Made Of Bricks

Kate Nash nació en Dublín hace veinte años, pero su acento es londinense, así como la mayoría de sus más de cien mil amigos de su MySpace, que han difundido globalmente el penúltimo fenómeno vía Internet (tres millones de visitas en un año y medio). Después de unas cuantas demos afortunadas llega su debut “Made Of Bricks”, que empieza con el skit “Play” –donde confiesa sus intenciones lúdicas tanto a nivel vital como musical- y continua con sus dos primeros y muy acertados singles, “Foundations” y “Mouthwash”. En el primero nos presenta sus lamentos amorosos y en el segundo exhibe, sin pelos en la lengua, su vertiente más rabiosa, resentida y ‘transgresora’. Estos dos ejes se repiten a lo largo de todo el disco, y si el primero genera una empatía casi automática el segundo se refugia a menudo en bases musicales pegadizas –caso de “Dickhead” o “Shit Song”– que adolecen de un discurso un tanto infantil. Por debajo de estas dos líneas principales Nash consigue desvincularse de ella misma en canciones más imaginativas que nos explican historias irónicas (“Birds”) y que hacen pensar en una saludable entrada en el mundo adulto quizá dentro de un par de discos.