bueno de Vic Chesnutt -Dios lo albergue en su gloria-  que me hizo esperar más de lo que luego obtuve en realidad. Y es que por mucho que trote la batería y la caja suene como la de Max Weinberg (E Street Band), el truco del crescendo contenido tras el puente, debe usarse con mesura, o puede pasarte lo mismo que al mago que repite el juego por tercera vez y se le cae el as escondido en la manga.

Y luego está el tema de las canciones. Mejor dicho: de las melodías. Y es que todo en “ I Don’t Live Here Anymore” me suena a viejo conocido. A refrito de ideas que no fueron hilvanadas del todo en los dos discos anteriores. Nada que podamos poner a la altura de “Red Eyes”, “Pain” o “Under The Pressure”. Quizás el single de adelanto que da nombre al álbum, sea lo más próximo que hayan podido estar de lograr algo excelso, pero si uno atempera el entusiasmo se dará cuenta que es más de lo mismo. Al igual  me sucede con "Victim", una de mis preferidas, en la que sí percibo cierto intento por salirse de lo establecido .

Puede que lo que le suceda a The War On Drugs en este disco  no sea otra cosa que una banda  convertida en víctima de su propio destino. Y es que la búsqueda obsesiva del sonido puede acabar por anular la personalidad de lo imperfecto. Eso sí, todo suena la leche de bonito.

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