A eso lo llamo yo un buen trato. Este estandarte del actual rock americano hace todavía más creíble la apuesta general del sello, y ellos se benefician porque ingresan en una escudería que cuenta con un catálogo de lo más aprovechable, permitiéndose de paso seguir en la primera división del género.
Lo primero que les han ofrecido no es un disco en toda regla. Las canciones de Sahm son un merecido homenaje a un personaje que ha sido durante medio siglo (se dice pronto) el cerebro pensante de Lone Star, una institución reconocida por públicos de distintos ambientes y estilos, y esa diversidad queda patente en esta colección a la que no le falta de nada. Hard rock a la vieja usanza nos enseña “Floatway”, en “Mendocino” nos deleitan con country vacilón, “Be Real” parece compuesto por el viejo amigo del grupo, Dan Baird, el blues asoma su cabeza en “At The Crossroads” y “Sunday Sunny Mili Valley Groove Day” es folk hippy que induce a fumar hierba hasta caer desfallecidos. Auténtico entretenimiento a la espera de un nuevo álbum en toda regla y un bonito pasatiempo.
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