The Black Parade. Living With Ghosts
Discos / My Chemical Romance

The Black Parade. Living With Ghosts

5 / 10
Robert Aniento — 03-11-2016
Empresa — Warner Music Spain
Género — Rock

No parece tener mucha justificación la reedición que presenta Warner del mejor trabajo de los californianos My Chemical Romance, más allá de la onomástica. Se cumplen diez años de su edición, punto de inflexión del emo más accesible y comercial, que consagró a Gerard Way y los suyos como líderes de la generación de los ’00. MCR editaban el disco tras un primer largo algo embrollado, “I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love” y un segundo disco, “Three Cheers for Sweet Revenge” que les valió un salto importante en la atención que se les dedicaba, gracias sobre todo a sus tres singles principales, “Helena”, “I’m Not OK (I Promise)” y “The Ghost of You”.

Como la misma banda confiesa en las notas de esta reedición, la composición de “The Black Parade” les sumió en una atmósfera opresiva de presión, tratando de dar respuesta a las expectativas depositadas sobre ellos. Encerrarse en una mansión abandonada -y supuestamente embrujada, de ahí el título del segundo cd de la reedición- para dar forma al disco tampoco ayudó. Finalmente, pese a todo, se salieron con la suya y “The Black Parade” acabó erigiéndose como su obra de referencia, y a la vez la de todo un género y una generación. Su historia es conocida, una obra conceptual construida en torno a la muerte, donde su protagonista, enfermo de cáncer, concibe su deceso como un tétrico desfile, con el que se dirige a su nueva vida de ultratumba.

Capaces de generar un sonido propio a partir de las influencias del rock americano, el metal más clásico o el punk pop en boga de la época, “The Black Parade” no tiene prácticamente desperdicio, y temas como “This is How to Disappear”, “Mama”, “Disenchanted” o su único single de éxito masivo, “Welcome to the Black Parade” lo sitúan entre lo más alto de los discos de rock surgidos en Estados Unidos la pasada década.

Hasta ahí nada que objetar. Lo que resulta difícil de entender es la reedición que ahora nos llega. Ya fue precedida de un desafortunado teaser que la banda colgó en sus redes sociales y que confundió a los fans, que esperaban que el anuncio fuera el avance de una reunión del grupo, con la consiguiente frustración tras conocerse la noticia real. Como baza principal se añade un segundo disco con temas inéditos de las sesiones de la época. Pero éstas se presentan en su forma demo, en algunos casos prácticamente inaudibles. Las domina un rock guitarrero acelerado y confuso, sin procesar, que nos retrotrae más al sonido de su primer trabajo que a sus logros posteriores. También sorprende que la propia banda afirme que tuvieron que dejar en el cajón más de quince descartes, y en la actual reedición solo aporten seis de ellos, siendo el resto demos de temas que ya están en el disco (incluida una primera versión de “Welcome to the Black Parade”). Por último, el arte que domina la edición original, excelso y que tan bien viste el contenido del trabajo, recordándonos de paso la estrecha relación de Gerard Way con el mundo del cómic, desaparece aquí de la vista, transformado en un soso ejercicio en blanco y negro sin ilustraciones y un breve libreto que incluye únicamente las letras de los temas.

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