Rush!
Discos / Maneskin

Rush!

7 / 10
Montse Galeano — 24-01-2023
Empresa — Sony Music
Género — Rock

Måneskin es el fenómeno hard-rock pop que nadie esperaba. Ni el mayor gurú musical podía prever que el glam rock (o al menos su estética) volvería en forma de cuarteto italiano eurovisivo y se convertirían en el fenómeno musical de 2021, pero así fue.

Desde que se hicieron con el microfono de cristal en Rotterdam 2021, Måneskin se convirtieron en una de esas anomalías del festival de Eurovisión que a día de hoy sigue siendo un tema de conversación. Porque si algo echábamos de menos en 2021, cuando la distancia social seguía siendo el pan de cada día, era  esa fuerza y energía de la música en directo que, con el cuarteto italiano, lograba traspasar la pantalla. Con una media de edad que rondaba los veinte años, Måneskin consiguieron imponer su rock en un año en el que las baladas pop más azucaradas abundaban en el concurso.

Aunque muchos les vaticinaban ser flor de un día, Måneskin han sido lo suficientemente hábiles a la hora de entender su inesperado ascenso a la fama mundial, y mantener viva la expectación  durante estos dos años. La prueba definitiva para la banda llega ahora con “Rush!”, su tercer álbum y el proyecto más ambicioso hasta la fecha.

Es tal la mezcla de influencias de Måneskin que es difícil enmarcarla en un género concreto y más cuando hablamos de diecisiete canciones. Lo más acertado puede ser entender el álbum como una respuesta al momento musical actual en el que las fronteras entre estilos están diluidas desde hace años, a favor de la tendencia a “escuchar un poco de todo” del streaming. Es por eso que, cuando se disfruta el álbum al completo, se echa de menos una coherencia en el conjunto, con una división muy explícita entre los temas más frenéticos y las baladas más emocionales, en la que despunta por méritos propios “If Not For You”.

Lo más curioso de Måneskin es que logran que olvides esa falta de coherencia envolviéndola con un toque de inocencia. Con una primera escucha de “Rush!” uno no puede evitar pensar que este es exactamente el disco con el que soñaban desde que empezaron siendo adolescentes. Porque, a ver, ¿quién no querría tener la oportunidad de grabar un tema con Tom Morello como “Gossip” y que mantenga algo de Rage Against The Machine?

“Rush!” cuenta con algunos de los grandes productores del pop, como Max Martin (recordemos que viene del mundo del rock) o Rami Yacoub (Britney Spears, Madonna, Lady Gaga) y por primera vez la banda utiliza el inglés como lengua principal lo que no deja de ser  toda una declaración de intenciones. Si en discos anteriores uno podía ver más influencias de bandas como  Red Hot Chili Peppers (aún evidente en temas como “La Fine” que conecta de manera directa con su anterior disco “Teatro D’Ira’ Vol I”) ahora vemos también un poco de Franz Ferdinand en “Feel”, e incluso tanteos al glam rock en “Read Your Diary”. La influencia más pop en su producción también genera dinámicas que no solemos ver en álbumes más rock, siendo “Gasoline” uno de los temas con un punto de drama más cercano a la EDM más épica.

Pero si algo prevalece a pesar de las capas y capas de influencias y referencias al rock de finales de los noventa y mediados de los dos mil, es la intención de vestir, entre guitarras distorsionadas, melodías que son puro chicle pop. Es ahí cuando se cae ese telón de inocencia y espontaneidad de la banda: no todas las canciones se pegan igual de fuerte, pero todas intentan desesperadamente convertirse en su próximo gran golpe. La mayor víctima de esto es “Supermodel”, uno de los primeros adelantos del disco que, más que llevarte, intenta arrastrarte mentalmente al riff de “Smells Like Teen Spirit” aunque al final se pasa de cocción.

La fuerza y el carisma de la banda siguen siendo su mejor baza. Una lástima que líricamente esos gritos de rebeldía y malestar no se dirijan a nada ni a nadie en concreto. “Kool Kids” (lo más cerca que los italianos pueden estar del universo Idles) es uno de esos temas que te arañan con la personalísima voz de Damiano David. Canto de desacato lo suficientemente universal como para que al final te quede una sensación de que está vacía de contenido. Resulta, también, que la poca presencia de su lengua materna en el disco, hace que en el apartado lírico destaquen canciones como “La Fine” que, quizás en otro contexto, hubiese sido un tema más discreto, pero en “Rush!” se vuelve más mordaz.

Es dificil resistirse al efecto Måneskin, y a la vez es obvio que no son la banda de rock más extrema del planeta, aunque tampoco lo pretenden en ningún momento. Pero sí que han sabido exprimir su fórmula y asimilar esa descarga de adrenalina que solo puedes sentir a base de riffs a todo volumen. Aunque es algo que ya hemos visto muchas veces, las generaciones más jovenes necesitan nuevos referentes con la energía de los italianos. Solo cabe esperar que este disco sea el paso previo a dar con la tecla correcta en el futuro.

 

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