Marauder
Discos / Interpol

Marauder

8 / 10
José Carlos Peña — 24-08-2018
Empresa — Matador / Popstock!
Género — Pop-Rock

Independientemente de si su anacrónico estilo intenso y oscuro era sospechosamente mimético al de bandas de culto -lo de The Chameleons a algunos nos cantaba demasiado-, Interpol irrumpieron con dos discos repletos de canciones excelentes. Llegó a continuación el inevitable reflujo de la inspiración, y una marcada sensación de dèja vu. El Pintor(Matador, 14) tenía sus virtudes, pero quedaba lejos del impacto (seguramente irrepetible) de Turn On The Bright Lights(Matador/02) y Antics (Matador/04). Tras la gira de conmemoración de su debut, el grupo se ha fogueado, y Marauder, su sexto LP, se presenta como vuelta a las esencias en toda regla. Una jugada inteligente, de la que el trío sale airoso.

Es curioso que haya sido Dave Fridmann, experto en sonidos muy cocinados con gente como Mogwai, The Flaming Lips (o nuestros Vetusta Morla) quien decidiera, junto al grupo, darle el enfoque más directo posible: banda tocando en vivo para plasmar su recuperado músculo en vivo y grabación a cinta. Todo para insuflar vida a un repertorio dinámico en el que coexisten los destellos melódicos pop con ambientes viciados y lúgubres como dos caras de la misma moneda. La esencia de la banda.

Con Paul Panks dominando ya el bajo -en directo, hace guitarras básicas-, y Daniel Kessler (guitarras) y Sam Fogarino (bajo) dando lo mejor, estamos ante un disco recio, misterioso, plagado de aristas y presencias espectrales, que se escucha de un tirón, sin que apenas desfallezca. Si Interpol es de esos grupos en los que el todo supera de largo a las partes, Marauder crece como secuencia de canciones. Lo cual no quiere decir que no se puedan aislar momentos brillantes, a la altura de su mejor producción: If You Really Love Nothing -una especie de intro en la que el discreto falsete de Banks no desentona-; el single The Rover, con su riff minimalista y ritmo arrollador; el tremendo final de Flight of Fancy; la simplicidad pop de Mountain Child; la intensidad de Party´s Over; la cadencia de Surveillance; o los hallazgos de la majestuosa It Probably Matters, en la que se atreven a salir de su zona de confort. Las cosas que ocurren cuando un grupo deja fluir la química.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.